RETALES Y FRAGMENTOS DE LA LUNA...
Retales con fragmentos de la luna,
bordados con estrellas siderales,
susurros que nos dejan las corrientes,
y el rezo en las iglesias por la tarde.
Arpegios que se elevan a los cielos
y acercan la visión de los volcanes,
la música sin pausa de la vida
y el beso de la brisa en los maizales.
Poemas que renacen en la noche
y buscan los oídos peculiares,
latidos de unos pechos que se alegran
y vibran a través de los cristales.
Es una situación muy delicada
motivo de un momento inenarrable,
los ojos lo contemplan extasiados
y dictan sentimientos singulares.
La máquina del tiempo se detiene
parando sus agujas en las calles,
se paran los pedales y, las telas,
detienen su tejer en ese avance.
La mano costurera se ha dormido,
la máquina dormita en las ciudades.
un fondo claroscuro, con las nubes,
espera ser unido a los retales.
La vida se compone de momentos
que cruzan los espacios y los mares,
eternas mariposas y suspiros,
puntadas de unas manos magistrales.
No cose nuestra máquina impaciente
y espera el pie nervioso que la calce,
la mano que la guíe con su tela,
la nube que le entregue mil saudades.
Espera el hilo fino y transparente
capaz de soportar tantas verdades,
y espera la ilusión y fantasía
de niños que han crecido y ya son grandes.
"...Retales y fragmentos de la luna
cosidos con pasión a nuestra sangre,
un hilo de candor y sutileza
y el beso del amor, que nunca falte..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/08/13
bordados con estrellas siderales,
susurros que nos dejan las corrientes,
y el rezo en las iglesias por la tarde.
Arpegios que se elevan a los cielos
y acercan la visión de los volcanes,
la música sin pausa de la vida
y el beso de la brisa en los maizales.
Poemas que renacen en la noche
y buscan los oídos peculiares,
latidos de unos pechos que se alegran
y vibran a través de los cristales.
Es una situación muy delicada
motivo de un momento inenarrable,
los ojos lo contemplan extasiados
y dictan sentimientos singulares.
La máquina del tiempo se detiene
parando sus agujas en las calles,
se paran los pedales y, las telas,
detienen su tejer en ese avance.
La mano costurera se ha dormido,
la máquina dormita en las ciudades.
un fondo claroscuro, con las nubes,
espera ser unido a los retales.
La vida se compone de momentos
que cruzan los espacios y los mares,
eternas mariposas y suspiros,
puntadas de unas manos magistrales.
No cose nuestra máquina impaciente
y espera el pie nervioso que la calce,
la mano que la guíe con su tela,
la nube que le entregue mil saudades.
Espera el hilo fino y transparente
capaz de soportar tantas verdades,
y espera la ilusión y fantasía
de niños que han crecido y ya son grandes.
"...Retales y fragmentos de la luna
cosidos con pasión a nuestra sangre,
un hilo de candor y sutileza
y el beso del amor, que nunca falte..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/08/13
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