DICEN QUE YO HE ESCRITO...
Dicen que yo he escrito en otro tiempo:
"que la vida se escribe y se detiene,
que se deja llevar por los marjales
como el agua que baja de la fuente".
Pero ahora lo pienso, en un instante,
y no veo razones ni placeres
que me hicieran decir tal tontería
ni escribir ese párrafo tan breve.
Es verdad que la vida se dibuja
y se escribe en los días y los meses,
que transcurren sin pausa ni castigo
de manera sutil y lentamente.
Es verdad que algún día las personas
nos subimos al tren, sin un billete,
en la oscura estación de nuestra vida
que carece de luces y de andenes.
Mas recuerdo los lechos pantanosos
con un fondo sembrado de claveles,
(¡qué contraste, dios mío, aquella escena...!),
como un cuadro goyesco en el ambiente.
Y la fuente en el tiempo detenida
un recuerdo, no más, que ahora me viene,
y que llega de nuevo hasta mi lado
con el dulce frescor de la corriente.
Y es así, como vaga el pensamiento,
entre juncos riberas y cipreses,
desgranando tonadas de alegría
y oraciones de música solemne.
Es por eso que llegan los recuerdos
y nos dejan las frases, repelentes,
que, tal vez, pronunciaron nuestros labios
y escribieron los dedos muchas veces.
"...Si escribí, no renuncio a ese momento,
aunque ahora yo piense diferente,
a pesar de palabras mal sonantes
encubiertas de rosas y con mieles..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/02/04
"que la vida se escribe y se detiene,
que se deja llevar por los marjales
como el agua que baja de la fuente".
Pero ahora lo pienso, en un instante,
y no veo razones ni placeres
que me hicieran decir tal tontería
ni escribir ese párrafo tan breve.
Es verdad que la vida se dibuja
y se escribe en los días y los meses,
que transcurren sin pausa ni castigo
de manera sutil y lentamente.
Es verdad que algún día las personas
nos subimos al tren, sin un billete,
en la oscura estación de nuestra vida
que carece de luces y de andenes.
Mas recuerdo los lechos pantanosos
con un fondo sembrado de claveles,
(¡qué contraste, dios mío, aquella escena...!),
como un cuadro goyesco en el ambiente.
Y la fuente en el tiempo detenida
un recuerdo, no más, que ahora me viene,
y que llega de nuevo hasta mi lado
con el dulce frescor de la corriente.
Y es así, como vaga el pensamiento,
entre juncos riberas y cipreses,
desgranando tonadas de alegría
y oraciones de música solemne.
Es por eso que llegan los recuerdos
y nos dejan las frases, repelentes,
que, tal vez, pronunciaron nuestros labios
y escribieron los dedos muchas veces.
"...Si escribí, no renuncio a ese momento,
aunque ahora yo piense diferente,
a pesar de palabras mal sonantes
encubiertas de rosas y con mieles..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/02/04
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