A VECES ME PARECE...

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A veces me parece que la vida
es algo que precede al sentimiento,
un cúmulo de instantes solamente
hilados con premura por los sueños.

Eterna sensación la de los niños
que llevan su inocencia con el viento,
la elevan por montañas y colinas
dejando que dormite por el cielo.

Igual que la paciencia del anciano,
que rumia en sus entrañas los recuerdos,
las briznas de una vieja melodía
que busca en el ocaso su crescendo.

Entiendo a la gaviota, que en la tarde,
camina hacia la costa con su vuelo,
y miro a los navíos, en su marcha,
cruzando el horizonte muy ligeros.

A veces me parece que la vida
es algo que se pasa en un momento,
un soplo de la brisa del nordeste
y el roce de los dioses con sus dedos.

Comprendo que los hombres no se paran
ni miran y analizan todo esto,
las prisas se convierten en rutina
igual que los latidos en los ciegos.

Debemos recurrir a los poetas,
aquellos que nos miman con sus versos,
eternos soñadores de una vida
que vibran y que sufren sin saberlo.

Algunos se han quedado en el camino
y en otros su locura es algo eterno,
no pueden con la fuerza de la sangre
que grita por sus venas sin remedio.

"...A veces me parece que la vida
es parte del amor que nos debemos,
un tiempo que se pasa en un suspiro
buscando al corazón que está en silencio..."

Rafael Sánchez Ortega ©
23/04/15

PORQUE LOS SUEÑOS...

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Porque los sueños son sueños
me gusta seguir "soñando",
unas veces con molinos
y otras veces con relatos.

Soñar paseos y playas
junto a las olas y baños,
con los granitos de arena
y ese nordeste reacio.

Soñar con besos fugaces
y con suspiros y abrazos,
que van llegando en la noche
mientras se duermen los astros.

Soñar con ver tus pupilas
y en ellas versos y cantos,
para colgarte una luna
de esos ojitos tan claros.

Pero los sueños son sueños,
dice el poeta despacio,
sueños de niños azules
y de los hombres cansados.

Sueñan los niños, sin prisa,
en su incipiente verano,
con las sonrisas más tiernas
de los cometas y barcos.

Sueñan los hombres maduros,
mientras se toman un trago,
con los recuerdos que un día
les alegraron el rato.

Sueñan también las mujeres
con recibir un regalo,
y con el sol de su invierno
sueñan en paz los ancianos.

Pero los sueños se pasan
y nos quedamos rezando,
en una casa sin nombre
y con la luna de antaño.

Más ese sueño que sueña
el corazón tan helado,
es un momento sublime
con un instante y un marco.

Sueños de días y noches
en un estanque dorado,
sueños de tardes tranquilas
donde despiertan los labios.

Sueños de besos ausentes
que ya se van apagando,
con el recuerdo y la brisa
que nos conduce al ocaso.

"...Porque los sueños son sueños
sigo de nuevo "soñando",
aunque la gente se ría
de la inocencia y mis años..."

Rafael Sánchez Ortega ©
22/04/15

NO BUSQUES LOS DESPOJOS DE LA VIDA...

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No busques los despojos de la vida
por calles polvorientas y mercados,
es fácil que no encuentres la respuesta
que quieren y precisan tantos labios.

Un día caminaba lentamente
un pobre soñador con su cayado,
llevaba fantasía en la mochila
y un trozo de ilusión entre sus pasos.

Quería libertad para sus ojos
y un mundo sin temblores ni borrachos,
si acaso la embriaguez de los humildes
aquellos con sus versos caducados.

Quería ser un niño simplemente
y el joven tembloroso junto al árbol,
la mano vacilante del artista
grabando el corazón enamorado.

No busques los retales de la herida
ni sangre en los alberos de los años,
la tierra se ha cubierto del rocío
y el polvo se ha quedado aletargado.

El barro de la vida y los sudores,
la sabia del ciprés y el dulce llanto,
del mirlo y el gorrión tan cantarinos
que alegran con sus trinos encantados.

Es fácil que, en el río, la corriente,
vacile por cascadas y meandros,
abrace como nunca a las orillas
y duerma dulcemente en los remansos.

Por eso, corazón, sueña tranquilo,
no temas al amor que duele tanto,
apura los latidos de tu pecho
y arropa ese vacío entre tus brazos.

"...No busques los rosales por la vida
y mira a quien te espera en tu costado,
quizás con la sonrisa de su boca
y el agua, en la mejilla, por su llanto..."

Rafael Sánchez Ortega ©
21/04/15

ESPERO QUE LAS OLAS NO SE ENFADEN...

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Espero que las olas no se enfaden
y ofrezcan sus sonrisas como siempre,
los labios cejijuntos de salitre
y el beso tan hermoso del nordeste.

Fue un día inolvidable de Folía,
los cielos presagiaban viento fuerte,
las nubes y la lluvia se animaron
y pronto se mojaron  los cipreses.

Afuera, en la bahía, los navíos,
formaban una fila impenitentes,
sabían que la tarde se acercaba
y en ella rezarían muchos fieles.

Lo harían con la Virgen en cubierta,
tapada con su manto azul celeste,
llevando entre sus brazos a ese Niño,
callado y juguetón que bien nos quiere.

Espero que las olas no se enfaden
y dejen escuchar sus escabeles,
los cantos de sirenas y marinos
que dejan en las playas las corrientes.

