HOY LUCE EL SOL...
Hoy luce el sol y se divisa
la nieve en las montañas.
La tarde parece ya una poesía.
Todo invita a soñar,
incluso a estirar la mano
y a rozar con los dedos ese paisaje
que se presenta tan hermoso.
Me gustaría cerrar los ojos
y buscar los latidos de mi corazón.
Aquellos que tantas veces protestaban
en su rebeldía con mil gritos
y suspiros juveniles.
Me gustaría tener una figura
a quien dirigir mis palabras
y hablarle largamente,
contarle mis tonterías, mis historias,
decirle que el mar está tranquilo,
que las gaviotas aprovechan los rayos de sol
para volar luego hacia la costa,
que los peces estiran sus paseos por el agua
ajenos a las algas que ahora salen a la playa
y que unos niños se apresuran en las aulas,
recogiendo sus labores y sus libros,
para ir hacia los brazos de sus padres
que en la acera los esperan.
Luce el sol en esta tarde
y se marchitan las pequeñas esperanzas
de encontrar una utopía
que renueve los claveles en el alma
y que traiga las caricias de una brisa
que me nuble los sentidos
y me haga estremecer como hace años.
Quiero amar y estremecerme
cuando sienta la llegada de tu cuerpo,
quiero verte nuevamente con mis ojos
y aspirar ese perfume de tu cuello,
quiero ser el compañero inseparable de tus pasos,
el paciente lazarillo que te lleve de la mano
por las sendas de la vida,
el que peine tus cabellos
y te quite las legañas,
el que seque en tus pupilas
esas lágrimas que asoman,
el que vibre con tu seno delicado
cuando el mismo sienta el fuego de mi cuerpo...
...Pero simplemente luce el sol
en esta tarde que termina
y, aquí estoy, en el silencio de este cuarto.
Recogiendo en el cuaderno las migajas
de unas letras esparcidas en el alma
que quisiera compartirlas...
Rafael Sánchez Ortega ©
28/11/13
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