PUSE NOTAS DE MÚSICA...
Puse notas de música, sin nombre,
y quedaron en este pentagrama,
bajo el cielo grisáceo de la tarde
y un perfil de paciente filigrana.
Eran notas sacadas del vacío,
rescatadas de un limbo sin palabras,
donde el lodo viril de las trincheras
se mezclaba en la sangre y con el agua.
Ya callaron las tiernas golondrinas
y callaron las voces de las armas,
las heridas sofocan el silencio
que conduce a las puertas de la nada.
Unas nubes se alejan, a lo lejos,
y se van sin dejarnos la esperanza,
con el gris sempiterno, en la retina,
y ese odio que aflora en las gargantas.
Puse notas de música, sin nombre,
como aquel que dibuja telarañas,
intentando dejar una sonrisa
en los labios pacientes de las almas.
Pero solo sonaron los silencios
de cascotes y férreas alambradas,
y llegaron con miedos contenidos
el horror de las bombas y metrallas.
¡Cuánto imbécil pasea por el mundo
y a la gente le dicta sus proclamas!,
¡cuánto sabio salido de las urnas
catequiza y confunde en su ganancia...!
...Porque el hombre sencillo se confunde
y camina y trabaja desde el alba,
y saluda y respeta al compañero
sin preguntas, ni credos, ni proclamas.
"...Puse notas de música, sin nombre,
y quedaron sin más, encadenadas,
en la tierra vilmente escarnecida
por la sangre que a ella se escapaba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/11/13
y quedaron en este pentagrama,
bajo el cielo grisáceo de la tarde
y un perfil de paciente filigrana.
Eran notas sacadas del vacío,
rescatadas de un limbo sin palabras,
donde el lodo viril de las trincheras
se mezclaba en la sangre y con el agua.
Ya callaron las tiernas golondrinas
y callaron las voces de las armas,
las heridas sofocan el silencio
que conduce a las puertas de la nada.
Unas nubes se alejan, a lo lejos,
y se van sin dejarnos la esperanza,
con el gris sempiterno, en la retina,
y ese odio que aflora en las gargantas.
Puse notas de música, sin nombre,
como aquel que dibuja telarañas,
intentando dejar una sonrisa
en los labios pacientes de las almas.
Pero solo sonaron los silencios
de cascotes y férreas alambradas,
y llegaron con miedos contenidos
el horror de las bombas y metrallas.
¡Cuánto imbécil pasea por el mundo
y a la gente le dicta sus proclamas!,
¡cuánto sabio salido de las urnas
catequiza y confunde en su ganancia...!
...Porque el hombre sencillo se confunde
y camina y trabaja desde el alba,
y saluda y respeta al compañero
sin preguntas, ni credos, ni proclamas.
"...Puse notas de música, sin nombre,
y quedaron sin más, encadenadas,
en la tierra vilmente escarnecida
por la sangre que a ella se escapaba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/11/13
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