SE PASA EL TIEMPO, SIN QUERER SE PASA...
Se pasa el tiempo, sin querer se pasa,
y avanzan los segundos del descuento,
es una sucesión que va pasando
y resta lo que queda de este tiempo.
Estamos en la alegre primavera
gozando de los días que tenemos,
sintiendo el corazón con sus latidos
que vibra por amor y sentimientos.
Ansiamos el abrazo de la noche
y el manto tan sutil y tan sereno,
que arrope nuestras almas infantiles
y llene nuestros labios con sus besos.
Queremos que despierten los gorriones,
que vuelen y que canten los jilgueros,
que salgan las cigüeñas de sus nidos
y crucen las gaviotas por el puerto.
...Y mientras este tiempo se nos marcha
dejando más aislados los senderos,
y el polvo que se forma en los caminos
recoge los sudores de los muertos.
Hay rosas marchitadas que no sienten
y esparcen su hermosura por el suelo,
hay lindas campanillas temblorosas
llorando sin cesar en los linderos.
Nosotros las miramos vacilantes
acaso con rebrotes y recuerdos,
más tienen esa forma inconfundible
del llanto que ha brotado de sus pétalos.
Ya llegan los cipreses con su sombra
y suenan los violines de muy lejos,
acaso es la llamada y la partida
del viaje sin retorno hacia los cielos.
El tiempo transcurrido ya no vuelve
y quedan poesías y lamentos,
migajas y recuerdos del pasado,
suspiros de futuros muy inciertos.
No valen las promesas y pañales,
cuando es el corazón el que está quieto,
inmóvil en su caja de caoba
carente de ilusión y de deseos.
Yo miro en el reloj que da las horas
y veo su tic-tac con el descuento,
los granos con la arena se desplazan
y avisan de ese viaje traicionero.
Entonces las palomas asustadas
revuelan dulcemente con el viento,
y buscan, en la brisa que no llega,
la luz que se dibuja en los alberos...
"...Se pasa el tiempo, sin querer se pasa,
y en él se mueren todos los proyectos,
los sueños infantiles y las risas,
los sueños que aspiraban ser eternos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/04/13
y avanzan los segundos del descuento,
es una sucesión que va pasando
y resta lo que queda de este tiempo.
Estamos en la alegre primavera
gozando de los días que tenemos,
sintiendo el corazón con sus latidos
que vibra por amor y sentimientos.
Ansiamos el abrazo de la noche
y el manto tan sutil y tan sereno,
que arrope nuestras almas infantiles
y llene nuestros labios con sus besos.
Queremos que despierten los gorriones,
que vuelen y que canten los jilgueros,
que salgan las cigüeñas de sus nidos
y crucen las gaviotas por el puerto.
...Y mientras este tiempo se nos marcha
dejando más aislados los senderos,
y el polvo que se forma en los caminos
recoge los sudores de los muertos.
Hay rosas marchitadas que no sienten
y esparcen su hermosura por el suelo,
hay lindas campanillas temblorosas
llorando sin cesar en los linderos.
Nosotros las miramos vacilantes
acaso con rebrotes y recuerdos,
más tienen esa forma inconfundible
del llanto que ha brotado de sus pétalos.
Ya llegan los cipreses con su sombra
y suenan los violines de muy lejos,
acaso es la llamada y la partida
del viaje sin retorno hacia los cielos.
El tiempo transcurrido ya no vuelve
y quedan poesías y lamentos,
migajas y recuerdos del pasado,
suspiros de futuros muy inciertos.
No valen las promesas y pañales,
cuando es el corazón el que está quieto,
inmóvil en su caja de caoba
carente de ilusión y de deseos.
Yo miro en el reloj que da las horas
y veo su tic-tac con el descuento,
los granos con la arena se desplazan
y avisan de ese viaje traicionero.
Entonces las palomas asustadas
revuelan dulcemente con el viento,
y buscan, en la brisa que no llega,
la luz que se dibuja en los alberos...
"...Se pasa el tiempo, sin querer se pasa,
y en él se mueren todos los proyectos,
los sueños infantiles y las risas,
los sueños que aspiraban ser eternos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/04/13
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