HOY LUCE EL SOL...
Hoy luce el sol y se divisa
la nieve en las montañas.
La tarde parece ya una poesía.
Todo invita a soñar,
incluso a estirar la mano
y a rozar con los dedos ese paisaje
que se presenta tan hermoso.
Me gustaría cerrar los ojos
y buscar los latidos de mi corazón.
Aquellos que tantas veces protestaban
en su rebeldía con mil gritos
y suspiros juveniles.
Me gustaría tener una figura
a quien dirigir mis palabras
y hablarle largamente,
contarle mis tonterías, mis historias,
decirle que el mar está tranquilo,
que las gaviotas aprovechan los rayos de sol
para volar luego hacia la costa,
que los peces estiran sus paseos por el agua
ajenos a las algas que ahora salen a la playa
y que unos niños se apresuran en las aulas,
recogiendo sus labores y sus libros,
para ir hacia los brazos de sus padres
que en la acera los esperan.
Luce el sol en esta tarde
y se marchitan las pequeñas esperanzas
de encontrar una utopía
que renueve los claveles en el alma
y que traiga las caricias de una brisa
que me nuble los sentidos
y me haga estremecer como hace años.
Quiero amar y estremecerme
cuando sienta la llegada de tu cuerpo,
quiero verte nuevamente con mis ojos
y aspirar ese perfume de tu cuello,
quiero ser el compañero inseparable de tus pasos,
el paciente lazarillo que te lleve de la mano
por las sendas de la vida,
el que peine tus cabellos
y te quite las legañas,
el que seque en tus pupilas
esas lágrimas que asoman,
el que vibre con tu seno delicado
cuando el mismo sienta el fuego de mi cuerpo...
...Pero simplemente luce el sol
en esta tarde que termina
y, aquí estoy, en el silencio de este cuarto.
Recogiendo en el cuaderno las migajas
de unas letras esparcidas en el alma
que quisiera compartirlas...
Rafael Sánchez Ortega ©
28/11/13
CAMPESINO QUE AVANZAS...
Campesino que avanzas con tu pala,
el mahón de tu ropa, y sin chaqueta,
ve pendiente del hielo que resbala
y la brisa que azota y no respeta.
Vas al campo a cobrarle su alcabala,
el tributo a la tierra sin receta,
donde solo el sudor es quien resbala
empapando el terruño en su pirueta.
Campesino que callas y laboras,
esas tierras vacías de paisajes,
no desaires al cielo con tu frente.
Eres fuerte y gentil días y horas
y le sacas al campo sus mensajes,
aunque nadie lo aprecie ni comente.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/11/13
el mahón de tu ropa, y sin chaqueta,
ve pendiente del hielo que resbala
y la brisa que azota y no respeta.
Vas al campo a cobrarle su alcabala,
el tributo a la tierra sin receta,
donde solo el sudor es quien resbala
empapando el terruño en su pirueta.
Campesino que callas y laboras,
esas tierras vacías de paisajes,
no desaires al cielo con tu frente.
Eres fuerte y gentil días y horas
y le sacas al campo sus mensajes,
aunque nadie lo aprecie ni comente.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/11/13
YA SE DOBLAN LAS CAÑAS...
Ya se doblan las cañas
en la dulce albufera,
por el viento que sopla
y el levante que llega.
Yo no sé los motivos
de evocar a Valencia,
y traer al cuaderno
su lejana presencia.
Pueden ser las barracas
que leí en las novelas,
o el arroz tan dorado
de sus tiernas paellas.
Pero está, en esta noche,
sin dudar en mis letras,
esa imagen lejana
de la bella albufera.
Yo soñé, desde niño,
recorrer sus riberas,
embriagando mis sueños
de emociones diversas.
Y soñé, como tantos,
ser el Cid con Babieca,
derrotar los infieles
y tomar ciudadelas.
Era un niño, sin duda,
de Castilla la Vieja,
que bajaba del norte
con los sueños a cuestas.
Y dormí en almazaras,
en barracas pequeñas,
y en las playas sin nombre
que aun estaban desiertas.
Y llegué a la laguna
para ver la albufera,
y bañarme en sus aguas
de azafrán y violetas.
"...Ya se doblan las cañas,
las espaldas con ellas,
y los labios suspiran
por los besos que dieran..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/11/13
en la dulce albufera,
por el viento que sopla
y el levante que llega.
Yo no sé los motivos
de evocar a Valencia,
y traer al cuaderno
su lejana presencia.
Pueden ser las barracas
que leí en las novelas,
o el arroz tan dorado
de sus tiernas paellas.
Pero está, en esta noche,
sin dudar en mis letras,
esa imagen lejana
de la bella albufera.
Yo soñé, desde niño,
recorrer sus riberas,
embriagando mis sueños
de emociones diversas.
Y soñé, como tantos,
ser el Cid con Babieca,
derrotar los infieles
y tomar ciudadelas.
Era un niño, sin duda,
de Castilla la Vieja,
que bajaba del norte
con los sueños a cuestas.
Y dormí en almazaras,
en barracas pequeñas,
y en las playas sin nombre
que aun estaban desiertas.
Y llegué a la laguna
para ver la albufera,
y bañarme en sus aguas
de azafrán y violetas.
"...Ya se doblan las cañas,
las espaldas con ellas,
y los labios suspiran
por los besos que dieran..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/11/13
CARA TRISTE, CARA TRISTE...
(A Chelo Veiga...)
Cara triste, cara triste,
¿por qué enseñas tu melena
a la gente que circula
a tu lado en la calleja...?
No respondas, cara triste,
pues ya tengo la respuesta:
"el león que llevas dentro
nunca muestra su cabeza"
"Ni tampoco los suspiros
sorprendidos por la niebla,
ni las garras rutilantes
de tus zarpas con su fuerza"
"Es mejor estar ausente
y mostrar la indiferencia,
a los niños y mayores
que circulan por la cuesta"
Yo te vi porque una amiga
nos propuso, con paciencia,
describir esa figura
que nos dejas en la piedra.
Y volaron fantasías,
y crecieron las leyendas,
y volvieron otros mundos
infantiles, que se alejan.
Y me vi con los tebeos
en el patio de la escuela,
rebuscando los rincones
de una humilde biblioteca.
Eran años ya lejanos
de una edad que está de vuelta,
y son páginas doradas
que devuelven las mareas.
No te inquieres cara triste,
la nostalgia no está suelta,
aunque viva en un otoño
y estén lejos las sirenas.
Pero ahora te recuerdo
cara triste, entre mis letras,
y contesto a la pregunta
de la amiga de otras tierras.
Yo no sé razón ni origen
de esta causa sempiterna,
y confieso mi ignorancia
para dar una respuesta.
Mas si vuelo con mis sueños
veo en ellos mil poemas,
que resurgen cada día
de mi pecho con más fuerza.
"...Cara triste, cara triste,
no me importa lo que fueras,
lo que importa es lo que eres
aunque ocultes tu vergüenza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/13
Cara triste, cara triste,
¿por qué enseñas tu melena
a la gente que circula
a tu lado en la calleja...?
No respondas, cara triste,
pues ya tengo la respuesta:
"el león que llevas dentro
nunca muestra su cabeza"
"Ni tampoco los suspiros
sorprendidos por la niebla,
ni las garras rutilantes
de tus zarpas con su fuerza"
"Es mejor estar ausente
y mostrar la indiferencia,
a los niños y mayores
que circulan por la cuesta"
Yo te vi porque una amiga
nos propuso, con paciencia,
describir esa figura
que nos dejas en la piedra.
Y volaron fantasías,
y crecieron las leyendas,
y volvieron otros mundos
infantiles, que se alejan.
Y me vi con los tebeos
en el patio de la escuela,
rebuscando los rincones
de una humilde biblioteca.
Eran años ya lejanos
de una edad que está de vuelta,
y son páginas doradas
que devuelven las mareas.
No te inquieres cara triste,
la nostalgia no está suelta,
aunque viva en un otoño
y estén lejos las sirenas.
Pero ahora te recuerdo
cara triste, entre mis letras,
y contesto a la pregunta
de la amiga de otras tierras.
Yo no sé razón ni origen
de esta causa sempiterna,
y confieso mi ignorancia
para dar una respuesta.
Mas si vuelo con mis sueños
veo en ellos mil poemas,
que resurgen cada día
de mi pecho con más fuerza.
"...Cara triste, cara triste,
no me importa lo que fueras,
lo que importa es lo que eres
aunque ocultes tu vergüenza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/13
VARIOS LIBROS ME ESPERAN CON GANAS...
Varios libros me esperan con ganas
a que sienta sus páginas tenues,
a que escuche el fragor de sus hojas
y recoja sus letras silentes.
Porque en ellos se encuentra la esencia
el cariño y dolor tan perenne,
el perfume que embriaga y seduce
y ese abrazo de niño impaciente.
Son los libros rosales con alma,
sensaciones que van y que vienen,
altibajos de mares sin nombre
con resacas de copas que bebes.
Hay algunos que dan alegrías
con caricias que rozan las sienes,
mas en otros, también hay tristezas,
con palabras cruzadas que duelen.
Varios libros me esperan con ganas,
a que acuda a su lado y me siente,
a que tome la pluma en mis manos
y retome el renglón que me hiere.
Porque todos tenemos un libro,
con secretos más bien incipientes,
donde van los suspiros y llantos
y también las sonrisas alegres.
Ese libro guardado, con celo,
está vivo de amor, y latente,
esperando que llegue mi mano
a escribir en sus pliegos de nieve.
Y lo haré, como siempre, con miedo,
deseando que sople el nordeste,
que me traiga el abrazo divino
y me haga temblar porque quiere.
"...Varios libros me esperan con ganas,
soñador, ya senil, que se duerme,
para ver si comparten conmigo
ese dulce candor que ellos tienen..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/13
a que sienta sus páginas tenues,
a que escuche el fragor de sus hojas
y recoja sus letras silentes.
Porque en ellos se encuentra la esencia
el cariño y dolor tan perenne,
el perfume que embriaga y seduce
y ese abrazo de niño impaciente.
Son los libros rosales con alma,
sensaciones que van y que vienen,
altibajos de mares sin nombre
con resacas de copas que bebes.
Hay algunos que dan alegrías
con caricias que rozan las sienes,
mas en otros, también hay tristezas,
con palabras cruzadas que duelen.
Varios libros me esperan con ganas,
a que acuda a su lado y me siente,
a que tome la pluma en mis manos
y retome el renglón que me hiere.
Porque todos tenemos un libro,
con secretos más bien incipientes,
donde van los suspiros y llantos
y también las sonrisas alegres.
Ese libro guardado, con celo,
está vivo de amor, y latente,
esperando que llegue mi mano
a escribir en sus pliegos de nieve.
Y lo haré, como siempre, con miedo,
deseando que sople el nordeste,
que me traiga el abrazo divino
y me haga temblar porque quiere.
"...Varios libros me esperan con ganas,
soñador, ya senil, que se duerme,
para ver si comparten conmigo
ese dulce candor que ellos tienen..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/13
SE MUERE EL CORAZÓN...
