UNA ROSA OLVIDADA EN EL CUADERNO...
Una rosa olvidada en el cuaderno,
una flor simplemente enamorada,
un volar muy sutil de mariposa
y el temblor de los pétalos con alma.
¿Por qué tiembla la flor tan diferente?,
¿por qué habla de amor en la mañana?,
¿por qué duerme olvidada entre las letras
y su alma se agita y no descansa?
Es posible, quizás, que en esta rosa
se acumulen promesas muy lejanas,
y también sensaciones y suspiros
al calor de las noches y las palabras.
Es posible que esconda los susurros
y canciones de búhos y cigarras,
enlazados con besos otoñales
y el fulgor de una estrella solitaria.
Sin embargo volvamos al cuaderno,
a ese libro surgido de la nada,
a las hojas que encierran sentimientos
en la tinta mezclada con las lágrimas.
Contemplemos al hombre apasionado,
al candor que le nace y le rebasa,
a la nube sutil y al dobladillo
que la luna despliega y que señala.
A su lado se ve una mariposa
con sus alas coquetas, desplegadas,
y que quiere pasar indiferente
e invisible seguir en esa marcha.
Pero llega la noche y el rocío
y se hielan la rosa y las palabras,
se congelan los ojos con las dudas
y al final hasta el alma se desgarra.
Yo quisiera plasmar en un poema
todo aquello que quema las entrañas,
la ilusión que se ahoga lentamente,
y el amor que vacila y que se apaga.
Más no sé, y mis versos son muy torpes,
el invierno me aturde con sus garras,
el amor se ha quedado con los sueños
de una infancia vivida y ya lejana.
"...Una rosa olvidada en el cuaderno,
una flor amorosa y añorada,
un volar con los sueños por el mundo
y el temblor de mi alma en la distancia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/11/12
una flor simplemente enamorada,
un volar muy sutil de mariposa
y el temblor de los pétalos con alma.
¿Por qué tiembla la flor tan diferente?,
¿por qué habla de amor en la mañana?,
¿por qué duerme olvidada entre las letras
y su alma se agita y no descansa?
Es posible, quizás, que en esta rosa
se acumulen promesas muy lejanas,
y también sensaciones y suspiros
al calor de las noches y las palabras.
Es posible que esconda los susurros
y canciones de búhos y cigarras,
enlazados con besos otoñales
y el fulgor de una estrella solitaria.
Sin embargo volvamos al cuaderno,
a ese libro surgido de la nada,
a las hojas que encierran sentimientos
en la tinta mezclada con las lágrimas.
Contemplemos al hombre apasionado,
al candor que le nace y le rebasa,
a la nube sutil y al dobladillo
que la luna despliega y que señala.
A su lado se ve una mariposa
con sus alas coquetas, desplegadas,
y que quiere pasar indiferente
e invisible seguir en esa marcha.
Pero llega la noche y el rocío
y se hielan la rosa y las palabras,
se congelan los ojos con las dudas
y al final hasta el alma se desgarra.
Yo quisiera plasmar en un poema
todo aquello que quema las entrañas,
la ilusión que se ahoga lentamente,
y el amor que vacila y que se apaga.
Más no sé, y mis versos son muy torpes,
el invierno me aturde con sus garras,
el amor se ha quedado con los sueños
de una infancia vivida y ya lejana.
"...Una rosa olvidada en el cuaderno,
una flor amorosa y añorada,
un volar con los sueños por el mundo
y el temblor de mi alma en la distancia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/11/12
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