VARIOS LIBROS ME ESPERAN CON GANAS...
Varios libros me esperan con ganas
a que sienta sus páginas tenues,
a que escuche el fragor de sus hojas
y recoja sus letras silentes.
Porque en ellos se encuentra la esencia
el cariño y dolor tan perenne,
el perfume que embriaga y seduce
y ese abrazo de niño impaciente.
Son los libros rosales con alma,
sensaciones que van y que vienen,
altibajos de mares sin nombre
con resacas de copas que bebes.
Hay algunos que dan alegrías
con caricias que rozan las sienes,
mas en otros, también hay tristezas,
con palabras cruzadas que duelen.
Varios libros me esperan con ganas,
a que acuda a su lado y me siente,
a que tome la pluma en mis manos
y retome el renglón que me hiere.
Porque todos tenemos un libro,
con secretos más bien incipientes,
donde van los suspiros y llantos
y también las sonrisas alegres.
Ese libro guardado, con celo,
está vivo de amor, y latente,
esperando que llegue mi mano
a escribir en sus pliegos de nieve.
Y lo haré, como siempre, con miedo,
deseando que sople el nordeste,
que me traiga el abrazo divino
y me haga temblar porque quiere.
"...Varios libros me esperan con ganas,
soñador, ya senil, que se duerme,
para ver si comparten conmigo
ese dulce candor que ellos tienen..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/13
a que sienta sus páginas tenues,
a que escuche el fragor de sus hojas
y recoja sus letras silentes.
Porque en ellos se encuentra la esencia
el cariño y dolor tan perenne,
el perfume que embriaga y seduce
y ese abrazo de niño impaciente.
Son los libros rosales con alma,
sensaciones que van y que vienen,
altibajos de mares sin nombre
con resacas de copas que bebes.
Hay algunos que dan alegrías
con caricias que rozan las sienes,
mas en otros, también hay tristezas,
con palabras cruzadas que duelen.
Varios libros me esperan con ganas,
a que acuda a su lado y me siente,
a que tome la pluma en mis manos
y retome el renglón que me hiere.
Porque todos tenemos un libro,
con secretos más bien incipientes,
donde van los suspiros y llantos
y también las sonrisas alegres.
Ese libro guardado, con celo,
está vivo de amor, y latente,
esperando que llegue mi mano
a escribir en sus pliegos de nieve.
Y lo haré, como siempre, con miedo,
deseando que sople el nordeste,
que me traiga el abrazo divino
y me haga temblar porque quiere.
"...Varios libros me esperan con ganas,
soñador, ya senil, que se duerme,
para ver si comparten conmigo
ese dulce candor que ellos tienen..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/13
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