Es fácil que relaten las hazañas
de hombres singulares y laureles
que fueron cosechados hace tiempo
a costa del sudor y de las fiebres.

Entonces la Folía no existía,
tampoco la ilusión del inocente,
y el yugo del trabajo y de los mares
causaba entre los hombres mil reveses.

Por eso la venida de la Virgen
nos trajo esa pasión irreverente,
surgió cual vendaval por cada esquina,
el rezo y la oración por tantos muelles.

"...Espero que las olas no se enfaden
y dejen compartir tanto que sienten,
el canto de los remos y los hombres,
y un día de Folía muy alegre..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/04/15

¿POR QUÉ CONTAR ESTRELLAS...?

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¿Por qué contar estrellas por la noche
si puedes disfrutar del universo...?
Es fácil la respuesta, no lo dudes
si sigues los dictados del deseo.

Eterna paradoja la del hombre
que busca entre las llamas ese fuego,
la lengua del amor irreverente
que lleve sus cenizas hacia el cielo.

Se busca en las estrellas el suspiro,
el néctar y la luz para los ciegos,
la sombra que nos cubra de la noche
y el agua y el susurro del sediento.

Se busca la ilusión y fantasía,
y el paso del cometa de los sueños,
la nota discordante de los niños
que viven en su mundo de embeleso.

Por eso la razón se queda corta
y busca en las estrellas todo aquello,
la vida con su chispa de alegría
que rompa los embalses del silencio.

Contamos las estrellas una a una
y apenas recordamos sus reflejos,
aquellos que nos dejan en los ojos
esquirlas de retales y recuerdos.

Razones poderosas del poeta,
migajas que se quedan en sus versos,
quizás como las tiernas mariposas
que acercan la alegría con su vuelo.

Por eso la respuesta es evidente
y anima ese mirar al firmamento,
busquemos en su bruma la hermosura
y luego descansemos en el lecho.

¿...Por qué contar estrellas por la noche
-pensaba aquel poeta muy risueño-,
si tengo la diadema de tu alma
que llega hasta mis labios con tus besos...?

Rafael Sánchez Ortega ©
18/04/15

ME ACORDÉ DE TU RISA...

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Me acordé de tu risa
y el frescor de tus labios,
y cerrando los ojos
intentaba encontrarlos.

Esa risa tan tierna,
esos besos robados,
ese cuerpo vibrante
que pedía mi abrazo.

Me acordé de tus ojos
tan azules y claros,
y sentí tus pupilas
con su verso encantado.

Esos verso de plata
tan añiles y extraños
rezumando salitres
de poemas borrachos.

Me acordé de tu cara
y tus dedos temblando,
que trazaban piruetas
sobre el fondo del vaso.

Era un vaso incipiente,
un jardín encantado,
una rosa y un beso
del través, con un lazo.

Me acordé de tu cuerpo,
floreciente y serrano,
y también de las piernas
que marcaban sus pasos.

Eran pasos de niña,
cual suspiros callados,
en un cuerpo tan tierno
pareciendo cansado.

"...Me acordé de tu nombre
y no pude olvidarlo,
ni tampoco tus besos
ni el candor ni tu encanto..."

Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/15

TE VEO...

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Te veo en ese lecho tan cansada,
pero tengo ganas de ti
y quiero secuestrarte,
ven conmigo y nada temas,
iremos a pasear por la ribera,
escucharemos a las olas
y nos abrazaremos bajo el manto protector
de la luna y las estrellas.

Entiendo que estás cansada,
pero sigue a mi lado, te necesito.
Quiero robar tus sueños,
desnudar tu alma, para cubrir tu cuerpo,
y acariciar esos pliegues tan hermosos,
mientras mis labios mordisquean tu piel
y mis dedos dibujan arabescos por tu espalda.

Entiendo que necesitas descansar,
que precisas ese sueño reparador,
pero quiero darte lo que guardo,
los versos incipientes de mis dedos,
las pasiones alocadas de mi corazón,
los jardines de invierno de que tanto
te he hablado,
los silencios helados de los días sin nombre
y también quiero compartir contigo el renacer
de la vida con la nueva primavera.

Siento tu respiración acompasada
y me duele despertarte;
pero lo hago.
Quiero martirizarte con mis besos,
quiero encender tu cuerpo con el roce
de mis dedos
y quiero que suspires y despiertes
para volar conmigo
y buscar los cometas de la infancia.

Siento el sudor de tu piel,
en esa lucha incesante de tu cuerpo
y de tu alma,
y entonces quiero llevarte a ese bosque
donde la niebla y la bruma no existen,
allí donde el mundo se para,
donde los relojes se detienen,
donde las nubes florecen
y donde la lluvia forma pétalos cristalinos,
con sus diminutas gotas,
para besarnos.

Quizás sientas el calor de mi verso en tu oído,
quizás añores el poema de antaño,
quizás busques por baldas y desvanes
las viejas promesas,
y, a lo mejor, hasta escuches maullar
a los gatos por las calles vacías.

Pero es y será una pesadilla, ¡sin duda!
Yo estaré cerca y velaré tu sueño,
desnudaré tus silencios con mis dedos
y elevaré tu cansancio hasta las nubes
para que, en ese hermoso lecho,
tú descanses y recibas
el cariño de mis manos.

Rafael Sánchez Ortega ©
16/04/15

ENTIENDO TU CANSANCIO...

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Entiendo tu cansancio en este día
y siento la caricia del verano,
quisiera compartir las emociones
por medio de unos versos encantados.

