DESPIÉRTAME LA SONRISA...
Despiértame la sonrisa
y dame tu corazón,
¡oh niña de mis amores
que brillas igual que el sol!
Enséñame el ancho cielo
y muéstrame su color,
la gracia y la fantasía
y el mundo de la ilusión.
Camina siempre a mi lado
y dame todo el valor,
para ir en tu compañía
mirando con tu crisol.
El mundo de los luceros
será nuestra salvación,
pues él me traerá sonrisas
y luces a mi farol.
Pasito a paso, adelante,
iremos tras el amor,
buscando la luna llena
y el eco de su reloj.
Estrellas bien plateadas
que causan gran sensación,
cometas que ya se estiran
y pasan sin decir voz.
Así son los sueños simples,
del hombre y del escritor,
del niño, tal vez poeta,
que escribe como un ladrón.
Él roba los sueños simples,
los trata con gran candor,
los saca del pecho, un día,
formando una gran canción.
Despiértame la sonrisa,
estrella de girasol,
y sueña siempre conmigo
durmiéndote en mi jergón.
No temas nunca a la noche
que es fruto del esplendor,
las sombras solo son sombras
las dudas causan dolor.
Acércate con tu llave
y déjanos nueva opción,
abriéndonos bien la puerta
del mundo tan seductor.
Carita de porcelana
que duermes junto al pezón,
hoy dame bien tu cariño
pues tiemblo como una flor.
Las nubes pasan de prisa,
el mar está remolón,
las olas bailan el baile
que va dictando el verdor.
La espuma ya me salpica
y moja mi pantalón,
yo beso sus labios fríos,
salados, de gran frescor.
Navega sobre las agua
y marcha sin dirección,
así llevarás mis sueños,
a un mundo siempre mejor.
El mundo fiel de la infancia,
valiente y con vocación,
que mira siempre a los ojos,
y pide y nos da candor.
"...Despiértame la sonrisa
y dame todo el valor,
¡oh niña que vas conmigo,
y flor de mi corazón!..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/01/13
y dame tu corazón,
¡oh niña de mis amores
que brillas igual que el sol!
Enséñame el ancho cielo
y muéstrame su color,
la gracia y la fantasía
y el mundo de la ilusión.
Camina siempre a mi lado
y dame todo el valor,
para ir en tu compañía
mirando con tu crisol.
El mundo de los luceros
será nuestra salvación,
pues él me traerá sonrisas
y luces a mi farol.
Pasito a paso, adelante,
iremos tras el amor,
buscando la luna llena
y el eco de su reloj.
Estrellas bien plateadas
que causan gran sensación,
cometas que ya se estiran
y pasan sin decir voz.
Así son los sueños simples,
del hombre y del escritor,
del niño, tal vez poeta,
que escribe como un ladrón.
Él roba los sueños simples,
los trata con gran candor,
los saca del pecho, un día,
formando una gran canción.
Despiértame la sonrisa,
estrella de girasol,
y sueña siempre conmigo
durmiéndote en mi jergón.
No temas nunca a la noche
que es fruto del esplendor,
las sombras solo son sombras
las dudas causan dolor.
Acércate con tu llave
y déjanos nueva opción,
abriéndonos bien la puerta
del mundo tan seductor.
Carita de porcelana
que duermes junto al pezón,
hoy dame bien tu cariño
pues tiemblo como una flor.
Las nubes pasan de prisa,
el mar está remolón,
las olas bailan el baile
que va dictando el verdor.
La espuma ya me salpica
y moja mi pantalón,
yo beso sus labios fríos,
salados, de gran frescor.
Navega sobre las agua
y marcha sin dirección,
así llevarás mis sueños,
a un mundo siempre mejor.
El mundo fiel de la infancia,
valiente y con vocación,
que mira siempre a los ojos,
y pide y nos da candor.
"...Despiértame la sonrisa
y dame todo el valor,
¡oh niña que vas conmigo,
y flor de mi corazón!..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/01/13
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