MAÑANA POR LA MAÑANA...
Mañana por la mañana,
será un día diferente.
...Lindos campos, rosas rojas
en tus ojitos muy verdes.
Pero te pido silencio
y que me digas si vienes,
para embarcarte conmigo
y comprobar que me quieres.
Deja que mire tus ojos,
luego, tal vez me contestes,
mientras se apaga la tarde
y tus pupilas se vencen.
Dime que sí, con tus labios,
y con tu cara celeste,
porque quisiera llevarte
donde las almas se duermen.
Mañana por la mañana
quiero verte, nuevamente,
ver tu cara, ver tus manos
y esos ojitos tan verdes.
Pero te diré en silencio,
todo aquello que mereces,
que eres joven y bonita
y tu piel es como nieve.
Que tus ojos, cual zafiros,
son estrellas de septiembre,
con mensajes susurrantes
de narcisos y claveles.
Y es tu paso como el cisne,
tan hermoso y sugerente,
que tus piernas se cimbrean
y la vista se me vuelve.
Mañana por la mañana
mil preguntas quiero hacerte,
mil preguntas y una sola
a esos ojos color verde.
Quiero ver si tú me aceptas
desde el lunes hasta el viernes,
y si incluyes el domingo
hasta el sábado lo cuentes.
Porque quiero ser tu amigo,
ser tu amante, si prefieres,
compartiendo la sonrisa
y las cargas de tu frente.
Para ello, ven conmigo,
siente el dardo que te queme,
y hasta el labio que a tu labio,
salga y vaya, tome y bese.
"...Mañana por la mañana
no es preciso que despiertes,
porque yo estaré velando
a tus ojitos tan verdes..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/01/13
será un día diferente.
...Lindos campos, rosas rojas
en tus ojitos muy verdes.
Pero te pido silencio
y que me digas si vienes,
para embarcarte conmigo
y comprobar que me quieres.
Deja que mire tus ojos,
luego, tal vez me contestes,
mientras se apaga la tarde
y tus pupilas se vencen.
Dime que sí, con tus labios,
y con tu cara celeste,
porque quisiera llevarte
donde las almas se duermen.
Mañana por la mañana
quiero verte, nuevamente,
ver tu cara, ver tus manos
y esos ojitos tan verdes.
Pero te diré en silencio,
todo aquello que mereces,
que eres joven y bonita
y tu piel es como nieve.
Que tus ojos, cual zafiros,
son estrellas de septiembre,
con mensajes susurrantes
de narcisos y claveles.
Y es tu paso como el cisne,
tan hermoso y sugerente,
que tus piernas se cimbrean
y la vista se me vuelve.
Mañana por la mañana
mil preguntas quiero hacerte,
mil preguntas y una sola
a esos ojos color verde.
Quiero ver si tú me aceptas
desde el lunes hasta el viernes,
y si incluyes el domingo
hasta el sábado lo cuentes.
Porque quiero ser tu amigo,
ser tu amante, si prefieres,
compartiendo la sonrisa
y las cargas de tu frente.
Para ello, ven conmigo,
siente el dardo que te queme,
y hasta el labio que a tu labio,
salga y vaya, tome y bese.
"...Mañana por la mañana
no es preciso que despiertes,
porque yo estaré velando
a tus ojitos tan verdes..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/01/13
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