A VECES DESPERTAMOS...
A veces despertamos
hambrientos y ateridos,
cansados de peleas,
lanzando mis suspiros.
Miramos a lo lejos
buscando el fiel resquicio,
la página dorada
que asombre con su brillo.
Y entonces comprendemos
lo que es bien el delirio,
la fiebre de los locos
y el canto de los grillos.
Las brumas se condensan
dejando escalofríos,
y un halo misterioso
se acerca hasta los lirios.
A veces despertamos
temblando, y no de frío,
lo hacemos por mil cosas
que marcan el destino.
Temblamos con sonrisas
y pliegues infinitos,
de labios con arrugas
y besos que se han ido.
Temblamos por los miedos
surgidos desde niños,
que anidan en las almas,
la sangre y los latidos.
Más hay otros temblores
de espacios pequeñitos,
temblores por los sueños
que llevan al Olimpo.
A veces despertamos
después de haber dormido,
en lechos sin fronteras
y espacios infinitos.
Descansa la resaca
y el pecho del marino,
descansan los susurros
del viento que se ha ido.
No sé si las pasiones
encuentran su camino,
si mueren sentimientos
ahogados en sus gritos.
Si acaso los corceles
contienen el relincho,
y hay sangres que se alteran
conscientes de su rito.
"...A veces despertamos
en medio del abismo,
buscando en la distancia
la mano del amigo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/08/13
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