Se muere el corazón del navegante
ausente de caricias y de besos,
él sabe que su rumbo continúa
en medio del salitre y del deseo.
La olas zarandean bien la nave,
los hombres afianzan los bicheros,
las velas languidecen en los palos
y un viejo timonel frunce su ceño.
Se cuentan los suspiros de los mares
que miden las paladas de los remos,
las manos invisibles de marinos
ya bregan los toletes con gran celo.
Hay una laxitud en las resacas
que cubren las restingas metro a metro,
y luego se despliegan por la arena,
dejando entre la misma tantos sueños.
Se muere el corazón del navegante
y quedan congelados en el cielo,
proyectos e ilusiones de la vida
que bajan hasta el fondo del océano.
Quisiera que las horas se parasen,
que frenen los delfines su paseo,
que vuelvan cormoranes a la costa
y viren las gaviotas en su vuelo.
Quisiera que el cuaderno de bitácora
llevara entre sus páginas mis versos,
aquellos que saciaron mis latidos
con sangre, con sudor y sufrimiento.
...Pero es como pedir un abordaje
y sé que mi querencia es solo eso,
un rayo de ilusión y fantasía
fundido con el mar en barlovento.
"...Se muere el corazón del navegante
y duermen los rescoldos en el fuego,
la nave va al desguace toda erguida
y el viejo corazón muere en silencio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/11/13
ausente de caricias y de besos,
él sabe que su rumbo continúa
en medio del salitre y del deseo.
La olas zarandean bien la nave,
los hombres afianzan los bicheros,
las velas languidecen en los palos
y un viejo timonel frunce su ceño.
Se cuentan los suspiros de los mares
que miden las paladas de los remos,
las manos invisibles de marinos
ya bregan los toletes con gran celo.
Hay una laxitud en las resacas
que cubren las restingas metro a metro,
y luego se despliegan por la arena,
dejando entre la misma tantos sueños.
Se muere el corazón del navegante
y quedan congelados en el cielo,
proyectos e ilusiones de la vida
que bajan hasta el fondo del océano.
Quisiera que las horas se parasen,
que frenen los delfines su paseo,
que vuelvan cormoranes a la costa
y viren las gaviotas en su vuelo.
Quisiera que el cuaderno de bitácora
llevara entre sus páginas mis versos,
aquellos que saciaron mis latidos
con sangre, con sudor y sufrimiento.
...Pero es como pedir un abordaje
y sé que mi querencia es solo eso,
un rayo de ilusión y fantasía
fundido con el mar en barlovento.
"...Se muere el corazón del navegante
y duermen los rescoldos en el fuego,
la nave va al desguace toda erguida
y el viejo corazón muere en silencio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/11/13
LA ISLA...
La isla de la cordura
tiene las horas contadas,
hay locuras gratuitas
y otras cantan la parrala.
Hay ratones en la isla
que está medio abandonada,
y hay poetas medio locos
que caminan por sus calas.
Vaya isla misteriosa
la que empleo en esta chanza,
la que trazo y configuro
con mi pluma deslenguada.
Va por ellos, dulces locos,
estas letras mal trenzadas,
trazadores de mil sueños
de la mar y la montaña.
Y es la isla donde acuden
estos versos sin mordaza,
con salitres de Gerardo
y con Cancio en su solana.
Dejo a Hierro vigilante,
a Maruri en lontananza,
con Hidalgo en el recuerdo
y a Manuel en la atalaya.
Ya sé bien que muchos locos
no se citan y que estaban,
en la isla tan curiosa,
tan distinta y refinada.
Pero siguen con nosotros,
en sus versos y palabras,
con sus huellas tan traviesas
que dejaron cual migajas.
Una ría soñolienta
nos reúne y nos separa,
de esa isla de los sueños
de poetas sin guitarra.
Porque es cierto lo que digo,
de esa música preclara,
esta dulce sinfonía
de las olas en la playa.
Una isla corta el cielo,
misteriosa y sin cigarras,
mientras brinda con su copa
de locura y sin campanas.
Porque el vino y los licores
sueltan lenguas y las calzan,
y desatan los sentidos
y pasiones en la rampla.
Yo no sé, si en esta isla,
hay cuadernos y pizarras,
más no importa si no tienen,
lo que importa son las ratas.
"...Ratoncitos escritores
de mahones y de panas,
¿dónde están vuestros poemas
que sin ellos no soy nada?..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/11/13
tiene las horas contadas,
hay locuras gratuitas
y otras cantan la parrala.
Hay ratones en la isla
que está medio abandonada,
y hay poetas medio locos
que caminan por sus calas.
Vaya isla misteriosa
la que empleo en esta chanza,
la que trazo y configuro
con mi pluma deslenguada.
Va por ellos, dulces locos,
estas letras mal trenzadas,
trazadores de mil sueños
de la mar y la montaña.
Y es la isla donde acuden
estos versos sin mordaza,
con salitres de Gerardo
y con Cancio en su solana.
Dejo a Hierro vigilante,
a Maruri en lontananza,
con Hidalgo en el recuerdo
y a Manuel en la atalaya.
Ya sé bien que muchos locos
no se citan y que estaban,
en la isla tan curiosa,
tan distinta y refinada.
Pero siguen con nosotros,
en sus versos y palabras,
con sus huellas tan traviesas
que dejaron cual migajas.
Una ría soñolienta
nos reúne y nos separa,
de esa isla de los sueños
de poetas sin guitarra.
Porque es cierto lo que digo,
de esa música preclara,
esta dulce sinfonía
de las olas en la playa.
Una isla corta el cielo,
misteriosa y sin cigarras,
mientras brinda con su copa
de locura y sin campanas.
Porque el vino y los licores
sueltan lenguas y las calzan,
y desatan los sentidos
y pasiones en la rampla.
Yo no sé, si en esta isla,
hay cuadernos y pizarras,
más no importa si no tienen,
lo que importa son las ratas.
"...Ratoncitos escritores
de mahones y de panas,
¿dónde están vuestros poemas
que sin ellos no soy nada?..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/11/13
HAY UN ROSAL AMARILLO...
Hay un rosal amarillo
que florece desde enero
ahora luce rosas tiernas
y es otoñó, casi invierno.
Ha soportado las lluvias,
el rocío y hasta el hielo,
como así bien los calores
del verano solariego.
Hoy le he visto muy mojado
al volver de mi paseo,
con una rosa amarilla
destacando con salero.
Rosa fina y delicada
del rosal, que como un beso,
nos alegras en la tarde
con tu suave balanceo.
Es fácil que alguna noche
sufras frío y hasta el hielo,
bien te cubra de rocío,
de blancura y embeleso.
Y seguro, que así mismo,
sufrirás con ese viento,
que te abraza y acaricia
y te impide ver el cielo.
Porque hay lluvia que resbala
de tus pétalos tan tiernos,
y es el llanto contenido
que no quiere seguir preso.
Rosa bella y amarilla
del rosal que tanto quiero,
no me niegues tu presencia
ni ese tierno balbuceo.
Yo preciso tu figura,
tu silueta entre mis versos,
y preciso de tu gracia
y también de tu salero.
Un suspiro va a mis labios
escapado de mi pecho,
cuando siento el beso ardiente
de los tuyos, entre ellos.
"...Hay un rosal amarillo
que florece todo el tiempo,
en invierno y en verano
y también entre mis sueños..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/11/13
que florece desde enero
ahora luce rosas tiernas
y es otoñó, casi invierno.
Ha soportado las lluvias,
el rocío y hasta el hielo,
como así bien los calores
del verano solariego.
Hoy le he visto muy mojado
al volver de mi paseo,
con una rosa amarilla
destacando con salero.
Rosa fina y delicada
del rosal, que como un beso,
nos alegras en la tarde
con tu suave balanceo.
Es fácil que alguna noche
sufras frío y hasta el hielo,
bien te cubra de rocío,
de blancura y embeleso.
Y seguro, que así mismo,
sufrirás con ese viento,
que te abraza y acaricia
y te impide ver el cielo.
Porque hay lluvia que resbala
de tus pétalos tan tiernos,
y es el llanto contenido
que no quiere seguir preso.
Rosa bella y amarilla
del rosal que tanto quiero,
no me niegues tu presencia
ni ese tierno balbuceo.
Yo preciso tu figura,
tu silueta entre mis versos,
y preciso de tu gracia
y también de tu salero.
Un suspiro va a mis labios
escapado de mi pecho,
cuando siento el beso ardiente
de los tuyos, entre ellos.
"...Hay un rosal amarillo
que florece todo el tiempo,
en invierno y en verano
y también entre mis sueños..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/11/13
¡AY RÍO QUE TE ME ESCAPAS...!
¡Ay río que te me escapas
y que bajas desde el monte,
tú vas besando las piedras
que no tienen caracoles!
Besas riberas y juncos
y bailan un pasodoble,
los remolinos inquietos
que se forman en las hoces.
¿Por qué eres así de injusto
y no esperas a las doce,
cuando el sol está en lo alto
y calienta más los robles?
Pueden ser, y lo supongo,
tus benignas intenciones,
de asombrarnos con susurros
y también con mil rumores.
¡Ay río que te me escapas
y recoges las canciones,
de las ranas y los grillos
que a tu paso ya se esconden!
No dejes que nadie altere
esa música y acorde,
con la dulce sinfonía
que estremece hasta las flores.
Porque sigues tu camino,
cauce abajo, sin redobles,
a encontrarte a la marea
de ese mar verde y salobre.
En él dormirás tranquilo
acunado en su desorden,
con una luna en el cielo
cortejada por los hombres.
"...¡Ay río que te me escapas
y te marchas más al norte,
más allá, donde los sueños,
nunca ya dirán tu nombre..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/13
y que bajas desde el monte,
tú vas besando las piedras
que no tienen caracoles!
Besas riberas y juncos
y bailan un pasodoble,
los remolinos inquietos
que se forman en las hoces.
¿Por qué eres así de injusto
y no esperas a las doce,
cuando el sol está en lo alto
y calienta más los robles?
Pueden ser, y lo supongo,
tus benignas intenciones,
de asombrarnos con susurros
y también con mil rumores.
¡Ay río que te me escapas
y recoges las canciones,
de las ranas y los grillos
que a tu paso ya se esconden!
No dejes que nadie altere
esa música y acorde,
con la dulce sinfonía
que estremece hasta las flores.
Porque sigues tu camino,
cauce abajo, sin redobles,
a encontrarte a la marea
de ese mar verde y salobre.
En él dormirás tranquilo
acunado en su desorden,
con una luna en el cielo
cortejada por los hombres.
"...¡Ay río que te me escapas
y te marchas más al norte,
más allá, donde los sueños,
nunca ya dirán tu nombre..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/13
PUSE NOTAS DE MÚSICA...
Puse notas de música, sin nombre,
y quedaron en este pentagrama,
bajo el cielo grisáceo de la tarde
y un perfil de paciente filigrana.
Eran notas sacadas del vacío,
rescatadas de un limbo sin palabras,
donde el lodo viril de las trincheras
se mezclaba en la sangre y con el agua.