Quisiera que olvidaras la fatiga
pudiendo descansar entre mis brazos,
igual que recibieras el nordeste
por medio del embrujo de mis labios.

Entiendo que te invada la pereza
y sientas esa ausencia de que hablo,
mas debes comprender que la distancia
aumenta los temblores de mi mano.

Quisiera que se abrieran las fronteras
y andar por paraísos añorados,
sin prisas de relojes ni testigos
que hicieran más violentos nuestros pasos.

Entiendo que la vida es un instante,
un ciclo que se agota como un pábulo,
la linda mariposa que amanece
y luego se desliza por el lago.

Quisiera detener estos momentos,
vivirlos y hasta incluso rescatarlos,
allí, cuando el destino ya nos pese
por  culpa de la edad y de los años.

Entiendo a tus ojitos soñadores,
lo mismo que a tu cara y tu cansancio,
entonces yo te abrazo simplemente
y le hablo al corazón, en tu regazo.

Quisiera que escucharas mis palabras,
que oyeras mi suspiro entrecortado,
dejándote mi amor y mi cariño
en versos y poemas con un lazo.

"...Entiendo tu cansancio, y lo comprendo,
y el sueño que aletea en tu costado,
y quiero que tú sientas mis latidos
diciendo sin cesar cuánto te amo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
16/04/15

OJALÁ YA FUESE REALIDAD...

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Ojalá ya fuese realidad ese futuro
y esos días que soñamos,
ese tiempo en que pensamos estar juntos,
compartiendo sentimientos y latidos.
Pero hay que someterse a los designios
de la vida y hasta hacer
que tantos sueños se retarden
uno a uno y que esperen unos días.

Has sido y eres la razón de mi alegría,
el principio de una nueva primavera,
de una realidad, y no de un sueño,
con tu amor y tu cariño.
Y es así, porque abusé de tu paciencia,
porque vine, por las noches, a tejer
la telaraña que me dabas y ofrecías
con tu charla y con tus risas.
Y acepté, y tú lo sabes, ser tu amigo
y ser tu amante,
ser el hombre de tu vida,
ser el niño y el poeta que te busca
y que te llama por las noches,
y que sueña, por el día, con tus pasos
y venidas,
con tu risa contenida,
con tus bromas y suspiros que me dejas
tantas veces.

Tú has querido ser de barro y de ceniza
y elevarme en el cometa de tus sueños,
para ver, sobre los mares, las llanuras
tan inmensas de tu tierra,
para ir a las montañas a gozar
de las nevadas de las cumbres,
y has querido ser la humilde cenicienta
de mis versos,
aunque eras una diosa que vivías en un mundo
muy cercano a las praderas del Olimpo.

Es por eso que me lanzo tras tu vuelo
y te persigo,
necesito que me digas que me quieres,
que me amas,
y hasta siento al corazón que se desboca
por tu culpa y va perdido en una selva
de pasiones.

Soy el niño y el poeta,
el humilde prisionero de tus pasos,
el que sigue tus pisadas en la arena,
el que busca, por la noche, las estrellas
tan fugaces,
y el marino, y capitán del bergantín,
que sin velamen ni mesanas, atraviesa
los océanos en tu búsqueda.

Creo en ti, sin quitamiedos,
con mi capa tan sencilla, de juglar y Peter Pan,
con que me cubro.
Ya no uso parapente ni tampoco voy pisando
los cristales del pasado.
Soy Amor, sencillamente, para ti,
para que lo tomes y recojas,
para ser quien tu deseas,
para hacerte sentir bien y estar tranquila,
y hasta ser el pasaporte
que te abra muchas puertas
y te haga ver la vida de otra forma,
como quieres, como buscas,
como sientes y deseas.

Yo seré como esa espuma de los mares
que se estira por las playas
y que aguanta las resacas
con monótono sonido,
y seré, si tú lo quieres,
el salitre de tus venas,
el nordeste que se acerque hasta tu cara
y te bese con su brisa,
y el charrán, que con sus alas,
marcha allá, por el ocaso, hacia otras costas
y lugares,
y también seré ese faro que te guíe,
que te lleve de la mano,
que te alumbre por las noches
y que esté constantemente
vigilante ante la niebla de tus ojos.

...Y ojalá que este presente no se acabe
y que sientas el futuro, y realidad, con que
soñamos tantas veces muy cercano,
y hasta sientas que tus manos se estremecen
al tocarme y al sentirme,
porque marcho con tus pasos y latidos,
y va en ti, mi corazón, con su tic-tac irreverente,
el reloj que tanto añoras y deseas.

Rafael Sánchez Ortega ©
15/04/15

ETERNA REALIDAD...

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Eterna realidad la de tu risa,
bendita sensación la de tus besos,
extraña confusión la de mi mente
que crea y que elabora tantos sueños.

Te miro y te remiro muy despacio,
extiendo mis deditos por tu pelo,
los siento como lazos invisibles
que dejan sus caricias en silencio.

Y buscan los rincones más extraños,
incluso los latidos de tu pecho,
y bajan por tu vientre hasta tus muslos
y siguen el camino de tu sexo.

La intensa sinfonía da principio
y suena dulcemente el violonchelo,
las notas del piano se desgranan
y surgen los trombones con estruendo.

Eterna realidad la que palpita
y dulce sensación la que contemplo,
las gotas de las olas van llenando
el tierno corazón de los sedientos.

