TÚ NO VERÁS LA LUZ...
Tú no verás la luz, tierno poema,
y quedarás perdido entre las sombras
naciste como nacen tantos sueños
por culpa de mi frente soñadora.
Naciste pretendiendo ser un lirio,
con alas que querían ser alondras,
¡tenías tanta imagen de inocencia
que incluso sorprendistes a las rosas!.
Me quedo con tus letras y tus versos,
son mías esas letras y esa forma,
y es mío el sentimiento que subyace
lo mismo que la mar es a las olas.
No quiero que me acusen de cobarde,
si acaso que me tomen por idiota,
escribo porque amo más que a nada
el verso y el poema que me importa.
Perdón a ciertas plumas de poetas,
no quise yo plagiaros vuestras obras,
mi mundo es muy sencillo, lo confieso,
y escapa del aplauso y la lisonja.
No aspiro a ningún premio, ni lo quiero,
tampoco yo compito por las sobras;
sé bien lo que en el mundo del concurso,
se cuece, se maneja y elabora.
Me quedo con mis versos en la noche,
me quedo con la paz, aunque esté sola,
y busco en el silencio sus resquicios,
la linda melodía con sus notas.
Mis versos no nacieron mendigando,
brotaron con palabras respetuosas,
quizás en ese mundo de los niños,
que esperan comprensión de las personas.
Quizás me equivoqué, siendo sincero,
más pienso que la duda era dolosa,
por eso acudí a ti, con mi pregunta
buscando la respuesta correctora.
Tú me atendiste presta, y lo agradezco,
más me enseñaste un mundo con sus contras,
entonces comprendí, que mis temores
podían hacer daño en la ciaboga.
Por eso dejé atrás ese poema,
los puntos, los suspiros y las comas;
"ya no verás la luz, y bien lo siento",
ni buscarás un alma que te acoja.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/04/12
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