HOY EL DÍA AMANECE Y SE MUERE...


Hoy el día amanece y se muere
bajo un cielo de azules guirnaldas,
yo contemplo su paso en silencio
escuchando la música sacra.

Una niebla muy densa resurge,
una bruma que sale del alma,
son las nubes de inciertas galernas,
temporales que llegan y pasan.

Pero así como surgen las dudas,
y también los sedientos se callan,
hay poemas que siempre amanecen
y recuerdos que calman las ansias.

Unos labios que vienen de lejos,
unos versos cubiertos de plata,
una luna llamando al olvido
y unos ojos que leen tus palabras.

He cerrado, sin prisas, la puerta,
y tras ella cerré las ventanas,
intentando dejar los recuerdos
alejados de mi y de mi casa.

Sólo quiero tener unos cuantos,
los que lleven la esencia bordada,
los que digas sus letras: "te quiero",
los que traigan sonrisas tempranas.

Porque quiero dormirme contigo,
y con ellos, mi niña adorada,
junto al fuego febril de tu cuerpo
y en los labios que besan y llaman.

Es posible quedarse dormido
y sentir la caricia del alba,
y es humano sentir el susurro
del recuerdo que así te reclama.

"...Hoy el día amanece y se muere
y a su lado florecen las hadas,
los recuerdos se agitan inquietos
con suspiros que ansían la magia..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/08/13

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