DOS GAVIOTAS Y UN TEJADO...


Dos gaviotas y un tejado
me llamaron la atención,
allí estaban vigilantes
como reinas bajo el sol.

Dos gaviotas muy altivas
paseando con candor,
por las tejas de unas casas,
por alero y canalón.

Viejos sueños de la infancia
retenidos con primor,
en las almas y en los pechos
con suspiros y canción.

Así son las fantasías
de los niños sin reloj,
de los hombres y poetas
que se asoman al balcón.

Dos gaviotas primorosas,
viejos sueños y un tambor,
unas olas y una barca,
marineros en acción.

Hay salitre en los recuerdos,
hay rocío y un adiós,
unas nubes con dibujos
dejan besos y una flor.

Sin embargo, las gaviotas,
silenciosas en su voz,
se pasean altaneras
mientras grita el corazón.

No hacen caso de las gentes,
ellas quieren el rumor,
la caricia de las olas
y los besos del farol.

"...Dos gaviotas silenciosas,
un tejado para dos,
yo las miro, las saludo
y sonrío con humor..."

Rafael Sánchez Ortega ©
19/11/14

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