CAMINO CON MIS SUEÑOS...
Camino con mis sueños envolventes
en medio de profundas telarañas,
hay puertas que se abren y se cierran,
cristales de ventanas olvidadas.
Hay yedra que aparece en las paredes
y rostros entre brumas y entre algas,
hay sedas que levantan los violines
y arpegios olvidados de las arpas.
Camino con mis sueños desde niño
en busca del amor y la palabra,
no importa si la escucho allá, a lo lejos,
en medio de los campos y las zarzas.
Tampoco me preocupan las espinas
que abrigan a las rosas perfumadas,
ni el miedo de las sombras en la noche
al pie de los cipreses que descansan.
Camino con mis sueños peregrinos
llevando la mochila en las espaldas,
y en ella el corazón va resguardado
llevando la ilusión por tal coraza.
No tengo, ni utilizo, en mi defensa,
los signos exteriores de las armas,
tan sólo el corazón con mis latidos
y el brillo verde gris de la mirada.
Camino con mis sueños hasta el cielo
en busca de la estrella que me llama,
y escucho los suspiros que me deja
y ahondan con su canto las resacas.
Yo creo en la bondad y en el silencio
y quiero sus caricias más que nada,
los besos de los árboles sin nombre,
las voces de las piedras que nos hablan.
"...Camino con mis sueños de poeta
volcando en la cuartilla todo el alma,
los versos que se escapan a mis dedos
la eterna fantasía del que ama..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/13
en medio de profundas telarañas,
hay puertas que se abren y se cierran,
cristales de ventanas olvidadas.
Hay yedra que aparece en las paredes
y rostros entre brumas y entre algas,
hay sedas que levantan los violines
y arpegios olvidados de las arpas.
Camino con mis sueños desde niño
en busca del amor y la palabra,
no importa si la escucho allá, a lo lejos,
en medio de los campos y las zarzas.
Tampoco me preocupan las espinas
que abrigan a las rosas perfumadas,
ni el miedo de las sombras en la noche
al pie de los cipreses que descansan.
Camino con mis sueños peregrinos
llevando la mochila en las espaldas,
y en ella el corazón va resguardado
llevando la ilusión por tal coraza.
No tengo, ni utilizo, en mi defensa,
los signos exteriores de las armas,
tan sólo el corazón con mis latidos
y el brillo verde gris de la mirada.
Camino con mis sueños hasta el cielo
en busca de la estrella que me llama,
y escucho los suspiros que me deja
y ahondan con su canto las resacas.
Yo creo en la bondad y en el silencio
y quiero sus caricias más que nada,
los besos de los árboles sin nombre,
las voces de las piedras que nos hablan.
"...Camino con mis sueños de poeta
volcando en la cuartilla todo el alma,
los versos que se escapan a mis dedos
la eterna fantasía del que ama..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/13
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