LAS HOJAS MUERTAS DEL BOSQUE...
Las hojas muertas del bosque
permanecen en el suelo,
se degradan y se embarran
con la lluvia y con el tiempo.
Hay preciosas azucenas
que palpitan en los lechos,
y que saltan de alegría
y nos llenan con sus besos.
Una linda mariposa
vuela y lucha con el viento,
con sus alas de colores
a lo largo del paseo.
Hay espinos de rosales
que han crecido sobre helechos,
entre escajos puntuales
con su verde amarillento.
Y es así, como las hojas,
son alfombras, sin saberlo,
con su carga de nostalgia
para reyes y plebeyos.
Y también las azucenas
son suspiros y secretos,
rescatados de los labios
sudorosos y resecos.
Más la linda mariposa
es un puro sentimiento,
es el nervio de las almas,
la ilusión de los silencios.
Y el espino con las rosas
es amor en el desierto,
es vergel en la llanura
y es pasión con el deseo.
...Mientras tanto, a ti te escribo,
hoja eterna que venero,
has perdido tus colores
pero sigues en mi pecho.
Y lo harás mientras yo viva
porque estás en mi cuaderno,
en el libro inmaculado
que he guardado con gran celo.
¡Hoja dulce y hoja tierna,
no me mires ya con miedo,
soy tu amigo y soy tu amante
y me fundo con tus sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/08/13
permanecen en el suelo,
se degradan y se embarran
con la lluvia y con el tiempo.
Hay preciosas azucenas
que palpitan en los lechos,
y que saltan de alegría
y nos llenan con sus besos.
Una linda mariposa
vuela y lucha con el viento,
con sus alas de colores
a lo largo del paseo.
Hay espinos de rosales
que han crecido sobre helechos,
entre escajos puntuales
con su verde amarillento.
Y es así, como las hojas,
son alfombras, sin saberlo,
con su carga de nostalgia
para reyes y plebeyos.
Y también las azucenas
son suspiros y secretos,
rescatados de los labios
sudorosos y resecos.
Más la linda mariposa
es un puro sentimiento,
es el nervio de las almas,
la ilusión de los silencios.
Y el espino con las rosas
es amor en el desierto,
es vergel en la llanura
y es pasión con el deseo.
...Mientras tanto, a ti te escribo,
hoja eterna que venero,
has perdido tus colores
pero sigues en mi pecho.
Y lo harás mientras yo viva
porque estás en mi cuaderno,
en el libro inmaculado
que he guardado con gran celo.
¡Hoja dulce y hoja tierna,
no me mires ya con miedo,
soy tu amigo y soy tu amante
y me fundo con tus sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/08/13
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario