ME ENAMORÉ DE TUS OJOS...


Me enamoré de tus ojos
bajo el cielo anaranjado,
una tarde, en primavera,
y muy cerca de aquel faro.

Tú vestías exquisita,
preparada de antemano,
con la falda bien plisada
y los brazos bronceados.

Una rosa me ofrecías
temblorosa con tus labios,
que los míos, torpemente,
en los suyos aceptaron.

Y al tomar aquella rosa
vi el embrujo del regalo,
la embriaguez de aquel encuentro
y sus pétalos dorados.

Fue un instante, solamente,
nuestros labios se rozaron,
un segundo y un recuerdo
del momento tan sagrado.

En el aire, las gaviotas,
con su vuelo se acercaron,
en curiosa sintonía
de su vuelo gris y blanco.

Una nave en lontananza
se perdía en el ocaso,
y con ellas los suspiros
de las nubes en el alto.

Yo te dije que te amaba
como nunca había amado,
tu respuesta fue la misma
que me amabas sin descanso.

Suspendimos el paseo
y quedamos embobados,
admirando las pupilas
y tomándonos las manos.

Dos amantes frente a frente,
dos ilusos y alocados,
dos furiosos corazones
pretendiendo amarse tanto.

Yo recuerdo bien tus ojos
de ese abril que está lejano,
y la flor y la sonrisa
de tus labios tan lozanos.

Hoy revivo aquel momento
y lo hago alborozado,
con un poso de amargura
por no haberlo culminado.

"...Me enamoré de tus ojos,
de canela y avellano,
una tarde, junto al puerto,
al sentirte entre mis brazos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
10/04/13

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