Se estiran las alegres campanillas,
rebosan de belleza los almendros,
incluso los gorriones más osados
esconden los jirones del invierno.

Resuenan las esquilas por los valles
dejando iluminados los senderos,
las huellas de otros pasos vacilantes
nos llevan por caminos polvorientos.

No importa la distancia ni el camino,
si acaso que no vuelvan los recuerdos,
aquellos que agotaron a las almas
dejándolas sin fuerzas ni resuello.

Por eso me concentro en tu figura
mi amado corazón, que tanto quiero,
la eterna realidad de tu mirada
y el dulce escalofrío de tus besos.

Rafael Sánchez Ortega ©
15/04/15

¿Y QUÉ DIRÁN...?

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¿Y qué dirán los labios, nuestros labios,
cuando se encuentren y se vean,
en ese viejo andén de la estación?

Quizás se queden quietos y en silencio,
quizás no atinen las palabras a romper
ese momento tan soñado.

Es fácil que los dedos sustituyan a los labios
y sean los que alegren las pupilas,
es fácil que se rompa el corazón en mil pedazos
por culpa de las prisas y del beso que no llega,
es fácil que el temblor venga de nuevo
y recorra nuestros brazos y hasta nuble la razón
con esa brisa, que sin duda, se desprenda
de los ojos y nos moje y nos proteja.

Entonces dejaremos que las almas manifiesten
lo que sienten, lo que guardan, lo que ansían,
y haremos que los cuerpos se serenen al compás
de nuestros besos.

Pero todo es fantasía en estas letras
y hasta puede que actuemos de otro modo.

Dos personas diferentes y que dicen conocerse,
dos sonrisas apagadas, deseando ver la vida,
dos inquietos corazones que desean el galope
impetuoso de la sangre,
dos cabezas que ya ansían ese sueño entre
los brazos tan amados.

Suspiramos, sin remedio, intentando darle forma
a esos momentos, a ese instante en que se junten
nuestras manos,
a esas voces que provengan de tu boca
y de mi boca,
y que entreguen el saludo delicado y picaresco
de tus labios y mis labios...

Más también hago extensivo, en el suspiro,
a mis ojos buceando en tus pupilas,
a mis dedos rebuscando entre tu pelo,
ese tacto sugerente y tan sensual
que me provocas con pensarlo,
a tu piel, tan delicada y siempre tierna,
y a esa eterna sensacion de ser un niño,
simplemente, ante unas letras especiales
que ahora escribo con cariño.

Yo no sé lo que dirán, en ese encuentro,
nuestros labios, y hasta puede que me quede
con los sueños y retales de esa cita,
porque todo es poesía.

Tu sonrisa es poesía, tu mirada es poesía,
tu latido es poesía y hasta tú, con tus pupilas
soñadoras, eres ya ese verso del poema que buscaba
y me faltaba:
Un susurro estremecido de mi pecho
y el suspiro  tembloroso de mi alma.

Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/15

HAY UN CARTEL EN TU PUERTA...

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Hay un cartel en tu puerta
que me dice que no llame,
que es muy pronto todavía
y que tú llegarás tarde.

Y yo que soy muy nervioso,
me como las uñas, aunque
reconozca que las prisas
no son buenas para nadie.

Hay un cartel en mi puerta
en que dice que tu pases
que mis labios tienen frío
y mi boca tiene hambre.

Estoy solo y ya te espero
con mil besos para darte
y un clavel y una azucena
que a tu pelo lo realce.

Hay un cartel en tu puerta
que detiene mis andares,
mi carrera hacia tu lado
hoy se queda por los aires.

Y allí vago entre los sueños
esperando que me llames,
que me ofrezcas tu ventana
sin cadenas y sin llaves.

Hay un cartel en mi puerta
primoroso y desplegable,
donde dice que está libre
este pecho que tú sabes.

Que te esperan complacidas
unas venas que ya arden,
y unas gotas de rocío
con que alivies bien tu sangre.

Hay un cartel en el cielo
con mil besos de los ángeles,
que te esperan y me esperan
para darnos sus bondades.

El abrazo y la caricia
de una noche interminable,
y aquel acto de ternura
de tu carne con mi carne.

Hay un cartel, simplemente,
y unas letras y un mensaje,
donde dicen que te quiero
y me invitas a tu baile.

A ese baile con la luna,
las estrellas y los mares,
y una eterna sinfonía
que arrullando, nos abrace.

"...Hay un cartel en tu puerta
y en mis dedos un brillante
para ponerlo en tus labios
y con los míos besarte..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/04/15

VOLVERÁN LOS VERSOS...

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Volverán los versos
a traer canciones
y otra vez, sin prisa,
se abrirán las flores.

Con la vieja regla
trazaré las doce
en una cuartilla
sin hojas ni borde.

Y estaré mirando
la preciada torre,
con el sol señero
y el reloj que esconde.

Una linda tarde
miraré tu escote,
y tus lindos ojos
me dirán "conforme".

Volverán los versos
de una mano torpe,
un poema absurdo
que nació de noche.

Vino entre las sombras
con su manto en orden,
vino de puntillas
cual suspiro joven.

Pero yo no quiero
esos versos dobles,
porque yo te quiero
Cenicienta pobre.

Cenicienta amiga
que me das amores,
y me das cariño
con suspiros nobles.

"...Volverán los versos
y otros nuevos soles,
pero aquel poema
me dirá tu nombre..."

