HE VUELTO A MIRAR AL CIELO...
He vuelto a mirar al cielo
y lloraban las estrellas,
con los ojos parpadeantes
que ocultaban sus miserias.
Porque los astros del cielo
llevan también muchas penas,
aunque nos manden sonrisas
a pesar de las galernas.
Yo lloré, como los niños,
unas lágrimas traviesas,
y enjuagué con el pañuelo
el camino de sus sendas.
Porque el rayo tembloroso
en mi alma causó mella,
y temblaron mis pupilas
empañándose mis cejas.
Hay estrellas soñadoras
que relucen y dan vueltas,
persiguiendo a los amantes
cuando van a las verbenas.
Hay estrellas que en el pelo,
llevan rosas y violetas,
y también distintas flores
como lirios y azucenas.
Hay zagales que deslumbran
con sus versos y poemas,
y cautivan a los ojos
de las niñas y doncellas.
Hay juglares que caminan
por los pueblos de la sierra,
y que forman sus canciones
con recuerdos de la aldea.
Sin embargo por la playa
hacen guardia las sirenas,
con figura seductora,
sinuosa y tan coqueta.
Yo buscaba la cigarra
y encontré la cenicienta,
que elevaba sus canciones
con suspiros de la tierra.
"...He vuelto a mirar al cielo
y lloré por mi poema,
con un hilo entre las manos
que se ha roto del cometa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/08/13
y lloraban las estrellas,
con los ojos parpadeantes
que ocultaban sus miserias.
Porque los astros del cielo
llevan también muchas penas,
aunque nos manden sonrisas
a pesar de las galernas.
Yo lloré, como los niños,
unas lágrimas traviesas,
y enjuagué con el pañuelo
el camino de sus sendas.
Porque el rayo tembloroso
en mi alma causó mella,
y temblaron mis pupilas
empañándose mis cejas.
Hay estrellas soñadoras
que relucen y dan vueltas,
persiguiendo a los amantes
cuando van a las verbenas.
Hay estrellas que en el pelo,
llevan rosas y violetas,
y también distintas flores
como lirios y azucenas.
Hay zagales que deslumbran
con sus versos y poemas,
y cautivan a los ojos
de las niñas y doncellas.
Hay juglares que caminan
por los pueblos de la sierra,
y que forman sus canciones
con recuerdos de la aldea.
Sin embargo por la playa
hacen guardia las sirenas,
con figura seductora,
sinuosa y tan coqueta.
Yo buscaba la cigarra
y encontré la cenicienta,
que elevaba sus canciones
con suspiros de la tierra.
"...He vuelto a mirar al cielo
y lloré por mi poema,
con un hilo entre las manos
que se ha roto del cometa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/08/13
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