NO TE ASUSTES POR EL VIENTO...
No te asustes por el viento
que ahora sopla en los cristales,
es la brisa simplemente
desbocada y muy salvaje.
Va subiendo la marea,
y se llenan los canales,
y en la playa las barquías
ya comienzan a anearse.
Se despiertan las gaviotas
y también los cormoranes,
ellas vuelan y revuelan
y ellos piensan en su viaje.
Una nube solitaria
cruza el cielo en un instante,
va impulsada por la brisa,
y se aleja con la tarde.
No te asustes por el viento
que ahora llega hasta tu calle,
es la brisa tan querida
del nordeste de los mares.
Por el muelle las rederas
cosen mallas sin pararse,
luego arreglan los redeños
y las artes y palangres.
Un marino silencioso
pulsa el cabo del atraque,
se asegura que su barca
tiene libre el abordaje.
Los chicotes rechinean
y protestan con donaire,
es el grito en el azote
de resacas y gigantes.
No te asustes por el viento
que ahora anuncia tempestades,
es la brisa de las almas
y el latido de la sangre.
Unos labios temblorosos
ya musitan una salve,
y otros labios sólo esperan
ese beso insuperable.
Las estrellas en la noche
ya comienzan a asomarse,
cual luciérnagas del cielo
con su brillo de diamantes.
Pero abajo, en la ribera,
llegan ecos y mensajes,
del salitre y de las algas
con escenas inmortales.
¡Qué bonita esta secuencia
del pintor que así la plasme,
el Poeta entre poetas
soñador y caminante...!
"...No te asustes por el viento
ni tampoco por los mares,
marinero que ahora empiezas
a escribir de tu romance..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/08/12
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