Rafael Sánchez Ortega ©
12/04/15

QUIZÁS ESAS GAVIOTAS...

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Quizás esas gaviotas que me miran
no saben ni quién soy ni a dónde
se encamina mi destino.
No saben más de mí que mis vecinos
y parientes,
los unos porque ven cuando yo bajo
de mi casa, día a día,
los otros, vagamente, cuando alguien
les susurra, con mi nombre,
y evocan mi figura en el recuerdo.

No saben las gaviotas que mis pasos
van en busca de emociones
y hasta emprenden esa loca sensación
de caminar por una senda de la vida
que se pierde en la distancia.

Dejo atrás un ramillete de emociones,
de recuerdos muy dispersos,
de promesas y palabras que eran simples
sensaciones que alteraban los sentidos
y que luego se fundían en la niebla
y en la nada.

Dejo atrás las mariposas de la eterna primavera,
con las luces parpadeantes que alteraban
los sentidos,
con los globos de colores que animaban las pestañas
y hasta quedan allí atrás, en un rincón,
unos versos de cristal en los que hablaba
de la música.

Ahora emprendo la ascensión por el camino
que me lleve hasta la cima;
quiero ser y quiero estar en ese instante
en la cumbre bien nevada
esperando la llegada del invierno
y dejando una sonrisa al otoño que se marcha
y que se escapa de mi lado.

Sé que es dura la trepada y que debo de escalar
unas paredes peligrosas, concentrando mis sentidos
en las manos y los pies que en esas rocas
buscarán el firme apoyo para ir pasito a paso
hasta ese instante, en que doblegue a la montaña,
y me abrace a los mojones de su cima.

Reconozco que hace años yo subía fácilmente,
y sin temor a las caídas, con el miedo contenido,
destilando adrenalida y hasta haciendo aquel honor
a las arañas que miraban recelosas como yo
me deslizaba por las rocas, como ellas,
a pesar de ser un hombre tembloroso
que acababa de dejar a las gaviotas en la costa

Hoy recuerdo a las gaviotas y charranes,
los señudos cormoranes con sus alas desplegadas,
y les digo que he volado como ellos,
que he subido, con mis manos y "mis alas" invisibles,
a esa cima con que tanto me retaban,
que he escalado las paredes afiladas y calizas
escoltado por los buitres y las águilas
que celaban por sus nidos.

Y al final lo he conseguido y he llegado,
aunque sea solo en sueños,
aunque aparte la ilusión y fantasía
y me quede simplemente con la imagen añorada,
y que queda en mi retina,
no sabiendo dónde empieza y dónde acaba
la verdad y realidad de lo que cuento.

Sin embargo finalizo repitiendo
que quizás esas gaviotas, que me miran,
nada sepan de mi vida,
ni quién soy ni hacia dónde se encaminan
estos pasos vacilantes de un invierno
que persigue su destino con temblor
y con nostalgia.

Rafael Sánchez Ortega ©
11/04/15

YO MIRARÉ TUS OJOS...

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Yo miraré tus ojos tan bonitos
y buscaré en los mismos la alegría,
ese temblor, apenas perceptible,
que llega a tu barbilla y la ilumina.

Pero también veré el fondo de tu alma
para encontrar el verso de la vida,
esa emoción intensa y tan sublime
que surge de una nueva poesía.

Descartaré la estrofa mal sonante
huyendo de palabras repetidas,
lo mismo que de rimas y gorriones
igual que de graciosas golondrinas.

Porque el mensaje claro que yo espero
estará ahí, posado en tu pupila,
en ese claroscuro de tus ojos
tiñendo la ilusión de fantasía.

Suspiraré, por cierto, y no lo dudes,
hasta alcanzar lo alto de la cima,
allí donde las águilas no suben
e incluso los susurros se eternizan.

Porque estarás, muy cerca y a mi lado,
en ese carrusel y ese tranvía,
que marcha desbocado y al galope
llenando corazones de sonrisas.

Entonces buscaré tus lindas manos
y estrecharé las mismas con las mías,
para sentir la sangre acelerada
venir hasta mi lado con su guinda.

Mis labios se abrirán para tus labios
y besaré los mismos muy deprisa,
hasta sentir el néctar de tu pecho
y restañar la sabia prometida.

"...Yo miraré tus ojos tan bonitos
y encontraré, entre ellos, la cuartilla,
la frase seductora de tu alma
y el verso con tu frase preferida..."

Rafael Sánchez Ortega ©
10/04/15

SE PERDIERON LOS SUEÑOS...

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Se perdieron los sueños
y también las palabras,
porque quiso el destino
alterar nuestra charla.

Y sentimos la angustia
y también la nostalgia
de ese eterno silencio
que llegaba hasta el alma.

Añoramos entonces
todo aquello que falta,
los latidos del pecho
y las dulces miradas.

Las palabras silentes
de pupilas tan claras,
que decían mil cosas
en la amarga distancia.

Se perdieron los sueños
con la luna de plata
y quedamos llorosos
y temblaron las arpas.

Nuestras manos vacías,
nuestros dedos sin nada,
sin la brisa y los besos
de tus labios de nácar.

Más cerrando los ojos
recordé la esperanza,
esa eterna promesa
que nació en nuestra infancia.

Y vibraron de nuevo
las estrellas lejanas,
sacudiéndose el polvo
y las telas de araña.

"...Se perdieron los sueños
y temblaron las aguas,
recordando la lluvia
con tu voz tan amada..."