Ya callaron las tiernas golondrinas
y callaron las voces de las armas,
las heridas sofocan el silencio
que conduce a las puertas de la nada.
Unas nubes se alejan, a lo lejos,
y se van sin dejarnos la esperanza,
con el gris sempiterno, en la retina,
y ese odio que aflora en las gargantas.
Puse notas de música, sin nombre,
como aquel que dibuja telarañas,
intentando dejar una sonrisa
en los labios pacientes de las almas.
Pero solo sonaron los silencios
de cascotes y férreas alambradas,
y llegaron con miedos contenidos
el horror de las bombas y metrallas.
¡Cuánto imbécil pasea por el mundo
y a la gente le dicta sus proclamas!,
¡cuánto sabio salido de las urnas
catequiza y confunde en su ganancia...!
...Porque el hombre sencillo se confunde
y camina y trabaja desde el alba,
y saluda y respeta al compañero
sin preguntas, ni credos, ni proclamas.
"...Puse notas de música, sin nombre,
y quedaron sin más, encadenadas,
en la tierra vilmente escarnecida
por la sangre que a ella se escapaba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/11/13
y quedaron en este pentagrama,
bajo el cielo grisáceo de la tarde
y un perfil de paciente filigrana.
Eran notas sacadas del vacío,
rescatadas de un limbo sin palabras,
donde el lodo viril de las trincheras
se mezclaba en la sangre y con el agua.
Ya callaron las tiernas golondrinas
y callaron las voces de las armas,
las heridas sofocan el silencio
que conduce a las puertas de la nada.
Unas nubes se alejan, a lo lejos,
y se van sin dejarnos la esperanza,
con el gris sempiterno, en la retina,
y ese odio que aflora en las gargantas.
Puse notas de música, sin nombre,
como aquel que dibuja telarañas,
intentando dejar una sonrisa
en los labios pacientes de las almas.
Pero solo sonaron los silencios
de cascotes y férreas alambradas,
y llegaron con miedos contenidos
el horror de las bombas y metrallas.
¡Cuánto imbécil pasea por el mundo
y a la gente le dicta sus proclamas!,
¡cuánto sabio salido de las urnas
catequiza y confunde en su ganancia...!
...Porque el hombre sencillo se confunde
y camina y trabaja desde el alba,
y saluda y respeta al compañero
sin preguntas, ni credos, ni proclamas.
"...Puse notas de música, sin nombre,
y quedaron sin más, encadenadas,
en la tierra vilmente escarnecida
por la sangre que a ella se escapaba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/11/13
MI MUNDO SIEMPRE TROPIEZA...
Mi mundo siempre tropieza
con un mar de incomprensiones,
la familia, los amigos
y otros más espectadores.
Pero no importa, yo sigo
escribiendo lo que toque,
unas veces de la luna
y otras veces de emociones.
Así la vida transcurre
entre risas y rumores,
y se animan los silencios
y hasta el alma se repone,
Es fácil perder la vida
y no saber cómo y dónde,
pero difícil hacerlo
sin permiso de los dioses.
Mi mundo siempre tropieza
como un clown con zapatones,
que camina por la pista
con su cara de colores.
Doy dos pasos adelante
aunque siento los azotes,
de ese viento traicionero
que me pisa los talones.
Es otoño, no lo dudes,
y hay estrellas en la noche,
las cigarras ahora callan
abrigadas y en desorden.
Un cometa cruza el cielo
y un barquito el horizonte,
yo los sigo, en la distancia,
en un sueño que se rompe.
Mi mundo siempre se altera
en un mar de sensaciones,
entre sueños, sentimientos
y el candor de los albores.
Brotan lágrimas, de pronto,
y no sé dónde está el norte,
he perdido referencias
y mi brújula se esconde.
Hago un alto en el camino
para ver cuál es mi nombre,
la razón que a mí me lleva
de tener este desorden.
Este viento sin destino,
esta brisa que me absorbe,
este mundo, que es mi mundo,
que quizás me corresponde.
"...Mi mundo siempre está vivo,
chispeante y sin razones,
para ofrecerme la chispa
que yo vierto en mis amores..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/11/13
con un mar de incomprensiones,
la familia, los amigos
y otros más espectadores.
Pero no importa, yo sigo
escribiendo lo que toque,
unas veces de la luna
y otras veces de emociones.
Así la vida transcurre
entre risas y rumores,
y se animan los silencios
y hasta el alma se repone,
Es fácil perder la vida
y no saber cómo y dónde,
pero difícil hacerlo
sin permiso de los dioses.
Mi mundo siempre tropieza
como un clown con zapatones,
que camina por la pista
con su cara de colores.
Doy dos pasos adelante
aunque siento los azotes,
de ese viento traicionero
que me pisa los talones.
Es otoño, no lo dudes,
y hay estrellas en la noche,
las cigarras ahora callan
abrigadas y en desorden.
Un cometa cruza el cielo
y un barquito el horizonte,
yo los sigo, en la distancia,
en un sueño que se rompe.
Mi mundo siempre se altera
en un mar de sensaciones,
entre sueños, sentimientos
y el candor de los albores.
Brotan lágrimas, de pronto,
y no sé dónde está el norte,
he perdido referencias
y mi brújula se esconde.
Hago un alto en el camino
para ver cuál es mi nombre,
la razón que a mí me lleva
de tener este desorden.
Este viento sin destino,
esta brisa que me absorbe,
este mundo, que es mi mundo,
que quizás me corresponde.
"...Mi mundo siempre está vivo,
chispeante y sin razones,
para ofrecerme la chispa
que yo vierto en mis amores..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/11/13
VEO SOMBRAS...
Veo sombra en los balcones
y una luz en la ventana,
siento miedo, no lo niego,
del vacío que me abraza.
Hay pasiones con negrura
que rezuman en las almas,
y hay tibieza en los suspirosos
que pronuncian las palabras.
Y esos gritos tan oscuros,
esas lágrimas veladas,
son el eco que ha quedado
polvoriento y en la nada.
Hay secretos que se esconden
y rumores que se escapan,
como gotas del rocío
esparcidas por la escarcha.
Veo sombras tras tus ojos
y una nube de nostalgia,
que perdura en tu pupila
como lágrima en el alba.
Yo no sé si las galernas
han rozado tus pestañas,
y si el lirio de los ríos
ha doblado sus espaldas.
Sólo sé lo que ahora veo
y es muy claro lo que falta,
la alegría de tus ojos
y ese canto en tu garganta.
Esa dulce melodía
con que ayer me regalabas,
y ese gesto de tus manos
saludando en la mañana.
Veo sombras retenidas
en la alcoba siempre clara,
y aquel vano, con su puerta,
que estremece traspasarla.
Un rumor corre en la calle,
como oveja descarriada,
relatando tu partida
hacia tierras muy lejanas.
Yo no sé si será cierto,
lo que cuentan y que hablan,
pero sé que estoy confuso
pues no escucho a la cigarra.
Esa voz tan melodiosa,
ese timbre de gitana,
ese son que estremecía
y animaba las jornadas.
"...Veo sombras sin sentido
y ligeras telarañas,
tengo miedo, lo confieso,
de perder tu voz amada..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/11/13
y una luz en la ventana,
siento miedo, no lo niego,
del vacío que me abraza.
Hay pasiones con negrura
que rezuman en las almas,
y hay tibieza en los suspirosos
que pronuncian las palabras.
Y esos gritos tan oscuros,
esas lágrimas veladas,
son el eco que ha quedado
polvoriento y en la nada.
Hay secretos que se esconden
y rumores que se escapan,
como gotas del rocío
esparcidas por la escarcha.
Veo sombras tras tus ojos
y una nube de nostalgia,
que perdura en tu pupila
como lágrima en el alba.
Yo no sé si las galernas
han rozado tus pestañas,
y si el lirio de los ríos
ha doblado sus espaldas.
Sólo sé lo que ahora veo
y es muy claro lo que falta,
la alegría de tus ojos
y ese canto en tu garganta.
Esa dulce melodía
con que ayer me regalabas,
y ese gesto de tus manos
saludando en la mañana.
Veo sombras retenidas
en la alcoba siempre clara,
y aquel vano, con su puerta,
que estremece traspasarla.
Un rumor corre en la calle,
como oveja descarriada,
relatando tu partida
hacia tierras muy lejanas.
Yo no sé si será cierto,
lo que cuentan y que hablan,
pero sé que estoy confuso
pues no escucho a la cigarra.
Esa voz tan melodiosa,
ese timbre de gitana,
ese son que estremecía
y animaba las jornadas.
"...Veo sombras sin sentido
y ligeras telarañas,
tengo miedo, lo confieso,
de perder tu voz amada..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/11/13
YO LLEVO UN TULIPÁN EN LA SOLAPA...
Yo llevo un tulipán en la solapa
y quiero compartirlo con tus labios,
un roce de sus pétalos divinos
y un beso que te llegue sin pensarlo.
Prefiero un crucigrama a los tebeos
y pienso que reír es necesario,
más creo que afilarse los sentidos
es algo que se forja con trabajo.
Mas siento que, en cuestión de sentimientos,
el alma y la razón son dos extraños,
la una porque ansía poesía
y en cambio la razón busca sus pasos.
No quiero eternizar disquisiciones
que a nada llevarán, más que al engaño,
prefiero la sonrisa y la alegría
y el verso de unos labios espontáneo.
Yo llevo un tulipán en la solapa,
me digo ruboroso, cual corsario,
la llevo porque busco tus latidos
que ignoro y que adivino tan cercanos.
Yo sé que estás aquí, y estás presente,
y siento el corazón enamorado,
él late encabritado como un río
buscando la templanza del remanso.
Un fiero vendaval, de pronto azota,
golpea con su fuerza los tejados,
traspasa el corazón del hombre-niño,
causando gran herida su venablo.
La brisa que acaricia al moribundo,
es música celeste de un piano,
es bella partitura de los dioses,
lectura y pentagrama de los astros.
"...Yo llevo un tulipán en la solapa
y quiero que se duerma en tu costado,
le quiero con mis sueños infantiles
y el hombre que a su lado va temblando..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/11/13
y quiero compartirlo con tus labios,
un roce de sus pétalos divinos
y un beso que te llegue sin pensarlo.
Prefiero un crucigrama a los tebeos
y pienso que reír es necesario,
más creo que afilarse los sentidos
es algo que se forja con trabajo.
Mas siento que, en cuestión de sentimientos,
el alma y la razón son dos extraños,
la una porque ansía poesía
y en cambio la razón busca sus pasos.
No quiero eternizar disquisiciones
que a nada llevarán, más que al engaño,
prefiero la sonrisa y la alegría
y el verso de unos labios espontáneo.
Yo llevo un tulipán en la solapa,
me digo ruboroso, cual corsario,
la llevo porque busco tus latidos
que ignoro y que adivino tan cercanos.
Yo sé que estás aquí, y estás presente,
y siento el corazón enamorado,
él late encabritado como un río
buscando la templanza del remanso.
Un fiero vendaval, de pronto azota,
golpea con su fuerza los tejados,
traspasa el corazón del hombre-niño,
causando gran herida su venablo.
