HE INTENTADO ASPIRAR TU PERFUME...
He intentado aspirar tu perfume
a pesar de encontrarte muy lejos,
percibiendo el olor de lavanda
y la esencia que deja tu cuerpo.
Yo sé bien que no estás en presente,
que marchaste a vivir otros sueños,
y te fuiste desnuda y sin ropa
con el alma temblando de miedo.
Y por eso te siento lejana
y a la vez retrocedo en el tiempo,
mientras huelo la sábana amarga
que cubrió tu figura en el lecho.
Porque en ella quedó la alegría,
la ternura fugaz de tus senos,
y ese cuerpo que tuve en mis brazos
y mis labios cubrieron de besos.
Ya no lloran los dulces cipreses
aunque tienen aspecto de serios,
ni se escucha del mar la resaca
a pesar de que llega hasta el puerto.
Se han quedado las calles vacías
y la noche ha llegado a su encuentro,
hace frío y tiritan las almas
conteniendo pasión y deseos.
Pero sigo intentando tenerte
aunque sea tan solo en recuerdo,
cual estrella fugaz, que en la noche,
se desliza llorando en el cielo.
¡Cuánta nota ha quedado en la cama
de la orquesta de abrazos y dedos,
arrancando la música ardiente
del amor, con pasión y jadeos!
"...He intentado aspirar tu perfume
y encontré sin querer los arpegios,
de aquel cuerpo divino, que antaño,
cautivó con su voz a mis sueños..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/02/03
a pesar de encontrarte muy lejos,
percibiendo el olor de lavanda
y la esencia que deja tu cuerpo.
Yo sé bien que no estás en presente,
que marchaste a vivir otros sueños,
y te fuiste desnuda y sin ropa
con el alma temblando de miedo.
Y por eso te siento lejana
y a la vez retrocedo en el tiempo,
mientras huelo la sábana amarga
que cubrió tu figura en el lecho.
Porque en ella quedó la alegría,
la ternura fugaz de tus senos,
y ese cuerpo que tuve en mis brazos
y mis labios cubrieron de besos.
Ya no lloran los dulces cipreses
aunque tienen aspecto de serios,
ni se escucha del mar la resaca
a pesar de que llega hasta el puerto.
Se han quedado las calles vacías
y la noche ha llegado a su encuentro,
hace frío y tiritan las almas
conteniendo pasión y deseos.
Pero sigo intentando tenerte
aunque sea tan solo en recuerdo,
cual estrella fugaz, que en la noche,
se desliza llorando en el cielo.
¡Cuánta nota ha quedado en la cama
de la orquesta de abrazos y dedos,
arrancando la música ardiente
del amor, con pasión y jadeos!
"...He intentado aspirar tu perfume
y encontré sin querer los arpegios,
de aquel cuerpo divino, que antaño,
cautivó con su voz a mis sueños..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/02/03
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