AYER TE VI POR LA PLAYA...
(A Vero C, ya que su poema inspiró estos versos)
Ayer te vi por la playa
caminando por la arena,
ibas desnuda y llorando
paseando tu tristeza.
Te miré solo un instante
admirando tu silueta,
y los pasos enmarcados
que dejabas en las huellas.
Pasos tristes, malheridos,
vacilantes de gacela,
escapada de las sombras
y portales de una iglesia.
Yo te vi con la nostalgia,
dura carga y dura pena,
y una lágrima cautiva
marchitando tus ojeras.
Más no quise despertarte
y busqué entre las mareas,
esa eterna melodía
con la sal y las respuestas.
Yo quería contentarte
con mis versos y poemas,
y quería, con mis dedos,
escribir en tus caderas.
Escribir de cualquier cosa,
bien de amores o de guerras,
y ofrecerte una sonrisa
como flor de primavera.
Y escribiendo apresurado,
del salitre y las sirenas,
te conté lo que se dice
de juglares y leyendas.
De los niños que no mienten,
de los hombres que ahora sueñan,
y escribí sobre tus senos
las palabras que tu anhelas.
Esas frases que te digan
simplemente que te quieran,
y lo hagan con cariño
sin mentiras ni caretas.
Porque tú, como las rosas,
con sus pétalos de seda,
eres flor apetecida
y fragancia siempre eterna.
Eres dulce mariposa,
delicada y tan sincera,
y eres beso de los labios
que te quieren y desean.
"...Ayer te vi por la playa
bella niña, con tu pena,
y ahora marchas de mi lado
sin que nadie te detenga..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/10/12
caminando por la arena,
ibas desnuda y llorando
paseando tu tristeza.
Te miré solo un instante
admirando tu silueta,
y los pasos enmarcados
que dejabas en las huellas.
Pasos tristes, malheridos,
vacilantes de gacela,
escapada de las sombras
y portales de una iglesia.
Yo te vi con la nostalgia,
dura carga y dura pena,
y una lágrima cautiva
marchitando tus ojeras.
Más no quise despertarte
y busqué entre las mareas,
esa eterna melodía
con la sal y las respuestas.
Yo quería contentarte
con mis versos y poemas,
y quería, con mis dedos,
escribir en tus caderas.
Escribir de cualquier cosa,
bien de amores o de guerras,
y ofrecerte una sonrisa
como flor de primavera.
Y escribiendo apresurado,
del salitre y las sirenas,
te conté lo que se dice
de juglares y leyendas.
De los niños que no mienten,
de los hombres que ahora sueñan,
y escribí sobre tus senos
las palabras que tu anhelas.
Esas frases que te digan
simplemente que te quieran,
y lo hagan con cariño
sin mentiras ni caretas.
Porque tú, como las rosas,
con sus pétalos de seda,
eres flor apetecida
y fragancia siempre eterna.
Eres dulce mariposa,
delicada y tan sincera,
y eres beso de los labios
que te quieren y desean.
"...Ayer te vi por la playa
bella niña, con tu pena,
y ahora marchas de mi lado
sin que nadie te detenga..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/10/12
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