La brisa que acaricia al moribundo,
es música celeste de un piano,
es bella partitura de los dioses,
lectura y pentagrama de los astros.
"...Yo llevo un tulipán en la solapa
y quiero que se duerma en tu costado,
le quiero con mis sueños infantiles
y el hombre que a su lado va temblando..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/11/13
CON SANGRE Y CON EL FUEGO...
Con sangre y con el fuego se alimentan
los tenues pensamientos del impío,
él vive en un inferno sin futuro
carece de moral en sus instintos.
Por eso se reboza en las miserias
nadando en la bazofia de su sino,
él saca con la luz sus emociones
y siente la crudeza de los fríos.
Es una sensación inenarrable
que surge, qué sé yo, como un suspiro,
un alma desgarrada en sus entrañas
en forma de susurro, casi un grito.
Con sangre y con el fuego se formaron
las huellas que allanaron los caminos,
después de terremotos y batallas
con piedras y con barros muy cocidos.
Las manos de los hombres las armaron,
con muros, en calzadas, y con hitos,
así se caminaba con premura
sabiendo el viandante su destino.
Quedaron las cunetas encharcadas
por culpa del verano y del estío,
las hojas se mezclaron con la sangre
y el fuego enrojeció con mil chasquidos.
Con sangre y con el fuego se esculpieron
los signos, a cincel, en el granito,
sin nombres y olvidados en sus tumbas
y el polvo y las cenizas en el río.
La historia está plagada de cobardes,
los muertos son los héroes vencidos,
aquellos recuperan la sonrisa
a costa de robársela a los lirios.
No importa que se escriba de las guerras,
si se hace con rigor y realismo,
la vida está latente en cada hombre
e importa cada ser y su latido.
"...Con sangre y con el fuego renovado
me postro ante mi Dios, y yo le exijo,
que cesen las violencias y las guerras,
y el odio en corazones y sentidos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/11/13
los tenues pensamientos del impío,
él vive en un inferno sin futuro
carece de moral en sus instintos.
Por eso se reboza en las miserias
nadando en la bazofia de su sino,
él saca con la luz sus emociones
y siente la crudeza de los fríos.
Es una sensación inenarrable
que surge, qué sé yo, como un suspiro,
un alma desgarrada en sus entrañas
en forma de susurro, casi un grito.
Con sangre y con el fuego se formaron
las huellas que allanaron los caminos,
después de terremotos y batallas
con piedras y con barros muy cocidos.
Las manos de los hombres las armaron,
con muros, en calzadas, y con hitos,
así se caminaba con premura
sabiendo el viandante su destino.
Quedaron las cunetas encharcadas
por culpa del verano y del estío,
las hojas se mezclaron con la sangre
y el fuego enrojeció con mil chasquidos.
Con sangre y con el fuego se esculpieron
los signos, a cincel, en el granito,
sin nombres y olvidados en sus tumbas
y el polvo y las cenizas en el río.
La historia está plagada de cobardes,
los muertos son los héroes vencidos,
aquellos recuperan la sonrisa
a costa de robársela a los lirios.
No importa que se escriba de las guerras,
si se hace con rigor y realismo,
la vida está latente en cada hombre
e importa cada ser y su latido.
"...Con sangre y con el fuego renovado
me postro ante mi Dios, y yo le exijo,
que cesen las violencias y las guerras,
y el odio en corazones y sentidos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/11/13
NO ROMPAS EL ENCANTO DE LAS AGUAS...
No rompas el encanto de las aguas
ni manches el trasluz de los cristales,
las aguas nos ofrecen sus canciones
sacando sinfonías de los mares.
Por contra, los cristales son espejos,
reflejan las sonrisas tan fugaces,
las lágrimas silentes de los ojos
y el beso de tus labios singulares.
Yo quiero una cosita acurrucada,
que mire, que susurre y que me hable,
que diga en el silencio lo que sienta
y luego, sin preguntas, que me abrace.
No rompas el encanto de las aguas
ni apures la visión de los rosales,
las rosas son la esencia de la vida
que dicen, sin palabras, lo que saben.
Apura la pasión de tu nostalgia
y busca la verdad en cada calle,
no mires hacia atrás, deja tus miedos,
ni temas al reflejo de tu imagen.
La vida se compone de fontanas,
de acequias y de lagos circulares,
en ellos se condensan los recuerdos
que vuelan cual gaviotas en la tarde.
No rompas el encanto de las aguas,
repito, y no me canso de citarte,
las aguas cantarinas son tranquilas,
con música de vals para que bailes.
No temas deslizarte por las olas,
tampoco por lagunas insondables,
un manto te abrirá siempre sus brazos
y en ellos dejarás tantas saudades.
Aquellas que te agobian con galernas,
con flecos de ciclones y oleajes,
con gritos angustiados de los hombres,
que piden una mano en que apoyarse.
"...No rompas el encanto de las aguas,
"cosita de cristal", inalcanzable,
la vida se compone de suspiros,
fragmentos, sensaciones y detalles..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/11/13
ni manches el trasluz de los cristales,
las aguas nos ofrecen sus canciones
sacando sinfonías de los mares.
Por contra, los cristales son espejos,
reflejan las sonrisas tan fugaces,
las lágrimas silentes de los ojos
y el beso de tus labios singulares.
Yo quiero una cosita acurrucada,
que mire, que susurre y que me hable,
que diga en el silencio lo que sienta
y luego, sin preguntas, que me abrace.
No rompas el encanto de las aguas
ni apures la visión de los rosales,
las rosas son la esencia de la vida
que dicen, sin palabras, lo que saben.
Apura la pasión de tu nostalgia
y busca la verdad en cada calle,
no mires hacia atrás, deja tus miedos,
ni temas al reflejo de tu imagen.
La vida se compone de fontanas,
de acequias y de lagos circulares,
en ellos se condensan los recuerdos
que vuelan cual gaviotas en la tarde.
No rompas el encanto de las aguas,
repito, y no me canso de citarte,
las aguas cantarinas son tranquilas,
con música de vals para que bailes.
No temas deslizarte por las olas,
tampoco por lagunas insondables,
un manto te abrirá siempre sus brazos
y en ellos dejarás tantas saudades.
Aquellas que te agobian con galernas,
con flecos de ciclones y oleajes,
con gritos angustiados de los hombres,
que piden una mano en que apoyarse.
"...No rompas el encanto de las aguas,
"cosita de cristal", inalcanzable,
la vida se compone de suspiros,
fragmentos, sensaciones y detalles..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/11/13
CUANDO EL ALMA SE INUNDE DE SILENCIOS...
Cuando el alma se inunda de silencios
las estrellas detienen sus mensajes,
los relojes revisan sus sonidos
y destacan el verde de los mares.
Unas nubes adornan a los cielos
y hasta el cielo renueva sus ropajes,
los azules celestes son profundos
sin un velo de niebla que los tape.
He sentido la gracia del silencio,
esa paz que me llega sin ambages,
como restos de gotas suspendidas
que provienen del mar y sus embates.
Cuando el alma se inunda de silencios
los suspiros se escapan a la calle,
y recorren caminos sin destino,
para ir a ventanas y portales.
Allí aguardan que alguien les reciba,
les escuche y atienda sus verdades,
porque al fin, los suspiros son susurros,
que nos dejan las almas inmortales.
No sé bien los rumores del silencio,
y si llegan con ellos tempestades,
pero siento la música sublime
de las notas que calman nuestros males.
Cuando el alma se inunda de silencios
hay un vaso que ofrece sus bondades,
es un néctar que eleva los sentidos
y despierta los sueños irreales.
Es quizás lo que espera la conciencia,
la ilusión tan pedida e irrealizable,
esa nota y arpegio tan divino,
y la luz que te alumbra sin tocarte.
Porque el hombre y el niño del poema,
al final, son el mismo, y tan iguales,
que el silencio es la mano de aquel arpa
que acaricia sus cuerpos en la tarde.
"...Cuando el alma se inunda de silencios
un rumor se acrecienta con la sangre,
es un grito que nace en las entrañas
y que muere en los labios donde nace..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/11/13
las estrellas detienen sus mensajes,
los relojes revisan sus sonidos
y destacan el verde de los mares.
Unas nubes adornan a los cielos
y hasta el cielo renueva sus ropajes,
los azules celestes son profundos
sin un velo de niebla que los tape.
He sentido la gracia del silencio,
esa paz que me llega sin ambages,
como restos de gotas suspendidas
que provienen del mar y sus embates.
Cuando el alma se inunda de silencios
los suspiros se escapan a la calle,
y recorren caminos sin destino,
para ir a ventanas y portales.
Allí aguardan que alguien les reciba,
les escuche y atienda sus verdades,
porque al fin, los suspiros son susurros,
que nos dejan las almas inmortales.
No sé bien los rumores del silencio,
y si llegan con ellos tempestades,
pero siento la música sublime
de las notas que calman nuestros males.
Cuando el alma se inunda de silencios
hay un vaso que ofrece sus bondades,
es un néctar que eleva los sentidos
y despierta los sueños irreales.
Es quizás lo que espera la conciencia,
la ilusión tan pedida e irrealizable,
esa nota y arpegio tan divino,
y la luz que te alumbra sin tocarte.
Porque el hombre y el niño del poema,
al final, son el mismo, y tan iguales,
que el silencio es la mano de aquel arpa
que acaricia sus cuerpos en la tarde.
"...Cuando el alma se inunda de silencios
un rumor se acrecienta con la sangre,
es un grito que nace en las entrañas
y que muere en los labios donde nace..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/11/13
¡AY DEL AMOR...!
¡Ay del amor!, que surge tan esquivo
y pasa de puntillas por la vida,
quizás es un ardiente fugitivo
huyendo de algún pecho y de tu herida.
Aunque también es tierno y compasivo,
es el candor de rosa florecida,
es el laurel y rama del olivo
que busca con pasión una salida.
Se puede suspirar eternamente
clamando por amor en la mañana.
Se puede responder serenamente
que no es el corazón quien siempre gana.
Mas dice la razón, muy brevemente,
que el alma sin amor se vuelve arcana.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/11/13
y pasa de puntillas por la vida,
quizás es un ardiente fugitivo
huyendo de algún pecho y de tu herida.
Aunque también es tierno y compasivo,
es el candor de rosa florecida,
es el laurel y rama del olivo
que busca con pasión una salida.
Se puede suspirar eternamente
clamando por amor en la mañana.
Se puede responder serenamente
que no es el corazón quien siempre gana.
Mas dice la razón, muy brevemente,
que el alma sin amor se vuelve arcana.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/11/13
NO QUIERO DESPERTAR...
No quiero despertar
en medio de los sueños,
teniendo al corazón
sufriendo por tus besos.
Prefiero vacilar,
vagar por los recuerdos,
perdiendo la razón
y el norte de mis besos.
Quisiere recordar
mis dedos por tu cuerpo,
y aquella sinrazón
dejada por tus besos.
Es fácil recordar
segundos de otro tiempo,
unidos al candor
robados por mis besos.
