PORQUE NACES...
Porque naces siempre del invierno
y regresas cuando se te espera,
aunque brinque el pecho y tus latidos,
en el carrusel que nunca cesa...
Por eso la vida sigue y sigue,
se agitan de pronto las banderas,
y se ven, sin prisa, las sonrisas
entre lágrimas y candilejas.
Eres un clavel y no un suspiro
que camina por las alamedas,
vas en un vagón interminable
con tu vaivén sobre las traviesas.
Pero también eres como el fuego,
la brasa y la llama de las eras,
el canicular de los veranos
con el sol fogoso que no cesa.
Porque naces siempre del invierno
y buscas calor tras de las puertas,
a ti te busco y te grito amor,
te pido me enseñes las estrellas.
Me enseñes la luna nacarada,
sus ojos de tierna cenicienta
la hermosa flor de sus pupilas
besando a la playa y a la arena.
Me enseñes el prado de los campos
con el campanario de la iglesia,
el cañaveral de los marjales,
la trucha que entre ellos se pasea.
Serán pasos y versos forzados,
ensayos azules de poemas,
legañas temblando, tan celestes
y una noche, sin mas, que muriera.
"...Porque naces siempre en el averno
te maldigo en esta larga espera,
a ti, y los versos casi imposibles
de este horrendo y fatal poema..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/04/15
y regresas cuando se te espera,
aunque brinque el pecho y tus latidos,
en el carrusel que nunca cesa...
Por eso la vida sigue y sigue,
se agitan de pronto las banderas,
y se ven, sin prisa, las sonrisas
entre lágrimas y candilejas.
Eres un clavel y no un suspiro
que camina por las alamedas,
vas en un vagón interminable
con tu vaivén sobre las traviesas.
Pero también eres como el fuego,
la brasa y la llama de las eras,
el canicular de los veranos
con el sol fogoso que no cesa.
Porque naces siempre del invierno
y buscas calor tras de las puertas,
a ti te busco y te grito amor,
te pido me enseñes las estrellas.
Me enseñes la luna nacarada,
sus ojos de tierna cenicienta
la hermosa flor de sus pupilas
besando a la playa y a la arena.
Me enseñes el prado de los campos
con el campanario de la iglesia,
el cañaveral de los marjales,
la trucha que entre ellos se pasea.
Serán pasos y versos forzados,
ensayos azules de poemas,
legañas temblando, tan celestes
y una noche, sin mas, que muriera.
"...Porque naces siempre en el averno
te maldigo en esta larga espera,
a ti, y los versos casi imposibles
de este horrendo y fatal poema..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/04/15
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