UN ABRAZO YO TE ENVÍO...


Un abrazo yo te envío
con besos de caramelo,
desde siempre, linda niña,
porque estás en mi recuerdo.

Fue una noche, como tantas,
no recuerdo si de invierno,
yo leía mis poemas
que escuchabas con esmero.

Y de pronto nos hablamos
y rompimos el silencio,
nos contamos muchas cosas
entre dudas y entre miedos.

Y pasados muchos días,
de llegadas y de encuentros,
decidimos ser amigos
y romper nuestros recelos.

Esa etapa, tan bonita,
fue ligera como un sueño,
aunque añore tu presencia
y aquel pelo tan moreno.

Linda imagen de tus manos
con pulseras en los dedos,
y el cigarro entre los mismos
que apurabas con anhelo.

No me olvido de la taza
y el café cargado y negro,
que sorbías poco a poco
retrasando aún más el sueño.

Y no olvido tu sonrisa
temblorosa hasta el exceso,
ni aquel brillo de tus ojos
compartiendo mil secretos.

Fuimos sólo simple amigos,
excelentes compañeros,
o quizás, tan mal amantes,
que negamos todo aquello.

No reprocho tu conducta
ni la mía en el exceso,
pues yo sé lo que sentías
como tú lo de mi pecho.

Más dejamos de encontrarnos
en la noche, con el viento,
y dejamos las gaviotas
que siguieran con su vuelo.

Ellas, libres y coquetas,
despertaban marineros
y también a dos amigos
que debían ir al lecho.

Y a esa hora los susurros
se quedaban en dos ecos,
dos suspiros solamente
que latían con exceso.

Y cerrando bien los ojos
me sumía en el tormento,
de callarme las palabras
o decirte lo incorrecto.

Ya es enero y llueve fuerte,
se han secado los almendros,
y con ellos las sonrisas
de los labios imperfectos.

"...Un abrazo yo te envío
desde ahora, con mis versos,
y te digo, que quería
ser tu amante y prisionero..."

Rafael Sánchez Ortega ©
15/01/13

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