No quiero despertar
en medio del silencio
sintiendo un gran dolor
por culpa de tus besos.
Yo quiero alimentar
la fuente del deseo,
llegando hasta la flor
contigo y con mis besos.
Si te he de perdonar,
perdono el devaneo,
el vino y el licor
producto de tus besos.
Mas quiero recordar
las tardes del invierno,
las llamas y el fogón
mezcladas con mis besos.
No quiero despertar
suspiros ni lamentos,
ni tragos de aquel ron
unidos a tus besos.
Si acaso matizar
el fuego del infierno,
la lava y el calor
surgida de mis besos.
Tú fuiste, sin dudar,
la imagen y el deseo,
el leño y el carbón
prendidos con tus besos.
Y así te pude amar,
sirena de mis versos,
calmando la pasión
un poco con mis besos.
"...No quiero despertar
al ángel que recuerdo,
producto de un amor
surgido de dos besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/11/13
en medio de los sueños,
teniendo al corazón
sufriendo por tus besos.
Prefiero vacilar,
vagar por los recuerdos,
perdiendo la razón
y el norte de mis besos.
Quisiere recordar
mis dedos por tu cuerpo,
y aquella sinrazón
dejada por tus besos.
Es fácil recordar
segundos de otro tiempo,
unidos al candor
robados por mis besos.
No quiero despertar
en medio del silencio
sintiendo un gran dolor
por culpa de tus besos.
Yo quiero alimentar
la fuente del deseo,
llegando hasta la flor
contigo y con mis besos.
Si te he de perdonar,
perdono el devaneo,
el vino y el licor
producto de tus besos.
Mas quiero recordar
las tardes del invierno,
las llamas y el fogón
mezcladas con mis besos.
No quiero despertar
suspiros ni lamentos,
ni tragos de aquel ron
unidos a tus besos.
Si acaso matizar
el fuego del infierno,
la lava y el calor
surgida de mis besos.
Tú fuiste, sin dudar,
la imagen y el deseo,
el leño y el carbón
prendidos con tus besos.
Y así te pude amar,
sirena de mis versos,
calmando la pasión
un poco con mis besos.
"...No quiero despertar
al ángel que recuerdo,
producto de un amor
surgido de dos besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/11/13
NO PUEDO COMPRENDER...
No puedo comprender de qué manera
volaron las cenizas por la ría,
ni puedo conseguir, que la memoria,
separe los nordestes de la brisa.
Me queda la emoción del navegante,
del joven escalando hasta la cima,
del hombre con sus pasos, peregrino,
llegando arrodillado a la hornacina.
Se funden y confunden pensamientos,
recuerdos de ilusión y fantasía,
momentos de esplendor y alunizaje
y de otros que embellecen las mejillas.
Hay ratos de silencio y soledad
que nunca morirán en las pupilas,
y hay ratos de pasión y de lujuria
que siempre quedarán en las retinas.
No puedo comprender cómo, de pronto,
un día amaneció, sin ser de día,
ni puedo comprender cómo, una noche,
de pronto se volvió luz infinita.
Volaron los preceptos y pecados,
marcharon a riberas más tranquilas,
se fueron con morales y entelequias
a un mundo de emociones más sencillas.
Y entonces me quedé con la resaca
del hambre y de la sed que me imbuía,
lujuria capital de los sentidos
del gran masturbador de la otra vida.
Sonaron las alertas en la mente
y el alma despertó muy dolorida,
allí resucitaba el Don Quijote
pisando el camposanto de Castilla.
No puedo comprender por qué te fuiste,
dejando tras tus pasos margaritas,
ni el rumbo que tomaste con tus pasos,
ni cómo abandonaste la campiña.
Más sé que me quedé con el silencio,
llorando sin parar en esa orilla,
a un lado donde quedan los valientes
y al otro donde acaban los suicidas.
Maldije como nunca mi destino
y el acto de soberbia y cobardía,
no supe dar el salto, en su momento,
y allí yo me quedé con tu sonrisa.
Ahora yo me encuentro encadenado,
luchando por salir de esta agonía,
sintiendo que la vida se me escapa
por culpa de un amor y de su herida.
"...No puedo comprender cuánto te he amado,
ni acierto a musitar "que te quería",
más sé que estás en mí, y en mi recuerdo,
y siempre lo estarás mientras yo viva..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/11/13
volaron las cenizas por la ría,
ni puedo conseguir, que la memoria,
separe los nordestes de la brisa.
Me queda la emoción del navegante,
del joven escalando hasta la cima,
del hombre con sus pasos, peregrino,
llegando arrodillado a la hornacina.
Se funden y confunden pensamientos,
recuerdos de ilusión y fantasía,
momentos de esplendor y alunizaje
y de otros que embellecen las mejillas.
Hay ratos de silencio y soledad
que nunca morirán en las pupilas,
y hay ratos de pasión y de lujuria
que siempre quedarán en las retinas.
No puedo comprender cómo, de pronto,
un día amaneció, sin ser de día,
ni puedo comprender cómo, una noche,
de pronto se volvió luz infinita.
Volaron los preceptos y pecados,
marcharon a riberas más tranquilas,
se fueron con morales y entelequias
a un mundo de emociones más sencillas.
Y entonces me quedé con la resaca
del hambre y de la sed que me imbuía,
lujuria capital de los sentidos
del gran masturbador de la otra vida.
Sonaron las alertas en la mente
y el alma despertó muy dolorida,
allí resucitaba el Don Quijote
pisando el camposanto de Castilla.
No puedo comprender por qué te fuiste,
dejando tras tus pasos margaritas,
ni el rumbo que tomaste con tus pasos,
ni cómo abandonaste la campiña.
Más sé que me quedé con el silencio,
llorando sin parar en esa orilla,
a un lado donde quedan los valientes
y al otro donde acaban los suicidas.
Maldije como nunca mi destino
y el acto de soberbia y cobardía,
no supe dar el salto, en su momento,
y allí yo me quedé con tu sonrisa.
Ahora yo me encuentro encadenado,
luchando por salir de esta agonía,
sintiendo que la vida se me escapa
por culpa de un amor y de su herida.
"...No puedo comprender cuánto te he amado,
ni acierto a musitar "que te quería",
más sé que estás en mí, y en mi recuerdo,
y siempre lo estarás mientras yo viva..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/11/13
YA VUELAN LAS GAVIOTAS...
Ya vuelan las gaviotas
y vienen a mi encuentro,
con giros muy pausados
y lentos movimientos.
Parece que encaminan
su vuelo más bien lejos,
quizás porque presagian
llegada de otros vientos.
Venida de galernas,
de rayos y de truenos,
con lluvia acalorada
cayendo por los suelos.
Ya vuelan las gaviotas
y marchan a lo lejos,
quizás hasta la playa,
la costa y el roquero.
Allí forman sus nidos
con ramas y sus lechos,
ajenas a los hombres
lejanos en el tiempo.
Atrás quedan los puentes,
las rías y hasta el puerto,
cubiertos de neblina
y anclados de silencio.
Ya vuelan las gaviotas,
me digo, y yo las veo,
y danzan con su baile
que exponen por el cielo.
Eternas bailarinas,
imágenes sin freno,
emblemas de una raza
de sal, de mar y hielo.
Así son las gaviotas
que vienen en los versos,
y piden mil caricias
con dulce picoteo.
"...Ya vuelan las gaviotas
y vuelven con los besos,
perfumes y resacas,
salitres marineros..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/11/13
y vienen a mi encuentro,
con giros muy pausados
y lentos movimientos.
Parece que encaminan
su vuelo más bien lejos,
quizás porque presagian
llegada de otros vientos.
Venida de galernas,
de rayos y de truenos,
con lluvia acalorada
cayendo por los suelos.
Ya vuelan las gaviotas
y marchan a lo lejos,
quizás hasta la playa,
la costa y el roquero.
Allí forman sus nidos
con ramas y sus lechos,
ajenas a los hombres
lejanos en el tiempo.
Atrás quedan los puentes,
las rías y hasta el puerto,
cubiertos de neblina
y anclados de silencio.
Ya vuelan las gaviotas,
me digo, y yo las veo,
y danzan con su baile
que exponen por el cielo.
Eternas bailarinas,
imágenes sin freno,
emblemas de una raza
de sal, de mar y hielo.
Así son las gaviotas
que vienen en los versos,
y piden mil caricias
con dulce picoteo.
"...Ya vuelan las gaviotas
y vuelven con los besos,
perfumes y resacas,
salitres marineros..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/11/13
PERSIGO LAS FONTANAS CANTARINAS...
Persigo las fontanas cantarinas
que llenan los oídos del poeta,
escucho con los ojos bien cerrados
el agua que saluda a las estrellas.
Me deja ensimismado su sonido
y sueño con un mundo de leyendas,
allí donde los hombres se hacen niños
y juegan por las playas tan inmensas.
Hay bosques encantados y con hadas,
y ramas que se estiran y se elevan,
alfombras muy mullidas por el musgo
y hayedos que te ofrecen su corteza.
Hay nombres enmarcados en los robles
con lindos corazones en sus venas,
trazados por los jóvenes inquietos
que hicieron del amor una promesa.
Persigo las fontanas cantarinas
y escucho, en sus canciones, la protesta,
el grito indiscutible de la vida
dejado por la gran naturaleza.
Hay noches en que cantan las cigarras
y en otras, el silencio con la niebla,
abrazan y subyugan los sentidos
y asfixian a los hombres con su fuerza.
Hay cantos especiales que se escuchan
y llegan de las formas más diversas,
quizás de las estrellas muy lejanas
o puede que de playas y de arenas.
Es fácil que los sueños me confundan
mezclando realidades con poemas,
escenas de ilusión y fantasía
creadas por la fiebre en su defensa.
"...Persigo las fontanas cantarinas
y bebo de sus aguas siempre frescas,
mis labios se refrescan y reviven
y buscan a tus labios que se acercan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/11/13
que llenan los oídos del poeta,
escucho con los ojos bien cerrados
el agua que saluda a las estrellas.
Me deja ensimismado su sonido
y sueño con un mundo de leyendas,
allí donde los hombres se hacen niños
y juegan por las playas tan inmensas.
Hay bosques encantados y con hadas,
y ramas que se estiran y se elevan,
alfombras muy mullidas por el musgo
y hayedos que te ofrecen su corteza.
Hay nombres enmarcados en los robles
con lindos corazones en sus venas,
trazados por los jóvenes inquietos
que hicieron del amor una promesa.
Persigo las fontanas cantarinas
y escucho, en sus canciones, la protesta,
el grito indiscutible de la vida
dejado por la gran naturaleza.
Hay noches en que cantan las cigarras
y en otras, el silencio con la niebla,
abrazan y subyugan los sentidos
y asfixian a los hombres con su fuerza.
Hay cantos especiales que se escuchan
y llegan de las formas más diversas,
quizás de las estrellas muy lejanas
o puede que de playas y de arenas.
Es fácil que los sueños me confundan
mezclando realidades con poemas,
escenas de ilusión y fantasía
creadas por la fiebre en su defensa.
