HAY CAMINOS...



Hay caminos cortos
y caminos largos
con profundas huellas
de preciados pasos.

Pasos complacientes,
recios y muy claros,
unos van a misa
y otros al trabajo.

Luego están las sendas,
sucias y a desmano,
con el polvo ausente
convertido en barro.

Sendas misteriosas,
pueblos olvidados,
caras que te miran,
rostros preocupados.

Ojos sin el brillo
de ilusión en blanco,
ahora parpadean,
luego van llorando.

Lágrimas cautivas,
rezos tan preclaros,
¡regad los cipreses
de los camposantos!

Porque allí los vivos
recelan un tanto,
pues ven en los muertos
la paz y el descanso.

Descansan las noches,
dormitan los astros
y tú en la campiña
susurras un canto.

Un canto sublime,
un grito angustiado,
con voz y figura
robada de un cuadro.

Allí los amantes
ya van de la mano,
se miran y besan,
de un labio a otro labio.

Se duermen los niños
y quedan callados,
se duermen las almas,
seguimos hablando.

Y hablamos del mundo,
de ti y tu fracaso,
de mí y de mis sueños
que pasan volando.

"...Hay caminos cortos
con senderos francos,
y hay largos caminos
que están esperando.

Acertar, sin duda,
es nacer ya sabio,
se vive, se aprende,
se tropieza en largo.

Y al final los hombres
se quedan pensando,
mirando a lo lejos
horizontes vanos....

...Ya vienen las sombras
y en ellas tu abrazo,
te miro y te beso,
te quiero y te amo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
31/10/13

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