NECESITO QUE ME ESCUCHEN...


Necesito que me escuchen,
que me hablen sin palabras,
que me miren simplemente
sin preguntas y sin nada.

Esta noche estoy cansado,
la tristeza me acompaña,
llevo un algo que me quema
y hasta un nudo en la garganta.

Yo quisiera la pupila
que me mire en la distancia,
y que vea mis pecados
y que entienda mi nostalgia.

Esa cosa que me quema
ya me arde en las entrañas,
tengo frío y tengo miedo
y hasta lloro por mis faltas.

Necesito sacar todo
y limpiar después el alma,
con la brisa de los cielos
y el candor de una mirada.

Necesito un corazón
fuerte y sano, por mi causa
con alientos y suspiros
que me digan que me aman.

Necesito la caricia
de los mares en la playa,
que me deje los salitres
cuando lleguen las resacas.

...Pero sé que es pedir mucho
y no es justo lo que pasa,
yo no entrego nada a cambio
aunque quiero estar en calma.

"Necesito que me escuchen..."
hace un rato yo gritaba,
y lo sigo repitiendo
sin abrirse mis ventanas.

Ya la noche va pasando
y las horas se decantan
en fragmentos que son hielo
que me quema con su escarcha.

Tengo amigos, me repito,
que me aplauden y me alaban,
y vendrán con sus sonrisas,
y sus frases acertadas.

Sin embargo tengo miedo,
y es el miedo el que me mata,
agarrota los sentidos
y me ahorca con sus garras.

"...Necesito que me escuchen
y me canten una nana,
y me dejen con mis sueños
mientras cesan ya mis lágrimas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
03/07/13

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