"...Persigo las fontanas cantarinas
y bebo de sus aguas siempre frescas,
mis labios se refrescan y reviven
y buscan a tus labios que se acercan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/11/13
UN RAYO DE LA LUZ ESTÁ EN TUS OJOS...
Un rayo de la luz está en tus ojos
con el reflejo alegre de tu alma,
es una brisa suave y seductora
que deja las cortinas levantadas.
Quisiera retener este momento,
limpiar las incontables telarañas,
sentir cada latido de las horas
y luego confundirme en tu mirada.
Quisiera penetrar con tus perfumes
muy dentro, donde nadie me alcanzara,
sacando de tu pecho los suspiros
y nieblas con jirones y nostalgias.
Quisiera arrebatarte el paraíso,
la risa que tus labios me contagian,
la sed inalcanzable del deseo
que emana de tu cuerpo en la mañana.
Me queman los rescoldos de tu fuego
y siento las caricias de las llamas,
que juegan con mi cuerpo y mis sentidos
y sacian con su néctar mis entrañas.
Me excita la pasión del navegante
que extiende sus caricias por las aguas,
las roza y las sublima con sus dedos
y luego fantasea y las aparta.
Prefiero conservar en mis oídos
la voz incomparable que dejaras,
leyendo aquellos versos agridulces
que un día me leíste con el alba.
Prefiero retener tantos silencios
creados al albor de una esperanza,
en ellos te sentía estremecerte
y darme tu cariño sin palabras.
"...Un rayo de la luz está en tus ojos,
y un trozo de emoción a mí me embarga,
te quiero corazón, y tú lo sabes,
no importa esta orfandad, ni la distancia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/11/13
con el reflejo alegre de tu alma,
es una brisa suave y seductora
que deja las cortinas levantadas.
Quisiera retener este momento,
limpiar las incontables telarañas,
sentir cada latido de las horas
y luego confundirme en tu mirada.
Quisiera penetrar con tus perfumes
muy dentro, donde nadie me alcanzara,
sacando de tu pecho los suspiros
y nieblas con jirones y nostalgias.
Quisiera arrebatarte el paraíso,
la risa que tus labios me contagian,
la sed inalcanzable del deseo
que emana de tu cuerpo en la mañana.
Me queman los rescoldos de tu fuego
y siento las caricias de las llamas,
que juegan con mi cuerpo y mis sentidos
y sacian con su néctar mis entrañas.
Me excita la pasión del navegante
que extiende sus caricias por las aguas,
las roza y las sublima con sus dedos
y luego fantasea y las aparta.
Prefiero conservar en mis oídos
la voz incomparable que dejaras,
leyendo aquellos versos agridulces
que un día me leíste con el alba.
Prefiero retener tantos silencios
creados al albor de una esperanza,
en ellos te sentía estremecerte
y darme tu cariño sin palabras.
"...Un rayo de la luz está en tus ojos,
y un trozo de emoción a mí me embarga,
te quiero corazón, y tú lo sabes,
no importa esta orfandad, ni la distancia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/11/13
YA LLEGAN A LA ORILLA...
Ya llegan a la orilla
los restos del naufragio,
las tablas y careles,
los remos y los bancos.
Y llegan medio rotos
y acaso destrozados,
los sueños marineros
vividos desde antaño.
La playa los acoge
con versos muy sagrados,
y hay olas soñolientas
que ofrecen su regazo.
Se quedan por la orilla
las formas de aquel barco,
figuras caprichosas
de puertos tan lejanos.
Ya llegan los arpegios,
retazos de mil cantos,
baladas de sirenas
envueltas en sudarios.
Así son las galernas
que rompen sin pensarlo,
destrozan cuanto pueden
y luego van al pairo.
Se quedan congeladas
las piernas y las manos,
y el pecho se comprime
latiendo muy despacio.
Hay algo que supera
las formas de este cuadro,
y son los lagrimones
que bajan con el llanto.
Hoy lloran, en silencio,
las nubes desde el alto,
y lloran las mareas,
¡no pueden remediarlo!
Se parte el corazón
y lo hace en mil pedazos,
y busca, entre la orilla,
los restos que han llegado.
"No tiembles", yo le digo,
y aprieta bien los labios,
quizás en esa playa
te encuentres un abrazo"
"Encuentres mariposas
y sueños renovados,
en naves relucientes
que ansían otros brazos"
"...Ya llegan a la orilla
las cruces con sus clavos,
suspiros de otros tiempos
con cirios apagados..."
Rafael Sánchez Ortega
08/11/13
los restos del naufragio,
las tablas y careles,
los remos y los bancos.
Y llegan medio rotos
y acaso destrozados,
los sueños marineros
vividos desde antaño.
La playa los acoge
con versos muy sagrados,
y hay olas soñolientas
que ofrecen su regazo.
Se quedan por la orilla
las formas de aquel barco,
figuras caprichosas
de puertos tan lejanos.
Ya llegan los arpegios,
retazos de mil cantos,
baladas de sirenas
envueltas en sudarios.
Así son las galernas
que rompen sin pensarlo,
destrozan cuanto pueden
y luego van al pairo.
Se quedan congeladas
las piernas y las manos,
y el pecho se comprime
latiendo muy despacio.
Hay algo que supera
las formas de este cuadro,
y son los lagrimones
que bajan con el llanto.
Hoy lloran, en silencio,
las nubes desde el alto,
y lloran las mareas,
¡no pueden remediarlo!
Se parte el corazón
y lo hace en mil pedazos,
y busca, entre la orilla,
los restos que han llegado.
"No tiembles", yo le digo,
y aprieta bien los labios,
quizás en esa playa
te encuentres un abrazo"
"Encuentres mariposas
y sueños renovados,
en naves relucientes
que ansían otros brazos"
"...Ya llegan a la orilla
las cruces con sus clavos,
suspiros de otros tiempos
con cirios apagados..."
Rafael Sánchez Ortega
08/11/13
SE HA CERRADO UNA PUERTA...
Se ha cerrado una puerta al infinito
y tras ella callaron las cigarras,
se murieron los sueños por el tiempo
y callaron las hojas tan doradas.
¡Cuánta nota de azul y colorido
se quedó en el camino con nostalgia!,
al igual que los ojos vivarachos
con pupilas llorosas por sus lágrimas.
Pero el tiempo, en presente, no perdona
y prosigue el camino hacia la nada,
a ese mundo sutil de interrogantes
donde acaba la vida con su marcha.
Y es así que la misma continúa,
y se abren y cierran mil ventanas,
que se llenan de polvo del camino
y se cubren también de telarañas.
Se ha cerrado una puerta en la ribera
y quedó solitaria la cabaña,
con la luna mirando desde el cielo,
aunque abajo cerraran las ventanas.
Porque así se quedaban encerrados
sentimientos nacidos en las almas,
y los sueños con ellos emitidos
en las tardes de agosto soleadas.
Es el precio del cierre de esa puerta,
es la vida y presente que se acaba,
y al final deseamos un futuro
que nos traiga la miel y la esperanza.
Un sabor agridulce del recuerdo,
todavía nos quema en la garganta,
con el pecho trotando sin sentido
y la sangre marchando acelerada.
"...Se ha cerrado una puerta envejecida
y tras ella callaron las palabras,
porque el tiempo y la niebla son constantes
y ahora duermen las voces de la casa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/11/13
y tras ella callaron las cigarras,
se murieron los sueños por el tiempo
y callaron las hojas tan doradas.
¡Cuánta nota de azul y colorido
se quedó en el camino con nostalgia!,
al igual que los ojos vivarachos
con pupilas llorosas por sus lágrimas.
Pero el tiempo, en presente, no perdona
y prosigue el camino hacia la nada,
a ese mundo sutil de interrogantes
donde acaba la vida con su marcha.
Y es así que la misma continúa,
y se abren y cierran mil ventanas,
que se llenan de polvo del camino
y se cubren también de telarañas.
Se ha cerrado una puerta en la ribera
y quedó solitaria la cabaña,
con la luna mirando desde el cielo,
aunque abajo cerraran las ventanas.
Porque así se quedaban encerrados
sentimientos nacidos en las almas,
y los sueños con ellos emitidos
en las tardes de agosto soleadas.
Es el precio del cierre de esa puerta,
es la vida y presente que se acaba,
y al final deseamos un futuro
que nos traiga la miel y la esperanza.
Un sabor agridulce del recuerdo,
todavía nos quema en la garganta,
con el pecho trotando sin sentido
y la sangre marchando acelerada.
"...Se ha cerrado una puerta envejecida
y tras ella callaron las palabras,
porque el tiempo y la niebla son constantes
y ahora duermen las voces de la casa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/11/13
OÍ TU VOZ...
Oí tu voz clamando en la distancia
y el vacío con un suspiro grave e impaciente,
oí tu cuerpo susurrar mil melodías pecadoras
y suplicar un beso y un abrazo.
Creí entender, que el fuego y la pasión
te devoraban, y una fiebre incalculable
anulaba tus sentidos
Estabas impaciente en esa oferta y esa entrega
que ofrecías de tu cuerpo,
quizás por el efecto de un siroco incontrolado,
de un volcán efervescente desbordado con su lava
en tus entrañas,
por un fuego alimentado por deseos en sus llamas.
Estabas tan fogosa que hasta el hielo se fundía
en un instante y sus cristales,
eran gotas de sudor recalentado que bajaba
por tu cuerpo.
Yo estaba contemplando aquella escena
y pensaba en tu figura seductora;
pensaba en tanto tiempo reclamando tu mirada
y que ahora, por efecto de una fiebre
te ofrecías a cualquiera en un murmullo
inteligible.
Y soñé como los niños y dejé volar mi fantasía
y pensé que, si así fuera,
tomaría tu barbilla con mis dedos,
buscaría tus pupilas con mis ojos
y te diría sin palabras que adelante,
que te asieras a mi mano y caminaras a mi lado
por la playa hacia un puerto no lejano,
donde el fuego y la pasión que está en tu cuerpo
se fundiera con el hielo y la ansiedad
que va en el mío
y se hicieran comunión ambos deseos,
en un beso y un abrazo
sin principio ni final y para siempre.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/11/13
HE BAJADO, SIN DUDA, A LOS INFIERNOS...
He bajado, sin duda, a los infiernos,
a beber en su fiebre desatada,
y encontré la pasión que allí existía
con el hielo y cristales de esperanza.
He sentido el azote de la bestia,
el fugaz sarpullido de las llamas,
y también el temblor inexplicable
de ese frío que cruza las espaldas.
Pero el miedo que cunde a todas horas,
el que sube la fiebre y la desata,
es también ese hielo erosionado
como un témpano fiel en la balanza.
Tengo miedo, lo digo y lo confieso,
de ceder a chantajes y patrañas,
de caer en las redes tan tupidas
de febriles y heladas emboscadas.
Yo sé bien lo que sienten los poetas
y también lo que ansían las cigarras,
pero sufro la sed de tanta fiebre
y el sudor de ese hielo que me atrapa.
Es pasar del amor y del cariño,
a ser pasto del fuego entre las llamas,
y de ser esa gota del rocío
a la gota, en la rosa, con la helada.
