HOY REPICAN CAMPANAS...
Hoy repican campanas llamando
a los hombres para ir a la iglesia,
y lo hacen sonando sin miedo
por la niña que duerme despierta.
Ha partido quizás de este mundo
a los cielos plagados de estrellas,
y nos miran sus ojos tan tiernos
en señal de su clara inocencia.
Es posible que lleguen los llantos
y que el hombre maduro no entienda,
esta marcha tal vez presurosa
de la niña que va sin maleta.
Porque es cierto que siente su falta,
en la brisa que ausente no llega,
en el beso de sal en los labios
y en el alma que triste se encuentra.
Hoy repican campanas llorando
con su lágrima dulce y traviesa,
y lo hacen dejando los ecos
de un dolor que atraviesa las venas.
Se ha marchado la niña sin nombre
y las rosas destilan su pena,
era hermosa, callada y prudente,
como alondra fugaz y coqueta.
Hay preguntas que todos se hacen
y el silencio devuelve respuestas,
hoy se ciegan los ojos de rabia
y los labios murmuran y rezan.
Un recuerdo cercano y profundo,
un olor de salitre y mareas,
es la huella que queda en el aire:
un incienso de brumas y nieblas.
"...Hoy repican campanas mi niña
y lo hacen sintiéndote cerca,
porque estás en los versos de un niño
que escribió para ti este poema..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/07/13
a los hombres para ir a la iglesia,
y lo hacen sonando sin miedo
por la niña que duerme despierta.
Ha partido quizás de este mundo
a los cielos plagados de estrellas,
y nos miran sus ojos tan tiernos
en señal de su clara inocencia.
Es posible que lleguen los llantos
y que el hombre maduro no entienda,
esta marcha tal vez presurosa
de la niña que va sin maleta.
Porque es cierto que siente su falta,
en la brisa que ausente no llega,
en el beso de sal en los labios
y en el alma que triste se encuentra.
Hoy repican campanas llorando
con su lágrima dulce y traviesa,
y lo hacen dejando los ecos
de un dolor que atraviesa las venas.
Se ha marchado la niña sin nombre
y las rosas destilan su pena,
era hermosa, callada y prudente,
como alondra fugaz y coqueta.
Hay preguntas que todos se hacen
y el silencio devuelve respuestas,
hoy se ciegan los ojos de rabia
y los labios murmuran y rezan.
Un recuerdo cercano y profundo,
un olor de salitre y mareas,
es la huella que queda en el aire:
un incienso de brumas y nieblas.
"...Hoy repican campanas mi niña
y lo hacen sintiéndote cerca,
porque estás en los versos de un niño
que escribió para ti este poema..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/07/13
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