Rafael Sánchez Ortega ©
09/04/15

QUE SEA LINCE LA NOCHE...

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Que sea lince la noche
y sus ojos nos protejan,
que nos alumbre la luna
y nos canten las estrellas.

Para que sientan mis pasos
y el corazón del poeta,
cuando desgrana sus rima
caminando por la arena.

En la playa silenciosa
persiguiendo allí, las huellas,
de caracolas de ensueño
y cantarinas sirenas.

Que se llene de fragancia
del salitre y la sal muera,
y que el alma resucite
mientras vive este poema.

Que sea lince la noche
y despeje las tinieblas,
las que cubren los cristales
de ventanas y de puertas.

Que renueve corazones
y que aparte las galernas,
porque así lo necesitan
las personas tan inquietas.

Que reavive los rosales
en la nueva primavera,
y las gotas del rocío
nos embriaguen con su néctar.

Porque entonces viviremos
una noche dulce y bella,
mientras buscan, nuestros labios,
a los labios que desean.

"...Que sea lince la noche
y nos cuente lo que vea,
los suspiros, los abrazos
y el amor que va en las venas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
08/04/15

HAY VERSOS EN TUS OJOS...

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Hay versos en tus ojos que me llaman
y letras, silenciosas, que palpitan,
existen esas notas tan ardientes
que exaltan la pasión y la alegría.

Por eso yo te miro muy despacio,
repaso lentamente tus pupilas,
recojo los mensajes que me dejas
y esbozo, sin dudar, una sonrisa.

Los labios se humedecen con tus besos,
la sangre se acelera y descarrila,
la brisa del amor me da un abrazo
y el campo se transforma en margaritas.

Se nota que tus versos son sensibles,
que tienen esa gracia tan precisa,
el dulce contoneo del romance,
la cuerda que en sus versos late y vibra.

Hay versos en tus ojos tan serenos
que esperan a que, pase de puntillas,
los mire y los recoja simplemente
y luego los recite con mis rimas.

La magia del poema está en el cuento,
un mundo de ilusión y fantasía,
el arte del encanto y la sorpresa
nos deja el arrebol en la mejilla.

Las hadas se pasean por el bosque
y vienen a tus ojos cada día,
te cuentan sus relatos y leyendas
que luego tú, transformas y me dictas.

Me dejas en tus ojos los misterios,
el sueño seductor de lindas cuitas,
la eterna sensación de los amantes
que buscan el amor que tanto ansían.

"...Hay versos en tus ojos tan amados
que hilvanan las estrofas más sencillas,
aquellas que nos hablan sin palabras
y entregan, con su amor, la poesía..."

Rafael Sánchez Ortega ©
07/04/15

ERA UNA TARDE DE ABRIL...

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Era una tarde de abril
y el nordeste fiel soplaba,
se colaba por las puertas
meneando las ventanas.

Era el viento marinero
de las costas y las playas,
quien curtía a los marinos
bronceando bien sus caras.

Era un día de Folía,
esa fiesta limpia y clara,
en que sacan los marinos
a la Virgen por la barra.

Y la sacan, como antaño,
por las olas tan rizadas,
entre cantos y entre salves
de picayos y picayas.

Yo he vivido muchas tardes,
la Folía tan citada,
y la he visto desde el faro
y también en la atalaya.

Otras veces la he seguido,
embarcado en una lancha,
y siguiendo las estelas
de las olas siempre blancas.

Semejaban mil diademas,
como estrellas estiradas,
esas gotas del salitre
que con gracia nos rozaban.

Yo vivía intensamente
esas tardes ya lejanas,
y lo hacía en el presente
de esa Madre tan rezada.

Pero ahora es otra tarde,
otro abril el que me llama,
nuevo tiempo de Folía
y nordeste con su capa.

Con su manto plañidero
alcanzando las campanas,
y buscando en los badajos
esa nota tan exacta.

La que alcance corazones
y nos traiga la esperanza,
a esta villa marinera
que a la Virgen reza y canta.

Cantaremos a María,
la "barquera" de las almas,
que hace tiempo vino a vernos
no queriendo que marchara.

Era una tarde de abril,
con nordeste, como tantas,
cuando vino hasta nosotros
una Virgen con su barca.

Era una barca sin remos,
sin velamen y sin nada,
con una Virgen y un niño
que en sus brazos nos miraba.

Y los hombres barquereños,
los "pejines", que les llaman,
construyeron una ermita
para hacer de ella su casa.

La capilla encantadora
de la Virgen capitana,
esa Virgen barquereña
tan coqueta y tan rezada.

"...Era una tarde de abril
y el nordeste repicaba,
allí comenzó la Folía
en una tarde de tantas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
06/04/15

TU SONRISA DE CRISTAL...

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Tu sonrisa de cristal
encadena mi destino
con amarras presurosas
que me arrancan mil suspiros.

Son tus labios inocentes
los que causan el delirio,
esa imagen tan preciosa
que yo guardo y va conmigo.

Pero hay algo que cautiva
de tu boca y de su brillo,
y es el canto y la esperanza
que desgrana con sigilo.

Esa boca encantadora,
esa fuente, como un grifo,
con su eterna letanía
de consuelo y de cariño.

Tu sonrisa de cristal
me seduce este domingo,
me adormece y acompaña
y hasta busca en mí, su abrigo.

Unos ojos soñadores
aceleran ese ritmo,
ese baile de las olas
y ese vals de los navíos.

