ME GUSTA LA PERSONA, QUE VALIENTE...
Me gusta la persona, que valiente,
traspasa el rubicón de la vergüenza,
quizás con ese paso, decisivo,
se acerca un poco más a las estrellas.
Ignora si en la noche nacen versos,
si ofrecen poesías las sirenas,
si llegan margaritas con el día
cubiertas con los sueños y la niebla.
Ignora, como niña, tantas cosas,
que quiere libertad sin las cadenas,
aquellas que la ataron a una infancia,
de estudios y familia que recuerda.
Ahora se rebela del pasado
y ansía caminar por otras sendas,
que busquen unos nuevos horizontes
y atrapen los aromas de la tierra.
Me gusta la persona, que con miedo,
rubrica el interés de su impaciencia,
y quiere las respuestas de la vida,
sin frases ni metáforas diversas.
Desea sencillez en tantas cosas
que abraza, sin querer, a las mareas,
las olas que descansan en las playas
y dejan remolinos con sus trenzas.
Quisiera que la nueva poesía
brotara y germinara con presteza,
del alma juvenil que, en la mañana,
suplica suspirando por tenerla.
¡La nueva poesía de la vida,
la voz inmaculada con su esencia!,
la fuerza que palpita en las entrañas
y quiere dar sus pasos en las letras.
"...Me gusta la persona, que valiente,
dio un paso decisivo en su defensa,
luchó por acercarse a la escritura
y en ella compartir tanta belleza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/11/13
traspasa el rubicón de la vergüenza,
quizás con ese paso, decisivo,
se acerca un poco más a las estrellas.
Ignora si en la noche nacen versos,
si ofrecen poesías las sirenas,
si llegan margaritas con el día
cubiertas con los sueños y la niebla.
Ignora, como niña, tantas cosas,
que quiere libertad sin las cadenas,
aquellas que la ataron a una infancia,
de estudios y familia que recuerda.
Ahora se rebela del pasado
y ansía caminar por otras sendas,
que busquen unos nuevos horizontes
y atrapen los aromas de la tierra.
Me gusta la persona, que con miedo,
rubrica el interés de su impaciencia,
y quiere las respuestas de la vida,
sin frases ni metáforas diversas.
Desea sencillez en tantas cosas
que abraza, sin querer, a las mareas,
las olas que descansan en las playas
y dejan remolinos con sus trenzas.
Quisiera que la nueva poesía
brotara y germinara con presteza,
del alma juvenil que, en la mañana,
suplica suspirando por tenerla.
¡La nueva poesía de la vida,
la voz inmaculada con su esencia!,
la fuerza que palpita en las entrañas
y quiere dar sus pasos en las letras.
"...Me gusta la persona, que valiente,
dio un paso decisivo en su defensa,
luchó por acercarse a la escritura
y en ella compartir tanta belleza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/11/13
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