EN UN RINCÓN DEL ALMA...


En un rincón cualquiera
quedaron mis suspiros,
perdidos en la noche
carentes de sentido.

No sé donde marcharon
los ángeles cautivos,
los ojos soñadores
temblando como lirios.

Más sé que desde entonces
quedé con el vacío
de un alma temblorosa
sin rumbo ni destino.

Lloré como un cobarde
por causa de aquel frío,
que vino en un abrazo
al cuerpo del vencido.

En un rincón cualquiera
quedaron mis escritos,
las rosas perfumadas
y el vaso de buen vino.

Quedaron las estrellas
colgadas de sus hilos,
de un cielo de diamantes
con luna de platino.

Quedaron los susurros
y besos prometidos,
en medio de la nada
y en campos en estío.

Quedaron las arenas
de playas y de olvidos.
ausentes de corales,
leyendas y marinos.

En un rincón cualquiera
perdí mi cometido,
el rumbo de la barca,
la vida y tu cariño.

Ahora que lo pienso,
y sé que estoy vencido,
recuerdo aquel instante
tan triste de mi sino.

Recuerdo las solapas
tan firmes del abrigo,
tus ojos tan opacos
mirándome sin brillo.

Dos almas se miraban
sin luces ni testigos,
en una despedida
por siempre al infinito.

"...En un rincón cualquiera
trazaron sus caminos,
dos cruces trasversales
callando su cariño..."

Rafael Sánchez Ortega ©
24/01/13

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