MIEDO A QUERERTE DEMASIADO...
Tengo miedo a quererte demasiado
y a no saber decírtelo en su tiempo,
o a que acaso te lo diga sin controlar
mis sentimientos.
Tengo miedo a que un día me despierte
y tú no estés ya cerca, ni a mi lado,
a que todo se evapore en un momento
y esta dulce realidad sea sólo el marco
tan bonito de un recuerdo.
Tengo miedo y tú lo sabes,
porque sabes de mis miedos y temores,
de mi poca voluntad por la pelea
a pesar de tus palabras y tu aliento.
Tú me animas muchas veces a que siga caminando,
a que busque en las reservas de mi alma
esa chispa y el rescoldo que me impulse hacia adelante,
que prosiga y continúe,
que camine sin cesar pasito a paso hasta la cumbre.
Aún recuerdo tu llamada y el latido presuroso de mi pecho,
y recuerdo tus palabras, animando mi calvario,
en la inmensa soledad de la subida hacia la cumbre.
Más el miedo es el reclamo del cariño
y el afecto que yo siento,
es el sello inconfundible de que amo y de que temo.
Y lo saben las minúsculas esencias de mi sangre
y de mi carne que se alteran cuando llegas,
cuando vienes a mi lado,
cuando llamas a mi puerta,
cuando rozas con tus dedos a mis dedos,
cuando miras a mis ojos con los tuyos
más allá de mis pupilas y penetras en mi alma.
Tengo miedo, lo confieso,
de quererte demasiado.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/04/12
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