TRATÉ DE RESTAÑAR...
Traté de restañar aquellas lágrimas
cubriendo a tus pupilas con mis besos,
no sé si conseguí cerrar la fuente
del río inagotable de tu pecho.
Más sé que te marchaste de mi lado,
buscando singladura en tu velero,
marchabas con las olas de la vida
y el aire que soplaba a sotavento.
Y allí se separaron dos caminos
y entonces me quedé con tu pañuelo,
mojado por el llanto de tus ojos
y ansiado por mis manos y mis dedos.
No veas fetichismo en aquel acto,
tampoco la lujuria y el deseo,
quería retenerte sin palabras
y sólo me quedaba tu recuerdo.
Traté de restañar de tus pupilas,
las lágrimas rebeldes en exceso
y pude constatar que no cesaron
cayendo débilmente hasta los suelos.
Allí se cimentaron con la tierra
sembrando margaritas por los cienos,
con rosas convertidas en diamantes
y alondras que alegraban los alberos.
No pude conseguir que me quisieras,
confieso mi fracaso en tal empeño,
ni pude conseguir que tú me amaras,
¡amor de mis amores, verdadero!
Sobraban muchas cosas en mis actos,
poemas mal rimados en sus versos,
sobraba sencillez en mi persona
y el alma que te di, conmigo dentro.
"...Traté de restañar de mis pestañas
el dulce escalofrío de tus besos,
cambiando las personas y las piezas
perdida la partida en el tablero..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/07/13
cubriendo a tus pupilas con mis besos,
no sé si conseguí cerrar la fuente
del río inagotable de tu pecho.
Más sé que te marchaste de mi lado,
buscando singladura en tu velero,
marchabas con las olas de la vida
y el aire que soplaba a sotavento.
Y allí se separaron dos caminos
y entonces me quedé con tu pañuelo,
mojado por el llanto de tus ojos
y ansiado por mis manos y mis dedos.
No veas fetichismo en aquel acto,
tampoco la lujuria y el deseo,
quería retenerte sin palabras
y sólo me quedaba tu recuerdo.
Traté de restañar de tus pupilas,
las lágrimas rebeldes en exceso
y pude constatar que no cesaron
cayendo débilmente hasta los suelos.
Allí se cimentaron con la tierra
sembrando margaritas por los cienos,
con rosas convertidas en diamantes
y alondras que alegraban los alberos.
No pude conseguir que me quisieras,
confieso mi fracaso en tal empeño,
ni pude conseguir que tú me amaras,
¡amor de mis amores, verdadero!
Sobraban muchas cosas en mis actos,
poemas mal rimados en sus versos,
sobraba sencillez en mi persona
y el alma que te di, conmigo dentro.
"...Traté de restañar de mis pestañas
el dulce escalofrío de tus besos,
cambiando las personas y las piezas
perdida la partida en el tablero..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/07/13
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