UNA PARTE DE MÍ TE ESTÁ BUSCANDO...
Una parte de mí te está buscando
y la otra se queda en el recuerdo,
yo no sé los motivos de esta duda
y si luchan, sin más, los sentimientos.
Comenzó en una noche de verano,
en la playa, buscando por los cielos
una estrella brillante y luminosa
que encendiera, de pronto, nuestros sueños.
Y la vimos en forma de cometa,
y volamos tras ella sin saberlo,
en un viaje carente de retorno
con la flor desatada del deseo.
Se nublaron de brumas las razones
y mandaron en ellas los silencios,
los suspiros quizás desaforados
se fundieron en uno con un beso.
Y volvieron de nuevo las gaviotas
a volar sobre el mar de los ancestros,
esos hombres sencillos con su sangre,
campesinos y honrados marineros.
Y vinieron granizos con tormentas,
las celliscas al campo del invierno,
las galernas temidas y sutiles,
y los vientos de oeste traicioneros.
Más nosotros volábamos sin norte,
en la estrella, surcando el firmamento,
tan ajenos al mundo y a la tierra
y en los sueños perdidos en el tiempo.
Y llegó el estallido de las flores
y las rosas de nuevo florecieron,
y los lirios temblaban con la brisa,
y lloraban de amor los crisantemos.
Despertaron de pronto nuestros ojos
y nos vimos desnudos y en el suelo,
tiritando de frío y de vergüenza
al mirar a la vez en el espejo.
Porque el alma dormida renacía,
retornando de sueños tan viajeros,
aunque arriba quedaban las estrellas
y la luna escoltada con luceros.
Yo sabía que estabas muy cansada,
y también que esperabas un "te quiero",
más no supe o no pude contestarte
y miré silencioso tu reflejo.
Tu cerraste los ojos sin pensarlo
y te fuiste, mi vida, con el viento,
a otro viaje sin luces ni cometas
donde todo se funde en el misterio.
"...Una parte de mí te está buscando
y la otra se queda en el desierto,
ahora sé lo que entonces ignoraba
más no puedo decirte lo que anhelo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/03/13
y la otra se queda en el recuerdo,
yo no sé los motivos de esta duda
y si luchan, sin más, los sentimientos.
Comenzó en una noche de verano,
en la playa, buscando por los cielos
una estrella brillante y luminosa
que encendiera, de pronto, nuestros sueños.
Y la vimos en forma de cometa,
y volamos tras ella sin saberlo,
en un viaje carente de retorno
con la flor desatada del deseo.
Se nublaron de brumas las razones
y mandaron en ellas los silencios,
los suspiros quizás desaforados
se fundieron en uno con un beso.
Y volvieron de nuevo las gaviotas
a volar sobre el mar de los ancestros,
esos hombres sencillos con su sangre,
campesinos y honrados marineros.
Y vinieron granizos con tormentas,
las celliscas al campo del invierno,
las galernas temidas y sutiles,
y los vientos de oeste traicioneros.
Más nosotros volábamos sin norte,
en la estrella, surcando el firmamento,
tan ajenos al mundo y a la tierra
y en los sueños perdidos en el tiempo.
Y llegó el estallido de las flores
y las rosas de nuevo florecieron,
y los lirios temblaban con la brisa,
y lloraban de amor los crisantemos.
Despertaron de pronto nuestros ojos
y nos vimos desnudos y en el suelo,
tiritando de frío y de vergüenza
al mirar a la vez en el espejo.
Porque el alma dormida renacía,
retornando de sueños tan viajeros,
aunque arriba quedaban las estrellas
y la luna escoltada con luceros.
Yo sabía que estabas muy cansada,
y también que esperabas un "te quiero",
más no supe o no pude contestarte
y miré silencioso tu reflejo.
Tu cerraste los ojos sin pensarlo
y te fuiste, mi vida, con el viento,
a otro viaje sin luces ni cometas
donde todo se funde en el misterio.
"...Una parte de mí te está buscando
y la otra se queda en el desierto,
ahora sé lo que entonces ignoraba
más no puedo decirte lo que anhelo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/03/13
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