SI UN DÍA TE DESPIERTAS Y ESTÁS SOLO...


Si un día te despiertas y estás solo
y buscas ese abrazo que no encuentras,
recuerda que la vida es un suspiro,
un sueño y realidad, de lo que piensas.

Recuerda que amaneces, de mañana,
y puede que esté cerca la presencia,
del cuerpo que te ama tembloroso
y buscas a tu lado en su inocencia.

Es fácil que esté cerca, en la ventana,
mirando el horizonte tan violeta,
que cambia de color cada segundo
tomando ese café que le despeja.

No temas que se aleje de tu lado
sin antes recordarte la promesa,
aquella que dejaste en sus oídos
hablando con la luna y las estrellas.

En ella susurrabas que le amabas,
y así te desnudabas con presteza,
dejabas a tu alma entre sus manos,
temblando y suplicando mil ofrendas.

Recuerda aquel momento tan hermoso
y olvida tantas brumas y tristezas,
rescata la ilusión y la alegría
y siente la dulzura de las fresas.

Si quieres, retrocede en el pasado
y acércate hasta el lecho de violetas,
abraza y acaricia la figura
que anoche te extenuó sin darte cuenta.

No dejes que despierten las legañas
y empiecen las preguntas sin respuesta,
prosigue con tu abrazo de la noche
y sigue con tus sueños y poemas.

"...Si un día te despiertas y estás solo,
no tiembles corazón, tampoco temas,
percibe ese café en el labio amado
y el dulce colacao, que a ti te espera..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/11/14

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