NOS DICES QUE NOS DEJAS POR UN TIEMPO...
(A Flor, nuestra compañera del Taller de Escritura...)
Nos dices que nos dejas por un tiempo,
que buscas esa paz tan necesaria,
y queda la escritura, mientras tanto,
carente de tus letras y tu gracia.
Nos dices muchas cosas en tu escrito
y vemos el temblor de tus palabras,
tus ojos portadores de sonrisas
cubiertos de tristeza por las lágrimas.
Y quedan las cuartillas en silencio,
los versos suspendidos en el aula,
la mano portadora de la pluma
silente y sin la nota que le falta.
Se quedan los jardines sin la rosa,
la Flor, entre las flores, destacada,
la dulce primavera y el rocío
carentes de tus versos y tu alma.
Y pierdo en los encuentros a la amiga,
la dulce compañera destacada,
capaz de sorprendernos con sus letras
igual que las resacas en la playa.
Perdemos los amigos tu presencia
de siempre, tan gentil y deseada,
igual que hemos perdido los sonidos:
"enmudeció el reloj y su campana".
Por eso te rogamos que regreses
tan pronto recuperes a tu calma,
y alejes de tu pecho la tristeza
al pozo tan lejano de la nada.
Sabemos que los días serán tristes,
eternos, con galernas y batallas,
y sabes que estaremos a tu lado
eterna Dulcinea con tu barca.
Sabremos remontar, con nuestros remos,
la dura travesía de la barra,
llegando hasta tu puerto, en La Barquera,
para pedir descanses en sus faldas.
Nos dices que nos dejas por un tiempo,
que buscas a tu Musa en la distancia,
y queda un gran vacío entre nosotros
carentes de tu risa tan preciada.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/11/12
Nos dices que nos dejas por un tiempo,
que buscas esa paz tan necesaria,
y queda la escritura, mientras tanto,
carente de tus letras y tu gracia.
Nos dices muchas cosas en tu escrito
y vemos el temblor de tus palabras,
tus ojos portadores de sonrisas
cubiertos de tristeza por las lágrimas.
Y quedan las cuartillas en silencio,
los versos suspendidos en el aula,
la mano portadora de la pluma
silente y sin la nota que le falta.
Se quedan los jardines sin la rosa,
la Flor, entre las flores, destacada,
la dulce primavera y el rocío
carentes de tus versos y tu alma.
Y pierdo en los encuentros a la amiga,
la dulce compañera destacada,
capaz de sorprendernos con sus letras
igual que las resacas en la playa.
Perdemos los amigos tu presencia
de siempre, tan gentil y deseada,
igual que hemos perdido los sonidos:
"enmudeció el reloj y su campana".
Por eso te rogamos que regreses
tan pronto recuperes a tu calma,
y alejes de tu pecho la tristeza
al pozo tan lejano de la nada.
Sabemos que los días serán tristes,
eternos, con galernas y batallas,
y sabes que estaremos a tu lado
eterna Dulcinea con tu barca.
Sabremos remontar, con nuestros remos,
la dura travesía de la barra,
llegando hasta tu puerto, en La Barquera,
para pedir descanses en sus faldas.
Nos dices que nos dejas por un tiempo,
que buscas a tu Musa en la distancia,
y queda un gran vacío entre nosotros
carentes de tu risa tan preciada.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/11/12
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