PERSIGO LAS FONTANAS CANTARINAS...


Persigo las fontanas cantarinas
que llenan los oídos del poeta,
escucho con los ojos bien cerrados
el agua que saluda a las estrellas.

Me deja ensimismado su sonido
y sueño con un mundo de leyendas,
allí donde los hombres se hacen niños
y juegan por las playas tan inmensas.

Hay bosques encantados y con hadas,
y ramas que se estiran y se elevan,
alfombras muy mullidas por el musgo
y hayedos que te ofrecen su corteza.

Hay nombres enmarcados en los robles
con lindos corazones en sus venas,
trazados por los jóvenes inquietos
que hicieron del amor una promesa.

Persigo las fontanas cantarinas
y escucho, en sus canciones, la protesta,
el grito indiscutible de la vida
dejado por la gran naturaleza.

Hay noches en que cantan las cigarras
y en otras, el silencio con la niebla,
abrazan y subyugan los sentidos
y asfixian a los hombres con su fuerza.

Hay cantos especiales que se escuchan
y llegan de las formas más diversas,
quizás de las estrellas muy lejanas
o puede que de playas y de arenas.

Es fácil que los sueños me confundan
mezclando realidades con poemas,
escenas de ilusión y fantasía
creadas por la fiebre en su defensa.

"...Persigo las fontanas cantarinas
y bebo de sus aguas siempre frescas,
mis labios se refrescan y reviven
y buscan a tus labios que se acercan..."

Rafael Sánchez Ortega ©
11/11/13

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