YO SÉ BIEN LO QUE TÚ ERES...
Yo sé bien lo que tú eres
más no sé lo que tu sueñas,
lo que salta por tu pecho
y te ronda en la cabeza.
Eres fina y delicada
con la piel de una princesa,
y tus ojos son castaños
y morena tu melena.
Eres dulce y embriagante
y me gusta cuando besas,
cuando lanzas un suspiro
por la noche a las estrellas.
Más no sé lo que te acosa
ni sé bien por qué se alteran,
las pupilas juveniles
cuando miran tras sus cejas.
Eres joven y preciosa,
embriagante, en la belleza,
y levantas mil susurros
cuando pasan tus caderas.
Eres tierna en las palabras
y hasta miras con franqueza,
y es tu voz una caricia
que encandila y embelesa.
Más no sé lo que se esconde
en los versos que me dejas,
a pesar de ser sencillos,
sin lazadas ni promesas.
Ni sé bien lo que se oculta
en tu alma de poeta,
en los dedos soñolientos
escribiendo mientras tiemblan.
Eres fuerte y arrogante
en la lucha y la pelea,
y hasta tomas decisiones
con razones y sin ellas.
Hasta aceptas el silencio
y la brisa marinera,
en las tardes y las noches
de rocío mientras rezas.
Más me falta la cordura,
la razón de quien espera,
embobado en la nostalgia
de unos besos de salmuera.
Y me faltan los latidos
y con ellos tu presencia,
y los labios con mi nombre
que pronuncies y me ofrezcas.
"...Yo sé bien lo que tú eres,
más no sé lo que deseas,
y así espero y desespero
por tus versos y poemas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/13
más no sé lo que tu sueñas,
lo que salta por tu pecho
y te ronda en la cabeza.
Eres fina y delicada
con la piel de una princesa,
y tus ojos son castaños
y morena tu melena.
Eres dulce y embriagante
y me gusta cuando besas,
cuando lanzas un suspiro
por la noche a las estrellas.
Más no sé lo que te acosa
ni sé bien por qué se alteran,
las pupilas juveniles
cuando miran tras sus cejas.
Eres joven y preciosa,
embriagante, en la belleza,
y levantas mil susurros
cuando pasan tus caderas.
Eres tierna en las palabras
y hasta miras con franqueza,
y es tu voz una caricia
que encandila y embelesa.
Más no sé lo que se esconde
en los versos que me dejas,
a pesar de ser sencillos,
sin lazadas ni promesas.
Ni sé bien lo que se oculta
en tu alma de poeta,
en los dedos soñolientos
escribiendo mientras tiemblan.
Eres fuerte y arrogante
en la lucha y la pelea,
y hasta tomas decisiones
con razones y sin ellas.
Hasta aceptas el silencio
y la brisa marinera,
en las tardes y las noches
de rocío mientras rezas.
Más me falta la cordura,
la razón de quien espera,
embobado en la nostalgia
de unos besos de salmuera.
Y me faltan los latidos
y con ellos tu presencia,
y los labios con mi nombre
que pronuncies y me ofrezcas.
"...Yo sé bien lo que tú eres,
más no sé lo que deseas,
y así espero y desespero
por tus versos y poemas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/13
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