PORQUE LOS SUEÑOS...
Porque los sueños son sueños
me gusta seguir "soñando",
unas veces con molinos
y otras veces con relatos.
Soñar paseos y playas
junto a las olas y baños,
con los granitos de arena
y ese nordeste reacio.
Soñar con besos fugaces
y con suspiros y abrazos,
que van llegando en la noche
mientras se duermen los astros.
Soñar con ver tus pupilas
y en ellas versos y cantos,
para colgarte una luna
de esos ojitos tan claros.
Pero los sueños son sueños,
dice el poeta despacio,
sueños de niños azules
y de los hombres cansados.
Sueñan los niños, sin prisa,
en su incipiente verano,
con las sonrisas más tiernas
de los cometas y barcos.
Sueñan los hombres maduros,
mientras se toman un trago,
con los recuerdos que un día
les alegraron el rato.
Sueñan también las mujeres
con recibir un regalo,
y con el sol de su invierno
sueñan en paz los ancianos.
Pero los sueños se pasan
y nos quedamos rezando,
en una casa sin nombre
y con la luna de antaño.
Más ese sueño que sueña
el corazón tan helado,
es un momento sublime
con un instante y un marco.
Sueños de días y noches
en un estanque dorado,
sueños de tardes tranquilas
donde despiertan los labios.
Sueños de besos ausentes
que ya se van apagando,
con el recuerdo y la brisa
que nos conduce al ocaso.
"...Porque los sueños son sueños
sigo de nuevo "soñando",
aunque la gente se ría
de la inocencia y mis años..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/04/15
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