CANTA EL RÍO, EN SU DESCENSO...
Canta el río, en su descenso,
una tierna melodía,
remolinos y cascadas
que al mirarlos maravillan.
Hay fontanas que dan saltos
y se ocultan a la vista,
bajo el ojo diligente
del viajero que las mira.
Hay saltitos muy sonoros
con su música divina,
y que brindan dulcemente
estas aguas exquisitas.
Pero hay ríos que se ahogan
y se apartan de la vida,
con sus cauces semisecos
que destilan apatías.
Una rana, muy coqueta
ha llegado hasta la orilla,
a buscar esos sonidos
en la música exquisita.
Más hay ciervos y rebecos
en el bosque, que vigilan,
a las aguas, en los saltos,
y en sus danzas y en sus fintas.
Yo disfruto con el río
y hasta escribo poesías,
sentadito, en un recodo,
sobre el cauce que me mira.
Tú disfrutas observando,
y plasmando en tus pupilas,
esa estrofa, sin palabras,
con un beso que le envías.
"...Canta el río, en su descenso,
y nos deja su sonrisa,
con la música sin nombre
de unas aguas cristalinas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/06/13
una tierna melodía,
remolinos y cascadas
que al mirarlos maravillan.
Hay fontanas que dan saltos
y se ocultan a la vista,
bajo el ojo diligente
del viajero que las mira.
Hay saltitos muy sonoros
con su música divina,
y que brindan dulcemente
estas aguas exquisitas.
Pero hay ríos que se ahogan
y se apartan de la vida,
con sus cauces semisecos
que destilan apatías.
Una rana, muy coqueta
ha llegado hasta la orilla,
a buscar esos sonidos
en la música exquisita.
Más hay ciervos y rebecos
en el bosque, que vigilan,
a las aguas, en los saltos,
y en sus danzas y en sus fintas.
Yo disfruto con el río
y hasta escribo poesías,
sentadito, en un recodo,
sobre el cauce que me mira.
Tú disfrutas observando,
y plasmando en tus pupilas,
esa estrofa, sin palabras,
con un beso que le envías.
"...Canta el río, en su descenso,
y nos deja su sonrisa,
con la música sin nombre
de unas aguas cristalinas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/06/13
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