YO TE MIRO...
Yo te miro y no te veo,
aunque estás cerca, muy cerca,
pues mis ojos van cerrados
con su espuma de inocencia.
Es igual que tantas olas
nunca ven a las arenas,
a pesar de que en las playas
bien se estiran sobre ellas.
Yo te miro y quedo quieto,
embobado en tu presencia,
y distingo por tus ojos
el fulgor de las estrellas.
No sé bien si los corales
hacen guardia a las sirenas,
y si aquellas, sus canciones,
les ofrecen muy coquetas.
Yo te miro y un suspiro
manda al labio que te besa,
a tus labios impacientes
y a tus ojos de novela.
Es quizás, en las marismas,
donde duermen las traineras,
y es allí, donde descansan,
muchos sueños con sus penas.
Yo te miro, blanca luna,
dama y musa tan eterna,
y te siento en mis entrañas
mientras nacen los poemas.
Han cruzado golondrinas
y han dejado mil esencias,
con las rimas encantadas
de unos labios color fresa.
Yo te miro y desespero,
y hasta pierdo la cabeza,
voy contigo, tras tus paso,
luna blanca, dulce y tierna
Ya se escuchan las resacas
y hasta el mar saca su niebla,
con la brisa vespertina
de una noche casi negra.
"...Yo te miro en la distancia
y percibo como tiemblas,
luna blanca, de mi vida,
dama y luz de los poetas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/08/13
aunque estás cerca, muy cerca,
pues mis ojos van cerrados
con su espuma de inocencia.
Es igual que tantas olas
nunca ven a las arenas,
a pesar de que en las playas
bien se estiran sobre ellas.
Yo te miro y quedo quieto,
embobado en tu presencia,
y distingo por tus ojos
el fulgor de las estrellas.
No sé bien si los corales
hacen guardia a las sirenas,
y si aquellas, sus canciones,
les ofrecen muy coquetas.
Yo te miro y un suspiro
manda al labio que te besa,
a tus labios impacientes
y a tus ojos de novela.
Es quizás, en las marismas,
donde duermen las traineras,
y es allí, donde descansan,
muchos sueños con sus penas.
Yo te miro, blanca luna,
dama y musa tan eterna,
y te siento en mis entrañas
mientras nacen los poemas.
Han cruzado golondrinas
y han dejado mil esencias,
con las rimas encantadas
de unos labios color fresa.
Yo te miro y desespero,
y hasta pierdo la cabeza,
voy contigo, tras tus paso,
luna blanca, dulce y tierna
Ya se escuchan las resacas
y hasta el mar saca su niebla,
con la brisa vespertina
de una noche casi negra.
"...Yo te miro en la distancia
y percibo como tiemblas,
luna blanca, de mi vida,
dama y luz de los poetas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/08/13
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