EN UN MUNDO DIFERENTE...
En un mundo diferente,
de ilusión y poesía,
renacían viejos sueños
al socaire de la brisa.
Y lo hacían apagados,
casi casi de puntillas,
temerosos de asustarse
con las letras mal escritas.
Eran formas y palabras
que inundaban las cuartillas,
eran sueños solamente
con pasiones retenidas.
Y salieron al cuaderno
a expresar lo que decían,
unos ojos soñadores
al candor de sus pupilas.
Y entre cuentos y leyendas
se movieron margaritas,
con sus pétalos tan blancos
de inocencia contenida.
Y también los campesinos
empuñaron las gavillas,
troceando de la tierra
esa fruta prometida.
Los sudores de la frente
les cubrieron las mejillas,
y otros tantos en el alma
con suspiros resistían.
Pero fueron los poetas,
tan rebeldes, con su tinta,
los que hicieron el milagro
de tomarlo en sus plumillas.
Y escribieron poco a poco,
con imágenes precisas,
relatando los sucesos
que observaban y veían.
Fueron días encantados
de inocencia compartida,
con imágenes serenas
derrochando algarabía.
Una barca, en un estanque,
rompe el agua con su quilla,
en un vaso cristalino
con un árbol que la admira.
Las raíces de éste árbol
son profundas y se inclinan,
hacia un bajo transparente
de un cristal que allí termina.
Una roca rompe el sueño,
y la arena lo confirma,
pues los sueños son las olas
que se mecen en la orilla.
Sin embargo me resisto
a esta imagen tan precisa,
que me ofrece la respuesta
que no alcanza ya mi vida.
Hay gaviotas en el cielo,
hay estrellas que nos miran,
hay un niño que allí llora
porque muere su sonrisa.
...Y los ángeles del cielo
son conscientes y acarician,
a ese niño entristecido
que rezuma fantasía.
"...En un mundo diferente
hay cuadernos que palpitan,
con los sueños de los niños
que los viven día a día..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/04/13
de ilusión y poesía,
renacían viejos sueños
al socaire de la brisa.
Y lo hacían apagados,
casi casi de puntillas,
temerosos de asustarse
con las letras mal escritas.
Eran formas y palabras
que inundaban las cuartillas,
eran sueños solamente
con pasiones retenidas.
Y salieron al cuaderno
a expresar lo que decían,
unos ojos soñadores
al candor de sus pupilas.
Y entre cuentos y leyendas
se movieron margaritas,
con sus pétalos tan blancos
de inocencia contenida.
Y también los campesinos
empuñaron las gavillas,
troceando de la tierra
esa fruta prometida.
Los sudores de la frente
les cubrieron las mejillas,
y otros tantos en el alma
con suspiros resistían.
Pero fueron los poetas,
tan rebeldes, con su tinta,
los que hicieron el milagro
de tomarlo en sus plumillas.
Y escribieron poco a poco,
con imágenes precisas,
relatando los sucesos
que observaban y veían.
Fueron días encantados
de inocencia compartida,
con imágenes serenas
derrochando algarabía.
Una barca, en un estanque,
rompe el agua con su quilla,
en un vaso cristalino
con un árbol que la admira.
Las raíces de éste árbol
son profundas y se inclinan,
hacia un bajo transparente
de un cristal que allí termina.
Una roca rompe el sueño,
y la arena lo confirma,
pues los sueños son las olas
que se mecen en la orilla.
Sin embargo me resisto
a esta imagen tan precisa,
que me ofrece la respuesta
que no alcanza ya mi vida.
Hay gaviotas en el cielo,
hay estrellas que nos miran,
hay un niño que allí llora
porque muere su sonrisa.
...Y los ángeles del cielo
son conscientes y acarician,
a ese niño entristecido
que rezuma fantasía.
"...En un mundo diferente
hay cuadernos que palpitan,
con los sueños de los niños
que los viven día a día..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/04/13
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