Es posible que digan tonterías
estos labios ardientes y sin agua,
y que piensen borrosas sensaciones
este pecho helado en sus entrañas.
Pero sé que el amor sin condiciones,
el que das y el que entregas sin palabras,
es un fuego y un hielo derretido,
un volcán de intrincadas telarañas.
"...He bajado, sin duda, a los infiernos,
porque así decidió que yo bajara,
una fiebre ardorosa y muy cobarde
que cubría de hielo sus pestañas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/11/13
a beber en su fiebre desatada,
y encontré la pasión que allí existía
con el hielo y cristales de esperanza.
He sentido el azote de la bestia,
el fugaz sarpullido de las llamas,
y también el temblor inexplicable
de ese frío que cruza las espaldas.
Pero el miedo que cunde a todas horas,
el que sube la fiebre y la desata,
es también ese hielo erosionado
como un témpano fiel en la balanza.
Tengo miedo, lo digo y lo confieso,
de ceder a chantajes y patrañas,
de caer en las redes tan tupidas
de febriles y heladas emboscadas.
Yo sé bien lo que sienten los poetas
y también lo que ansían las cigarras,
pero sufro la sed de tanta fiebre
y el sudor de ese hielo que me atrapa.
Es pasar del amor y del cariño,
a ser pasto del fuego entre las llamas,
y de ser esa gota del rocío
a la gota, en la rosa, con la helada.
Es posible que digan tonterías
estos labios ardientes y sin agua,
y que piensen borrosas sensaciones
este pecho helado en sus entrañas.
Pero sé que el amor sin condiciones,
el que das y el que entregas sin palabras,
es un fuego y un hielo derretido,
un volcán de intrincadas telarañas.
"...He bajado, sin duda, a los infiernos,
porque así decidió que yo bajara,
una fiebre ardorosa y muy cobarde
que cubría de hielo sus pestañas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/11/13
SE VAN QUEMANDO PALABRAS...
Se van quemando palabras
a lo largo del camino,
y va dejando mi pecho,
por el aire, mil suspiros.
hay una eterna tristeza,
un volver sin haber ido,
un crepitar de las llamas
con un dulce escalofrío.
Es presentar los recuerdos
entre rosas y entre lirios,
y en las hojas marchitadas
que luego van hacia el río.
Quizás el tiempo que llega,
un noviembre estremecido,
haga temblar a las brasas
y haga apagar a los cirios.
Se van cortando palabras
con el filo del cuchillo,
que atraviesa corazones
y susurros contenidos.
Hay un vacío en el alma,
un arpegio sin destino,
una nota discordante
en un verso sin sonido.
Es recrear los recuerdos
entre frases y entre brillos,
que reflejan un pasado
y un remoto ya perdido.
Quizás el fuego depure
tanta letra y tanto escrito,
tanto dolor en las almas
renunciando a lo que han sido.
Se van prendiendo palabras
una a una y con un hilo,
para formar tantas frases
a los dioses del Olimpo.
Hay una extraña esperanza,
que recuerda a un bebedizo,
una ilusión, a lo lejos,
de unos labios infinitos.
Es pretender que nos lleguen
esos besos tan cautivos,
a las miradas ansiosas
con abrazos y con mimos.
Quizás las llamas aviven
tanta pasión, con sigilo,
y dejen solo cenizas
en el fogón ya vacío.
"...Se van quemando nostalgias
de palabras sin sentido,
que hasta renacen las rosas
para ofrecer su cariño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/11/13
a lo largo del camino,
y va dejando mi pecho,
por el aire, mil suspiros.
hay una eterna tristeza,
un volver sin haber ido,
un crepitar de las llamas
con un dulce escalofrío.
Es presentar los recuerdos
entre rosas y entre lirios,
y en las hojas marchitadas
que luego van hacia el río.
Quizás el tiempo que llega,
un noviembre estremecido,
haga temblar a las brasas
y haga apagar a los cirios.
Se van cortando palabras
con el filo del cuchillo,
que atraviesa corazones
y susurros contenidos.
Hay un vacío en el alma,
un arpegio sin destino,
una nota discordante
en un verso sin sonido.
Es recrear los recuerdos
entre frases y entre brillos,
que reflejan un pasado
y un remoto ya perdido.
Quizás el fuego depure
tanta letra y tanto escrito,
tanto dolor en las almas
renunciando a lo que han sido.
Se van prendiendo palabras
una a una y con un hilo,
para formar tantas frases
a los dioses del Olimpo.
Hay una extraña esperanza,
que recuerda a un bebedizo,
una ilusión, a lo lejos,
de unos labios infinitos.
Es pretender que nos lleguen
esos besos tan cautivos,
a las miradas ansiosas
con abrazos y con mimos.
Quizás las llamas aviven
tanta pasión, con sigilo,
y dejen solo cenizas
en el fogón ya vacío.
"...Se van quemando nostalgias
de palabras sin sentido,
que hasta renacen las rosas
para ofrecer su cariño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/11/13
ME GUSTA LA PERSONA, QUE VALIENTE...
Me gusta la persona, que valiente,
traspasa el rubicón de la vergüenza,
quizás con ese paso, decisivo,
se acerca un poco más a las estrellas.
Ignora si en la noche nacen versos,
si ofrecen poesías las sirenas,
si llegan margaritas con el día
cubiertas con los sueños y la niebla.
Ignora, como niña, tantas cosas,
que quiere libertad sin las cadenas,
aquellas que la ataron a una infancia,
de estudios y familia que recuerda.
Ahora se rebela del pasado
y ansía caminar por otras sendas,
que busquen unos nuevos horizontes
y atrapen los aromas de la tierra.
Me gusta la persona, que con miedo,
rubrica el interés de su impaciencia,
y quiere las respuestas de la vida,
sin frases ni metáforas diversas.
Desea sencillez en tantas cosas
que abraza, sin querer, a las mareas,
las olas que descansan en las playas
y dejan remolinos con sus trenzas.
Quisiera que la nueva poesía
brotara y germinara con presteza,
del alma juvenil que, en la mañana,
suplica suspirando por tenerla.
¡La nueva poesía de la vida,
la voz inmaculada con su esencia!,
la fuerza que palpita en las entrañas
y quiere dar sus pasos en las letras.
"...Me gusta la persona, que valiente,
dio un paso decisivo en su defensa,
luchó por acercarse a la escritura
y en ella compartir tanta belleza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/11/13
traspasa el rubicón de la vergüenza,
quizás con ese paso, decisivo,
se acerca un poco más a las estrellas.
Ignora si en la noche nacen versos,
si ofrecen poesías las sirenas,
si llegan margaritas con el día
cubiertas con los sueños y la niebla.
Ignora, como niña, tantas cosas,
que quiere libertad sin las cadenas,
aquellas que la ataron a una infancia,
de estudios y familia que recuerda.
Ahora se rebela del pasado
y ansía caminar por otras sendas,
que busquen unos nuevos horizontes
y atrapen los aromas de la tierra.
Me gusta la persona, que con miedo,
rubrica el interés de su impaciencia,
y quiere las respuestas de la vida,
sin frases ni metáforas diversas.
Desea sencillez en tantas cosas
que abraza, sin querer, a las mareas,
las olas que descansan en las playas
y dejan remolinos con sus trenzas.
Quisiera que la nueva poesía
brotara y germinara con presteza,
del alma juvenil que, en la mañana,
suplica suspirando por tenerla.
¡La nueva poesía de la vida,
la voz inmaculada con su esencia!,
la fuerza que palpita en las entrañas
y quiere dar sus pasos en las letras.
"...Me gusta la persona, que valiente,
dio un paso decisivo en su defensa,
luchó por acercarse a la escritura
y en ella compartir tanta belleza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/11/13
BUSCA Y BUSCA...
Busca y busca, no descanses,
ten apunto el corazón,
haz que cuente sus latidos
las manillas del reloj.
En el campo lucen flores
en el cielo sale el sol,
en el mar hay olas grandes
y en la arena gran calor.
Sigue y sigue caminando
con firmeza y con tesón,
no descanses todavía,
no lo hagas por favor.
Hay tormentas en los cielos
y en los cuerpos hay pasión,
mariposas de colores
van dejando su color.
Vete y vete hasta la aldea
a buscar un buen jergón,
un tejado con buen techo
y un buen plato con sabor.
Hoy el humo del tabaco
se combina con el ron,
con el vino y la leyenda
que se cuenta sin temblor.
Rema y rema, marinero,
hazlo fuerte y con tesón,
ya te espera el dulce muelle
por la proa y estribor.
Hay canciones de piratas
cual salitre y oración,
que se cantan y se escuchan
de los labios con primor.
Mira y mira hacia adelante,
deja atrás lo que es atroz,
las mentiras, las envidias,
las calumnias y el adiós.
Hay personas tan ruines
que no saben ver la flor,
ni perciben las caricias
ni los besos ni la voz.
Canta y canta la alegría
y mitiga tu dolor,
porque es propio de los ciegos
ver la luz en la canción.
Dos mentiras se perdieron
y lo fueron de los dos,
dos suspiros y una rosa
dos claveles y un farol.
"...Busca y busca entre las sombras
el descanso sin rencor,
y hallarás, aunque no quieras,
aquel beso que él te dio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/11/13
ten apunto el corazón,
haz que cuente sus latidos
las manillas del reloj.
En el campo lucen flores
en el cielo sale el sol,
en el mar hay olas grandes
y en la arena gran calor.
Sigue y sigue caminando
con firmeza y con tesón,
no descanses todavía,
no lo hagas por favor.
Hay tormentas en los cielos
y en los cuerpos hay pasión,
mariposas de colores
van dejando su color.
Vete y vete hasta la aldea
a buscar un buen jergón,
un tejado con buen techo
y un buen plato con sabor.
Hoy el humo del tabaco
se combina con el ron,
con el vino y la leyenda
que se cuenta sin temblor.
Rema y rema, marinero,
hazlo fuerte y con tesón,
ya te espera el dulce muelle
por la proa y estribor.
Hay canciones de piratas
cual salitre y oración,
que se cantan y se escuchan
de los labios con primor.
Mira y mira hacia adelante,
deja atrás lo que es atroz,
las mentiras, las envidias,
las calumnias y el adiós.
Hay personas tan ruines
que no saben ver la flor,
ni perciben las caricias
ni los besos ni la voz.
Canta y canta la alegría
y mitiga tu dolor,
porque es propio de los ciegos
ver la luz en la canción.
Dos mentiras se perdieron
y lo fueron de los dos,
dos suspiros y una rosa
dos claveles y un farol.
"...Busca y busca entre las sombras
el descanso sin rencor,
y hallarás, aunque no quieras,
aquel beso que él te dio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/11/13
REGRESO,. AMOR...
Regreso, amor, después de un largo viaje
por tierras y por sendas extranjeras,
allí me fui cansado de la vida,
huyendo de recuerdos y tristezas.
Y vengo envejecido por el tiempo,
cansado de luchar contra galernas,
con viejos temporales del oeste,
y vientos con sus olas traicioneras.