Porque todo es poesía
en los ojos tan bonitos,
y en los labios soñadores
que sonríen de los niños.

Ellos miran dulcemente
y hasta esperan ser oídos,
por los padres y mayores
refugiados en sus limbos.

Tu sonrisa de cristal
me redime, cual cautivo,
de pecados y pasiones
de otros tiempos ya marchitos.

Porque das un aire nuevo
en tus versos y en los libros,
donde hablan los poemas
a los hombres bien dormidos.

Y les cuentan las historias
que han pasado, desde siglos,
con los cuentos y leyendas
recogidas en mil sitios.

Son sucesos de un pasado
con momentos transcurridos,
sensaciones, sentimientos
y hasta sueños amarillos.

"...Tu sonrisa de cristal
me transporta al infinito,
a tus brazos, nuevamente,
y a dejarte lo que escribo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
05/04/15

PORQUE NACES...

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Porque naces siempre del invierno
y regresas cuando se te espera,
aunque brinque el pecho y tus latidos,
en el carrusel que nunca cesa...

Por eso la vida sigue y sigue,
se agitan de pronto las banderas,
y se ven, sin prisa, las sonrisas
entre lágrimas y candilejas.

Eres un clavel y no un suspiro
que camina por las alamedas,
vas en un vagón interminable
con tu vaivén sobre las traviesas.

Pero también eres como el fuego,
la brasa y la llama de las eras,
el  canicular de los veranos
con el sol fogoso que no cesa.

Porque naces siempre del invierno
y buscas calor tras de las puertas,
a ti te busco y te grito amor,
te pido me enseñes las estrellas.

Me enseñes la luna nacarada,
sus ojos de tierna cenicienta
la hermosa flor de sus pupilas
besando a la playa y a la arena.

Me enseñes el prado de los campos
con el campanario de la iglesia,
el cañaveral de los marjales,
la trucha que entre ellos se pasea.

Serán pasos y versos forzados,
ensayos azules de poemas,
legañas temblando, tan celestes
y una noche, sin mas, que muriera.

"...Porque naces siempre en el averno
te maldigo en esta larga espera,
a ti, y los versos casi imposibles
de este horrendo y fatal poema..."

Rafael Sánchez Ortega ©
04/04/15

COMO NOS DUELE DESPERTAR...

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Cómo nos duele despertar de un sueño
y olvidar que, en el mismo, las gaviotas,
aletean temblando por la noche
en la herida de luces y farolas.

Es el llanto fugaz de las estrellas,
el que marca el destino de las horas,
esa frase que surge con tu nombre
en sílabas quebradas de mi boca.

Oración de ternura y fantasía,
la que dictan los labios que te nombran,
es la brisa que surge en la conciencia
y una dulce plegaria entre las sombras.

Se repite el amor constantemente,
deambula por calles y personas,
aunque algunos olviden de que existe
hasta ver su belleza entre las olas.

Porque duele el silencio en la mañana,
la legaña, en los ojos, cual paloma,
que resiste a cedernos el saludo
de este día que empieza y nos asombra.

Cada día es un día diferente
con un sueño y suspiro de las rosas,
un encanto de lirios en el río
y ese vuelo fugaz de las alondras.

Pero duele ese sueño inacabado
que dejó mil sonrisas, como locas,
en la punta afilada de un suspiro
que guardabas mi Amor, bajo tu ropa.

Es por eso que siento la locura
y ante el alba confieso mi derrota,
porque quiero seguir ese letargo
y vivir la pasión que me devora.

¡Cómo nos duele despertar de un sueño
y salir de ese lecho, cual marmota,
con el paso torcido y vacilante,
y el Amor, reclamando tu persona...!

Rafael Sánchez Ortega ©
03/04/15

UN SABOR AGRIDULCE...

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Un sabor agridulce
ha quedado en mis labios,
al notar tu presencia
y tu mano en mis manos.

Eras tú, como siempre,
mariposa a mi lado,
golondrina sin nombre
con tu rima y tu ramo.

Acudías, sin prisa,
con tu ritmo y tu garbo,
para ir al encuentro
del estanque dorado.

Allí estaban las hadas
con los elfos y magos,
y también viejos bosques
con enormes castaños.

Y quedamos en verlos
y también en tocarlos,
en rozar sus cortezas
para luego besarnos.

Y escribimos los nombres
en el tronco, temblando,
y cerrando los ojos
por el cielo volamos.

Un sabor agridulce
he sentido al contarlo,
pues te vi, como entonces,
con tu blusa de antaño.

Era a ti, bella niña,
con tus ojos tan claros,
tan azules e intensos
que los míos buscaron.

Era a ti, te repito,
la del pelo tan largo,
revoltoso y coqueto
con su tono castaño.

Que busqué entre tus ojos
esa gracia y encanto,
y el latir de tu pecho
y el suspiro velado.

Te pedí que vinieras
a soñar lo que hablo
y a buscar en la vida
algo más que un verano.

Y lo hicimos, sin duda,
y en la misma gozamos,
y cerramos los ojos
y las almas callaron.

"...Un sabor agridulce
hoy me viene a los labios,
te recuerdo y te quiero,
Cenicienta a quien amo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/04/15

SUSPIRAR...

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Suspirar...

Y sacar a los labios el aire y la nostalgia,
concentrando los silencios por orden númerico
y de mayor a menor antiguedad,
aceptando la realidad,
y marcando las prioridades de este día,
uno más del recorrido,
y uno memos para llegar a la meta.

