HOY VI DOS MARIPOSAS EN EL PORCHE...


Hoy vi dos mariposas en el porche
colgando y peleando con el viento,
saltaban impulsadas por la brisa
bañadas por la luz y los reflejos.


Al verlas comprendí que la alegría
tenía un componente que no entiendo,
quizás el aleteo de unas alas
de alguna mariposa con su vuelo.


Quizás en la carita de una niña
que ensaya en sus morritos el puchero,
y quiere que la gocen y la atiendan
los ojos de los padres tan atentos.


Es fácil que tengamos la alegría
después de culminados nuestros sueños,
y puede que descansen nuestras almas
al fin de las promesas y los miedos.


Hay rastros de sonrisas en el aire
y nubes de colores polvorientos,
el rojo y el granate en el ocaso
y, al alba y mediodía el marinero.


Existe la sonrisa azul celeste,
el verde azul marino y ceniciento,
la nota y la sonrisa de los mares
que cubre con su manto tan sereno.


Más vuelvo a las tranquilas mariposas
que estaban en el porche con sus juegos,
ajenas a sonrisas y palabras
nacidas en mi loco pensamiento.


Y vuelvo recordando sus orígenes,
regalos de una mano a quien yo quiero,
envueltas en abrazos y caricias
con voces susurrantes y con besos.

Retorno a tantas noches compartidas
tratando de acercarnos con los versos,
la voz de los poetas inmortales
dejando entre nosotros sus recuerdos.


Un día se acabaron las lecturas,
sin voces, sin adioses y lamentos,
quedaron con los versos olvidadas
cubiertas con el polvo y el silencio.


Quedaron, como quedan los amantes,
después de la batalla de los lechos,
cansados y esperando que otra noche
la sangre y la pasión surjan de nuevo.


¡Ay tierno corazón que así te expresas,
no busques mariposas con tus dedos,
las tienes en el porche de tu casa
y esperan que las lleves a tu pecho!


Rafael Sánchez Ortega ©
20/08/12

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