BUSCABA LA PALOMA ENTRE LAS LETRAS...
Buscaba la paloma entre las letras,
la sombra pronunciada y el silencio,
buscaba entre las páginas dormidas,
la arena tan ardiente del desierto.
No cruces el umbral de la inocencia,
ni rompas con tu sombra este momento,
por mucho que te afanes y que busques
los libros te conducen a los sueñós.
Hay sueños con arenas misteriosas
y sueños suspendidos de los cielos,
en unos las arenas se hacen perlas,
y en otros las estrellas son luceros.
Buscamos el origen de la vida
en letras encerradas en cuadernos,
sin duda porque somos como niños
corriendo tras los renos por el hielo.
Buscaba la paloma con la lira,
el pan con la comida del hambriento
la tierna campanilla de las hadas
y el suave ronroneo de los elfos.
Buscaba como buscan los poetas,
la voz inmaculada de los versos,
el eco inconfundible de las olas
dejando en las estrofas su lamento.
...Más hube de parar de tanta búsqueda
quedando entre las letras prisionero,
las sombras perseguían a los signos,
formando mil guarismos y elementos.
No sé cuanto duró la travesía;
de pronto me asediaron los recuerdos,
cambiaron los papeles de la infancia
por otros más vigentes en el tiempo.
Y así se terminaba aquella estampa,
tan llena de alegría y movimiento,
"un libro entre la arena abandonado
y un niño suspirando tras sus sueños"
Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/12
la sombra pronunciada y el silencio,
buscaba entre las páginas dormidas,
la arena tan ardiente del desierto.
No cruces el umbral de la inocencia,
ni rompas con tu sombra este momento,
por mucho que te afanes y que busques
los libros te conducen a los sueñós.
Hay sueños con arenas misteriosas
y sueños suspendidos de los cielos,
en unos las arenas se hacen perlas,
y en otros las estrellas son luceros.
Buscamos el origen de la vida
en letras encerradas en cuadernos,
sin duda porque somos como niños
corriendo tras los renos por el hielo.
Buscaba la paloma con la lira,
el pan con la comida del hambriento
la tierna campanilla de las hadas
y el suave ronroneo de los elfos.
Buscaba como buscan los poetas,
la voz inmaculada de los versos,
el eco inconfundible de las olas
dejando en las estrofas su lamento.
...Más hube de parar de tanta búsqueda
quedando entre las letras prisionero,
las sombras perseguían a los signos,
formando mil guarismos y elementos.
No sé cuanto duró la travesía;
de pronto me asediaron los recuerdos,
cambiaron los papeles de la infancia
por otros más vigentes en el tiempo.
Y así se terminaba aquella estampa,
tan llena de alegría y movimiento,
"un libro entre la arena abandonado
y un niño suspirando tras sus sueños"
Rafael Sánchez Ortega ©
27/11/12
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