SON...
Son los caminos sin nombre,
los ocultos e ignorados,
los senderos escabrosos
que en la vida sorteamos.
...Quienes gritan los acordes,
tras el eco de los pasos,
que dejamos con las huellas
silenciosas de los claros.
Son esas rocas señeras
con sus riscos almenados,
y su planta siempre altiva
que se eleva hacia lo alto.
...Las que buscan en los cielos
las estrellas con su manto,
y restañan las heridas
con un beso puro y casto.
Son esos campos vacíos
que después de los veranos,
se convierten en desiertos
sofocantes al arado.
...Los que piden a las nubes
que la lluvia venga abajo,
y que sacie las entrañas
de la tierra y de sus labios.
Son los hayedos del bosque
que susurran, cual reclamo,
con el roce de la brisa
y del viento en un abrazo.
...Los que llaman a los robles
y también a los castaños,
a ese mundo de unicornios,
de los elfos y venados.
Son las mujeres y hombres
convertidos en payasos,
en pequeños arlequines
y que pasan de la mano.
...Los que dicen "yo te quiero",
casi, casi suspirando,
y después, en sus pupilas,
alguien posa un beso blanco.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/02/14
los ocultos e ignorados,
los senderos escabrosos
que en la vida sorteamos.
...Quienes gritan los acordes,
tras el eco de los pasos,
que dejamos con las huellas
silenciosas de los claros.
Son esas rocas señeras
con sus riscos almenados,
y su planta siempre altiva
que se eleva hacia lo alto.
...Las que buscan en los cielos
las estrellas con su manto,
y restañan las heridas
con un beso puro y casto.
Son esos campos vacíos
que después de los veranos,
se convierten en desiertos
sofocantes al arado.
...Los que piden a las nubes
que la lluvia venga abajo,
y que sacie las entrañas
de la tierra y de sus labios.
Son los hayedos del bosque
que susurran, cual reclamo,
con el roce de la brisa
y del viento en un abrazo.
...Los que llaman a los robles
y también a los castaños,
a ese mundo de unicornios,
de los elfos y venados.
Son las mujeres y hombres
convertidos en payasos,
en pequeños arlequines
y que pasan de la mano.
...Los que dicen "yo te quiero",
casi, casi suspirando,
y después, en sus pupilas,
alguien posa un beso blanco.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/02/14
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