YO MIRARÉ TUS OJOS...
Yo miraré tus ojos tan bonitos
y buscaré en los mismos la alegría,
ese temblor, apenas perceptible,
que llega a tu barbilla y la ilumina.
Pero también veré el fondo de tu alma
para encontrar el verso de la vida,
esa emoción intensa y tan sublime
que surge de una nueva poesía.
Descartaré la estrofa mal sonante
huyendo de palabras repetidas,
lo mismo que de rimas y gorriones
igual que de graciosas golondrinas.
Porque el mensaje claro que yo espero
estará ahí, posado en tu pupila,
en ese claroscuro de tus ojos
tiñendo la ilusión de fantasía.
Suspiraré, por cierto, y no lo dudes,
hasta alcanzar lo alto de la cima,
allí donde las águilas no suben
e incluso los susurros se eternizan.
Porque estarás, muy cerca y a mi lado,
en ese carrusel y ese tranvía,
que marcha desbocado y al galope
llenando corazones de sonrisas.
Entonces buscaré tus lindas manos
y estrecharé las mismas con las mías,
para sentir la sangre acelerada
venir hasta mi lado con su guinda.
Mis labios se abrirán para tus labios
y besaré los mismos muy deprisa,
hasta sentir el néctar de tu pecho
y restañar la sabia prometida.
"...Yo miraré tus ojos tan bonitos
y encontraré, entre ellos, la cuartilla,
la frase seductora de tu alma
y el verso con tu frase preferida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/04/15
y buscaré en los mismos la alegría,
ese temblor, apenas perceptible,
que llega a tu barbilla y la ilumina.
Pero también veré el fondo de tu alma
para encontrar el verso de la vida,
esa emoción intensa y tan sublime
que surge de una nueva poesía.
Descartaré la estrofa mal sonante
huyendo de palabras repetidas,
lo mismo que de rimas y gorriones
igual que de graciosas golondrinas.
Porque el mensaje claro que yo espero
estará ahí, posado en tu pupila,
en ese claroscuro de tus ojos
tiñendo la ilusión de fantasía.
Suspiraré, por cierto, y no lo dudes,
hasta alcanzar lo alto de la cima,
allí donde las águilas no suben
e incluso los susurros se eternizan.
Porque estarás, muy cerca y a mi lado,
en ese carrusel y ese tranvía,
que marcha desbocado y al galope
llenando corazones de sonrisas.
Entonces buscaré tus lindas manos
y estrecharé las mismas con las mías,
para sentir la sangre acelerada
venir hasta mi lado con su guinda.
Mis labios se abrirán para tus labios
y besaré los mismos muy deprisa,
hasta sentir el néctar de tu pecho
y restañar la sabia prometida.
"...Yo miraré tus ojos tan bonitos
y encontraré, entre ellos, la cuartilla,
la frase seductora de tu alma
y el verso con tu frase preferida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/04/15
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