NO MIRES HACIA ATRÁS...
No mires hacia atrás, mira adelante,
y sigue al corazón en sus latidos,
verás las puertas blancas del amor
abiertas para ti, en el camino.
No busques la figura caprichosa,
el labio tembloroso y el suspiro,
acaso estén cubiertos de tristeza
y brumas del ayer con gran sigilo.
Olvídate del tiempo y el pasado,
recreos infantiles y amarillos,
con juegos en el patio del recreo
y salas con el tinte gris, sombrío.
Reprime las revueltas mariposas
que vuelan a tu lado con sus guiños,
y embriagan de colores tus pupilas,
cansadas, con los párpados hundidos.
Recuerda que tú vives un presente
y marchas a un futuro sin destino,
allí donde se callan las palabras
y suenan los murmullos de los lirios.
El mundo de los sueños es hermoso
y juegan un papel, allí, los niños,
los seres que despliegan su inocencia,
cual gotas virginales de un rocío.
Recuerda que el presente está pasado,
ahora, cuando mires a lo escrito,
y vuela con tus sueños al futuro
tratando de encontrarte con tu sino.
La voz y la palabra temblorosa,
el labio con el beso prometido,
la mano que venía hasta tu mano
y el vuelo de tus ojos con los míos.
No mires hacia atrás, mira mis ojos,
tendrás la sensación de que es un libro,
la pieza del cuaderno que buscabas
y un verso con tu nombre, en él, escrito.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/07/13
y sigue al corazón en sus latidos,
verás las puertas blancas del amor
abiertas para ti, en el camino.
No busques la figura caprichosa,
el labio tembloroso y el suspiro,
acaso estén cubiertos de tristeza
y brumas del ayer con gran sigilo.
Olvídate del tiempo y el pasado,
recreos infantiles y amarillos,
con juegos en el patio del recreo
y salas con el tinte gris, sombrío.
Reprime las revueltas mariposas
que vuelan a tu lado con sus guiños,
y embriagan de colores tus pupilas,
cansadas, con los párpados hundidos.
Recuerda que tú vives un presente
y marchas a un futuro sin destino,
allí donde se callan las palabras
y suenan los murmullos de los lirios.
El mundo de los sueños es hermoso
y juegan un papel, allí, los niños,
los seres que despliegan su inocencia,
cual gotas virginales de un rocío.
Recuerda que el presente está pasado,
ahora, cuando mires a lo escrito,
y vuela con tus sueños al futuro
tratando de encontrarte con tu sino.
La voz y la palabra temblorosa,
el labio con el beso prometido,
la mano que venía hasta tu mano
y el vuelo de tus ojos con los míos.
No mires hacia atrás, mira mis ojos,
tendrás la sensación de que es un libro,
la pieza del cuaderno que buscabas
y un verso con tu nombre, en él, escrito.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/07/13
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