HE BUSCADO TUS PASOS EN LA NIEBLA...
He buscado tus pasos en la niebla
para ver si escuchabas mis latidos
pero solo encontré viejas saudades
en el mundo borroso de los signos.
Se acercaban brillantes caracolas,
caballitos brincando con sus guiños,
y también las sirenas de los cuentos
con sus cantos preciosos y sencillos.
Y entendí que los pasos que buscaba
regresaron de nuevo al infinito,
a ese espacio de sombras y tinieblas
donde habitan los sueños y los niños.
Retornaron de nuevo los recuerdos,
los momentos pasados y malditos,
y volvieron las lágrimas furtivas
a surcar por mis ojos intranquilos.
Regresaron hambrientas las resacas
y rompieron guiones bien escritos,
porque el yodo y salitre de sus mares
agrietó la frescura de los lirios.
Yo no supe guardar las apariencias
y sentí un profundo escalofrío,
presentía que un algo me faltaba,
un abrazo y un beso ya perdido.
Me negaba aceptar las conclusiones
que el presente mostraba con sigilo,
y seguía soñando con princesas
escapadas de cuentos y de libros.
Y allí estaba, en silencio, el horizonte
entre nieblas y rutas de navíos,
transformado en un campo de esperanza
al que iban, sin duda, mis suspiros.
¡Ay amor!, ¿dónde estás que no te veo?...
yo te acoso, te sigo y te persigo,
pero tú, casquivano, independiente
me devuelves otoños amarillos.
"...He buscado tus manos en la niebla
pero un eco me ha dicho que has partido,
aunque sienta tus dedos en mi espalda
y tus labios se junten con los míos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/07/13
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