ME DUELE LO QUE LEO DE TU VIDA...
Me duele lo que leo de tu vida
y siento lo que ocurre por tu lado,
es parte de la vida, no lo dudes,
y siento los problemas del trabajo.
Vivimos un momento muy difícil
con negros nubarrones y sin claros,
vivimos, sin dudar, el día a día,
y algunos aun se empeñan en dudarlo.
Las almas egoístas son cobardes
y cambian muchas veces en su estado,
confirman una cosa en una tarde
y luego, al otro día, dan reparos.
Pero es la realidad que nos rodea,
el mundo de las sombras y los santos,
allí donde los sueños se estremecen
y surgen los problemas desde el barro.
Me duele lo que leo de tu vida
y sufro como sufren los humanos,
quizás como los niños de los cuentos
que buscan las sonrisas de los labios.
Más es el corazón, el dolorido,
tu propio corazón ya marchitado,
quien grita y quien palpita en su agonía
por culpa de papeles y contratos.
Malditas las palabras de las gentes
que mienten y confunden con engaño,
no saben comprender que quien les habla,
lo hace con candor y con su mano.
La mano que le abriga y alimenta,
que busca lo mejor de lo tratado,
aquello que no reste sus derechos
y deje en evidencia tantos años.
Me duele lo que leo de tu vida
y más de tu familia y tu tejado,
es duro conservar el equilibrio
y es duro aconsejar en esos actos.
Más tengo confianza en tu persona
y sé que lucharás para lograrlo,
darás hasta tu vida, si es preciso,
incluso tu cariño más preciado.
Darás esa sonrisa que conozco,
el beso cariñoso y siempre caro,
la broma y la utopía seductora
y puede que la lágrima y el llanto.
Y a ti, ¿quién te consuela en esta entrega?,
¿quién llega y te susurra, con agrado,
que tú eres esa madre cariñosa
que busca y necesita mil abrazos...?
"...Me duele lo que leo de tu vida
y tiemblo como un niño ante el sagrario,
quisiera acariciarte con mis dedos
y luego descansar en tu regazo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/08/13
y siento lo que ocurre por tu lado,
es parte de la vida, no lo dudes,
y siento los problemas del trabajo.
Vivimos un momento muy difícil
con negros nubarrones y sin claros,
vivimos, sin dudar, el día a día,
y algunos aun se empeñan en dudarlo.
Las almas egoístas son cobardes
y cambian muchas veces en su estado,
confirman una cosa en una tarde
y luego, al otro día, dan reparos.
Pero es la realidad que nos rodea,
el mundo de las sombras y los santos,
allí donde los sueños se estremecen
y surgen los problemas desde el barro.
Me duele lo que leo de tu vida
y sufro como sufren los humanos,
quizás como los niños de los cuentos
que buscan las sonrisas de los labios.
Más es el corazón, el dolorido,
tu propio corazón ya marchitado,
quien grita y quien palpita en su agonía
por culpa de papeles y contratos.
Malditas las palabras de las gentes
que mienten y confunden con engaño,
no saben comprender que quien les habla,
lo hace con candor y con su mano.
La mano que le abriga y alimenta,
que busca lo mejor de lo tratado,
aquello que no reste sus derechos
y deje en evidencia tantos años.
Me duele lo que leo de tu vida
y más de tu familia y tu tejado,
es duro conservar el equilibrio
y es duro aconsejar en esos actos.
Más tengo confianza en tu persona
y sé que lucharás para lograrlo,
darás hasta tu vida, si es preciso,
incluso tu cariño más preciado.
Darás esa sonrisa que conozco,
el beso cariñoso y siempre caro,
la broma y la utopía seductora
y puede que la lágrima y el llanto.
Y a ti, ¿quién te consuela en esta entrega?,
¿quién llega y te susurra, con agrado,
que tú eres esa madre cariñosa
que busca y necesita mil abrazos...?
"...Me duele lo que leo de tu vida
y tiemblo como un niño ante el sagrario,
quisiera acariciarte con mis dedos
y luego descansar en tu regazo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/08/13
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