Provocas con tus pupilas
un sinfín de sensaciones,
como tiernas mariposas
alterando los faroles.
Eres dulce y sensitiva,
soñadora con tus voces,
y un torrente de dulzura
al rozar los corazones.
La alegría de tus ojos,
doblemente soñadores,
se transmite fácilmente
cual tic-tac de los relojes.
Hay temblor entre tus labios
en el beso que se esconde,
y una lágrima furtiva
llega al párpado en su roce.
Un suspiro soñoliento
va a tu boca con un nombre,
y se encienden las hogueras
en los pechos más conformes.
Es un río que despierta,
un torrente junto al bosque,
una dulce melodía
de las hayas y los robles.
Son tus ojos, simplemente,
de esta gracia portadores,
porque encienden las hogueras
y provocan mil pasiones.
Mil rescoldos que resurgen
de las almas de los hombres,
y con ellos resucitan
otras tantas sensaciones.
Porque el beso de tus ojos
es un vino que se esconde,
es la vid con que se embriagan
esos labios seductores.
Yo suspiro con tus besos
y me marcho no sé a dónde,
porque quiero estar contigo
y ser niño, como entonces.
"...Provocas con tus pupilas
que te mire y me emocione
y se alteren mis latidos
en tus manos y de noche..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/06/13
un sinfín de sensaciones,
como tiernas mariposas
alterando los faroles.
Eres dulce y sensitiva,
soñadora con tus voces,
y un torrente de dulzura
al rozar los corazones.
La alegría de tus ojos,
doblemente soñadores,
se transmite fácilmente
cual tic-tac de los relojes.
Hay temblor entre tus labios
en el beso que se esconde,
y una lágrima furtiva
llega al párpado en su roce.
Un suspiro soñoliento
va a tu boca con un nombre,
y se encienden las hogueras
en los pechos más conformes.
Es un río que despierta,
un torrente junto al bosque,
una dulce melodía
de las hayas y los robles.
Son tus ojos, simplemente,
de esta gracia portadores,
porque encienden las hogueras
y provocan mil pasiones.
Mil rescoldos que resurgen
de las almas de los hombres,
y con ellos resucitan
otras tantas sensaciones.
Porque el beso de tus ojos
es un vino que se esconde,
es la vid con que se embriagan
esos labios seductores.
Yo suspiro con tus besos
y me marcho no sé a dónde,
porque quiero estar contigo
y ser niño, como entonces.
"...Provocas con tus pupilas
que te mire y me emocione
y se alteren mis latidos
en tus manos y de noche..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/06/13
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