Conservo reluciente el sentimiento
pulido en el crisol de las mareas,
pues quiere que le atiendan las ventanas
tus ojos de serena cenicienta.
Ansío los salitres de estos mares
y quiero las cenizas de la tierra,
aquellas que cubrieron tantos cuerpos,
de amigos y familias tan diversas.
Quisiera que las horas se parasen,
que el tiempo detuviera su carrera,
que un soplo de aire fresco me llegara
y presto me besara la cabeza.
Así me quedaría más tranquilo,
echando de mi lado las tristezas,
los sueños juveniles, que en deshora,
sembraron mis pupilas de entelequias.
Quisiera reposar en tu regazo
y ser el carcelero de tus penas,
el valle que recoja tus lamentos
y el labio candoroso que deseas.
Mas sé que mi destino está en la playa
haciendo crucigramas en la arena,
buscando mariposas de colores
y cuadros con extrañas marionetas.
"...Regreso, amor, y lo hago hasta tu lado,
cansado de remar y tanta brega,
mi cuerpo envejecido tiene prisa,
y quiere transmitirte su sal muera..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/11/13
por tierras y por sendas extranjeras,
allí me fui cansado de la vida,
huyendo de recuerdos y tristezas.
Y vengo envejecido por el tiempo,
cansado de luchar contra galernas,
con viejos temporales del oeste,
y vientos con sus olas traicioneras.
Conservo reluciente el sentimiento
pulido en el crisol de las mareas,
pues quiere que le atiendan las ventanas
tus ojos de serena cenicienta.
Ansío los salitres de estos mares
y quiero las cenizas de la tierra,
aquellas que cubrieron tantos cuerpos,
de amigos y familias tan diversas.
Quisiera que las horas se parasen,
que el tiempo detuviera su carrera,
que un soplo de aire fresco me llegara
y presto me besara la cabeza.
Así me quedaría más tranquilo,
echando de mi lado las tristezas,
los sueños juveniles, que en deshora,
sembraron mis pupilas de entelequias.
Quisiera reposar en tu regazo
y ser el carcelero de tus penas,
el valle que recoja tus lamentos
y el labio candoroso que deseas.
Mas sé que mi destino está en la playa
haciendo crucigramas en la arena,
buscando mariposas de colores
y cuadros con extrañas marionetas.
"...Regreso, amor, y lo hago hasta tu lado,
cansado de remar y tanta brega,
mi cuerpo envejecido tiene prisa,
y quiere transmitirte su sal muera..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/11/13
GRITA LA PALABRA MÁGICA...
Grita la palabra mágica,
sin orden ni concierto.
La que llena y subyuga,
la que enaltece los sentidos,
la que transforma,
la que se dice en el silencio,
la que espera,
la que se desea,
la que desespera,
"la que ama simplemente..."
Y sobre ellas la pasión completa
y derramada, balbucea,
en unas frases sin palabras:
Los deseos,
las pasiones,
las caricias,
los susurros,
los suspiros
los abrazos
y los besos.
Rafael Sánchez Ortega ©
31/10/13
HAY CAMINOS...
Hay caminos cortos
y caminos largos
con profundas huellas
de preciados pasos.
Pasos complacientes,
recios y muy claros,
unos van a misa
y otros al trabajo.
Luego están las sendas,
sucias y a desmano,
con el polvo ausente
convertido en barro.
Sendas misteriosas,
pueblos olvidados,
caras que te miran,
rostros preocupados.
Ojos sin el brillo
de ilusión en blanco,
ahora parpadean,
luego van llorando.
Lágrimas cautivas,
rezos tan preclaros,
¡regad los cipreses
de los camposantos!
Porque allí los vivos
recelan un tanto,
pues ven en los muertos
la paz y el descanso.
Descansan las noches,
dormitan los astros
y tú en la campiña
susurras un canto.
Un canto sublime,
un grito angustiado,
con voz y figura
robada de un cuadro.
Allí los amantes
ya van de la mano,
se miran y besan,
de un labio a otro labio.
Se duermen los niños
y quedan callados,
se duermen las almas,
seguimos hablando.
Y hablamos del mundo,
de ti y tu fracaso,
de mí y de mis sueños
que pasan volando.
"...Hay caminos cortos
con senderos francos,
y hay largos caminos
que están esperando.
Acertar, sin duda,
es nacer ya sabio,
se vive, se aprende,
se tropieza en largo.
Y al final los hombres
se quedan pensando,
mirando a lo lejos
horizontes vanos....
...Ya vienen las sombras
y en ellas tu abrazo,
te miro y te beso,
te quiero y te amo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/10/13
y caminos largos
con profundas huellas
de preciados pasos.
Pasos complacientes,
recios y muy claros,
unos van a misa
y otros al trabajo.
Luego están las sendas,
sucias y a desmano,
con el polvo ausente
convertido en barro.
Sendas misteriosas,
pueblos olvidados,
caras que te miran,
rostros preocupados.
Ojos sin el brillo
de ilusión en blanco,
ahora parpadean,
luego van llorando.
Lágrimas cautivas,
rezos tan preclaros,
¡regad los cipreses
de los camposantos!
Porque allí los vivos
recelan un tanto,
pues ven en los muertos
la paz y el descanso.
Descansan las noches,
dormitan los astros
y tú en la campiña
susurras un canto.
Un canto sublime,
un grito angustiado,
con voz y figura
robada de un cuadro.
Allí los amantes
ya van de la mano,
se miran y besan,
de un labio a otro labio.
Se duermen los niños
y quedan callados,
se duermen las almas,
seguimos hablando.
Y hablamos del mundo,
de ti y tu fracaso,
de mí y de mis sueños
que pasan volando.
"...Hay caminos cortos
con senderos francos,
y hay largos caminos
que están esperando.
Acertar, sin duda,
es nacer ya sabio,
se vive, se aprende,
se tropieza en largo.
Y al final los hombres
se quedan pensando,
mirando a lo lejos
horizontes vanos....
...Ya vienen las sombras
y en ellas tu abrazo,
te miro y te beso,
te quiero y te amo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/10/13
NOVIEMBRE.
Es cierto que noviembre se presenta
con colores agridulces y apagados
y también con el olor de muchas flores
rodeadas de nostalgia.
Es posible que el otoño,
ya presente en estos días,
sea el cuadro y referencia
de esta imagen que recreo
y que me viene a la cabeza
en un instante.
Es posible que la música sin nombre
de las aguas
haya ido hasta la playa con su orquesta,
silenciosa e invisible,
a dejarnos los compases
de ese adagio inacabable
que perdura con el tiempo.
Es otoño, le diría, a la pregunta sin palabras,
que interrogan tus pupilas,
y es otoño en este acto y este día,
donde mueren y agonizan tantas flores
arrancadas, y compradas, con amor,
por tantas manos.
Es noviembre y es el día de los santos
y también de los difuntos,
porque es una, y diminuta,
esa línea tan sutil que los separa
y que los une, a través del calendario.
Lo que es cierto es que noviembre se presenta
como siempre,
con su carga de egoísmo y de cariño,
con el centro de atención en esos muertos,
tan queridos, que no están entre nosotros
y que viven solamente en el recuerdo
de las gentes que los aman todavía.
Lo que es cierto es que noviembre nos enseña
los pecados que llevamos en el alma,
cuando enseña los reflejos de las mismas
con los odios encerrados,
con las burlas y desprecios
a personas inocentes,
con la falta de atención a los mendigos
y más pobres,
con el uso y el abuso del dinero
que se emplea en mil regalos para el cuerpo,
despreciando a los que buscan las migajas,
los que viven día a día con penurias y miserias,
las personas solitarias y mayores
que no encuentran la sonrisa de unos labios
que respondan a los suyos.
Es cierto que noviembre se presenta de esta forma;
más también pasa en enero y en febrero,
en invierno y en verano y quizás en todo tiempo,
porque el hombre ha perdido y ha negado
la alegría de la vida,
ese lazo que le unía con su hermano y con sus padres,
con amigos y vecinos y también con forasteros...
Es posible que estas líneas, que hoy me salen,
sean fruto, solamente, de un otoño y un noviembre
que me atrapa con sus brumas y sus nieblas
de recuerdos y nostalgias...
¡Es posible...!
Rafael Sánchez Ortega ©
02/11/13
CORRÍA...
Corría con el cuerpo desgarbado
tratando de escapar de su locura,
el llanto le anegaba la garganta
y un dique contenía tanta furia.
Quería competir con los valientes
dejando en el papel, versos sin pluma,
escritos que nacieron en su pecho,
en noche singular, bajo la luna.
Quería penetrar en las tinieblas
venciendo las cortinas de la bruma,
robar los rosacruces a las sombras
y luego descansar en la laguna.
Corría desechando las palabras
sinceras y carentes de las dudas,
no importa si estuviera equivocado,
sería la galerna inoportuna.
Quería retener, entre sus dedos,
la flor más exquisita sin ganzúa,
la rosa inmaculada de las almas,
la dulce cenicienta sin fortuna.
Quería conseguir, con su victoria,
un trozo del pastel en las alturas,
alzarse con el mismo entre los labios
y luego dormitar en una cuna.
Corría como corren los cobardes
y buscan la victoria más fecunda,
aquella que se cambia por dinero
y altera el resultado de la lucha.
Quería que avanzaran los peones,
cruzaran los alfiles las llanuras,
saltaran los caballos su destino
salvando así, a la dama, con su ayuda.
Quería que la fiesta continuase,
que el baile transcurriera con ternura,
que el alba se durmiera en su regazo
y un día amaneciera sin excusas.
"...Corría en su penúltima carrera,
luchando contra el llanto y la amargura,
corría porque amaba simplemente
corría hacia la luz, ya moribunda..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/11/01
tratando de escapar de su locura,
el llanto le anegaba la garganta
y un dique contenía tanta furia.
Quería competir con los valientes
dejando en el papel, versos sin pluma,
escritos que nacieron en su pecho,
en noche singular, bajo la luna.
Quería penetrar en las tinieblas
venciendo las cortinas de la bruma,
robar los rosacruces a las sombras
y luego descansar en la laguna.
Corría desechando las palabras
sinceras y carentes de las dudas,
no importa si estuviera equivocado,
sería la galerna inoportuna.
Quería retener, entre sus dedos,
la flor más exquisita sin ganzúa,
la rosa inmaculada de las almas,
la dulce cenicienta sin fortuna.
Quería conseguir, con su victoria,
un trozo del pastel en las alturas,
alzarse con el mismo entre los labios
y luego dormitar en una cuna.
Corría como corren los cobardes
y buscan la victoria más fecunda,
aquella que se cambia por dinero
y altera el resultado de la lucha.
Quería que avanzaran los peones,
cruzaran los alfiles las llanuras,
saltaran los caballos su destino
salvando así, a la dama, con su ayuda.
Quería que la fiesta continuase,
que el baile transcurriera con ternura,
que el alba se durmiera en su regazo
y un día amaneciera sin excusas.
"...Corría en su penúltima carrera,
luchando contra el llanto y la amargura,
corría porque amaba simplemente
corría hacia la luz, ya moribunda..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/11/01
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