Suspirar...

Y contar las escaleras de la calle
mientras subo hacia el trabajo:
"una dos, tres..."
Respiro y me detengo buscándo una metáfora
que me dé la explicación de lo que hago:
"treinta y una, treinta y dos, treinta y tres..."
la higuera se me escapa de las manos,
las flores del almendro ya despuntan,
la sombra del ciprés
se enreda con la hiedra de la tapia
mientras el nordeste deja un beso entre sus ramas:
"sesenta, sesenta y una, sesenta y dos..."
hay puertas invisibles en las tapias
y ventanas que no veo
y las percibo y las preciso
con la luz que me hace falta:
"setenta y nueve, ochenta y ochenta y una",
¡al fín...!

Suspirar...

Y recuperarse un poco del cansancio
dejando atrás castillos y mil sueños del pasado.
El invierno ha corrido su velo,
y también ese trago del frío amargo
que ahora quema el veneno, en las entrañas.
Ya no lloran los ojos, porque dentro,
en el alma, se destroza el silencio,
desgarrado entre nieblas y brumas
y no atinan los dedos a quitar esos días
pasados, y esos meses de la página fiel,
del feliz calendario.

Suspirar...

Y mirar por la ventana el cielo gris,
de este día cualquiera,
mientras los dedos juegan con el teclado del pc
tratando de hilvanar unas palabras,
y el pensamiento vaga, difuso,
con tu presencia tan cercana y tan distante.

Suspirar...

Y seguir caminando,
avanzar ya de nuevo con la lluvia y el sol
a través de la niebla y la noche,
al compás de los días sin nombre,
entre rosas y cardos,
donde nacen y mueren los sueños,
porque tú, "primavera sin rumbo",
has venido hasta aquí, de repente,
arrancando la nota silente de un arpa
y acallando la voz de un invierno,
marchito y helado,
y has venido a traer alegría a las almas.

Suspirar...

Y añorar la pasión del futuro verano.

Rafael Sánchez Ortega ©
01/04/15

UN POEMA PERDIDO...

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Un poema perdido
se ha quedado olvidado
y no sé donde está
ni tampoco sus pasos.

Olvidé su destino
y su vuelo temprano,
eran alas sin nombre
por encima los campos.

Como un dulce cometa
de colores variados,
así fueron los versos
por el mundo a contarlos.

Y llegaron a pueblos,
a ciudades y barrios,
y hasta aldeas remotas
con silencios dorados.

Y ese nuevo poema,
el de trazos extraños,
se marchó sin saberlo
y voló de mi lado.

Ahora busco sus letras
y los versos rimados,
pues no sé su argumento
ni el color de sus labios.

He revuelto cajones,
papeleras y sacos,
he mirado en esquinas
sin ningún resultado.

Al final es el cielo,
con su gris tan amargo,
quien me llama y me dice
dónde está mi regalo.

El poema silente,
el de versos preclaros,
un suspiro del alma
a tus labios amados.

Así son esos versos
que perdí no sé cuando,
y no importa el destino
que le dieron mis manos.

Ahora sé que el mensaje
a tu pecho ha llegado,
porque claman tus venas
por el verso añorado.

Por la voz que susurra
de ese niño que hablo,
que perdió la inocencia
una tarde de mayo.

"...Un poema perdido
se marchó de mi lado,
y lloraron mis ojos
al poder rescatarlo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
31/03/15

LAS NUBES HOY SON GRISES...

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Las nubes hoy son grises y sin humo,
parece poesías incompletas,
un triste panorama cubre el cielo
y deja con nostalgia a las traineras.

Los hombres se acomodan en los muelles,
se miran con sus cejas tan inquietas,
allí, donde se esconden las pupilas,
la fuente y la ilusión que tanto esperan.

Parece que está triste la jornada,
augura temporales y galernas,
quizás para poner el contrapunto
que anule las sonrisas y las fiestas.

Semana de dolor y de alegría
en este nuevo abril que ya despierta,
semana de ilusión y de esperanza
con nubes insensibles y diversas.

Hay niños que disfrutan en el parque,
parejas de la mano en las callejas,
el triste solitario que murmura
y el joven con su cámara dispuesta.

Las chicas con su paso vacilante
caminan poco a poco muy coquetas,
el móvil en sus manos y sus dedos
pulsando sin cesar aquellas teclas.

La vida continúa, en nuestro entorno,
en medio del clamor y de la acera,
se dicen y murmuran muchas cosas
que puede que, al final, no sean ciertas.

Un "fino" se desliza entre los labios,
el líquido sutil de cada feria,
que acerca los vapores a la sangre
y alegra las semillas de la tierra.

"...Las nubes hoy son grises y, sin humo,
nos dejan esa estela de tristeza,
la eterna sensación que, los amantes,
evitan con sus besos y poemas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
30/03/15

MI VIDA...

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Mi vida se termina en un latido
y siento la nostalgia de este viaje,
se acaba y se termina el sinsentido
de andar y de vivir sin equipaje.

Mi vida es un presente, interrumpido,
y tengo que pagar ya mi peaje,
no importa el corazón que, confundido,
aguanta el vendaval y el oleaje.

Mi vida está acabando y, soy consciente,
que muere el corazón y la mirada,
ahogando la razón completamente.

Mi vida es una rosa marchitada,
un verso de un poema diferente,
y un alma malherida y asustada.

Rafael Sánchez Ortega ©
29/03/15