UNA VOZ PERFUMADA DE TUS LABIOS...
Una voz perfumada de tus labios
llegaba a mis oídos con ternura,
en ellos, descarada, se estiraba,
haciendo más hermosa aquella fuga.
Querías, sin querer, impresionarme,
sacarme las pasiones una a una,
llevarme hasta tu lindo monasterio,
de fuego, de ilusión y de tortura.
Querías que en las llamas se quedaran
los restos de inocencia y de las dudas,
atados con un lazo de bramante
que el fuego saciaría con la bruma.
Querías unos versos releerme
que hablaran de gorriones y de musas,
los mismos que hace tiempo me leíste
desnudos, bajo el manto de la luna.
Una voz sinuosa de tus labios
traía a mis oídos tu lectura,
el canto arrebolado de unos versos
saliendo de tu pecho y de tu blusa.
Querías de ese modo impresionarme,
soñar como las olas y la espuma,
que llegan y se estiran en la playa
y besan con caricias muy intrusas.
Querías que buscara por tu cuerpo
la voz que desde el pecho te susurra,
y luego recorriera los senderos
vibrantes de colinas muy fecundas.
Querías que bebiera de la fuente,
del vaso inmaculado de su gruta,
y luego con los ojos bien cerrados
mis labios te besaran con dulzura.
Unz voz, temblorosa, de tus labios
llegaba a mis oídos sordomuda,
en ella recitabas un poema
carente de respuestas y de culpas.
Querías terminar con tantos miedos
basados en prejuicios y preguntas,
que acaso te quemaban en el alma
por causa de un pasado con facturas.
Querías confirmar que tus latidos
tenían la verdad y la fortuna,
aquella que negabas a mis labios
carentes de alcanzar a su lectura.
Querías comulgar, sin tu pureza,
un cáliz de solera muy profunda,
y en él emborracharte eternamente
sorbiendo los renglones de mi pluma.
"...Una voz perfumada de tus labios
venía a mis oídos muy confusa,
y en ellos se quedaba su relente,
soñando, sin pensar, en la penumbra..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/12/12
llegaba a mis oídos con ternura,
en ellos, descarada, se estiraba,
haciendo más hermosa aquella fuga.
Querías, sin querer, impresionarme,
sacarme las pasiones una a una,
llevarme hasta tu lindo monasterio,
de fuego, de ilusión y de tortura.
Querías que en las llamas se quedaran
los restos de inocencia y de las dudas,
atados con un lazo de bramante
que el fuego saciaría con la bruma.
Querías unos versos releerme
que hablaran de gorriones y de musas,
los mismos que hace tiempo me leíste
desnudos, bajo el manto de la luna.
Una voz sinuosa de tus labios
traía a mis oídos tu lectura,
el canto arrebolado de unos versos
saliendo de tu pecho y de tu blusa.
Querías de ese modo impresionarme,
soñar como las olas y la espuma,
que llegan y se estiran en la playa
y besan con caricias muy intrusas.
Querías que buscara por tu cuerpo
la voz que desde el pecho te susurra,
y luego recorriera los senderos
vibrantes de colinas muy fecundas.
Querías que bebiera de la fuente,
del vaso inmaculado de su gruta,
y luego con los ojos bien cerrados
mis labios te besaran con dulzura.
Unz voz, temblorosa, de tus labios
llegaba a mis oídos sordomuda,
en ella recitabas un poema
carente de respuestas y de culpas.
Querías terminar con tantos miedos
basados en prejuicios y preguntas,
que acaso te quemaban en el alma
por causa de un pasado con facturas.
Querías confirmar que tus latidos
tenían la verdad y la fortuna,
aquella que negabas a mis labios
carentes de alcanzar a su lectura.
Querías comulgar, sin tu pureza,
un cáliz de solera muy profunda,
y en él emborracharte eternamente
sorbiendo los renglones de mi pluma.
"...Una voz perfumada de tus labios
venía a mis oídos muy confusa,
y en ellos se quedaba su relente,
soñando, sin pensar, en la penumbra..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/12/12
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario