ME DISTE LA ILUSIÓN EN UNA TARDE...
Me diste la ilusión en una tarde
tan sólo con prestarme tu mirada,
sin besos, ni caricias, en silencio,
tu mano entre la mía descansaba.
Veíamos pasar las golondrinas
volviendo a los balcones y la plaza,
volaban con su vuelo inconfundible
que siempre nos llenaban de nostalgia.
Y entonces se elevaron tus pupilas
en busca de la luna engalanada,
temblaron tus ojitos soñadores
hambrientos y sedientos de palabras.
No pude contener las emociones
y entonces recordé que la resaca,
es flujo y es reflujo de mareas,
con olas que se estiran por las playas.
Los mares con su carga de salitre
contienen las sirenas y las algas,
las unas que dan forma a las leyendas,
las otras son el pasto de las aguas.
Los peces se alimentan de las mismas
con plancton y también con las carnadas,
y viven en el mundo azul verdosos
del mar que se desliza en sus agallas.
Por contra las sirenas son susurros,
secretos de marinos que las cantan,
igual en las tabernas que en la arena
y puede que en los parques y las barcas.
No saben distinguir las golondrinas
tan sólo las gaviotas solitarias,
y puede que quizás los cormoranes
secando sus plumajes de la marcha.
Más vuelvo a la mirada seductora,
al vuelco que le diste a mis entrañas,
al dulce escalofrío de mis venas
y al cambio radical que dio mi alma.
Recuerdo aquel instante y no lo olvido,
vivimos una prórroga sagrada,
mis labios se posaron en tus labios
y un beso selló el fuego con la llama.
Y luego ya se hablaron nuestros dedos,
lo hicieron dibujando sendas falsas,
buscando entre los pliegues de la ropa
latidos y suspiros que sonaban.
La eterna melodía de los cuerpos,
salieron de las grutas encantadas,
pasiones y deseos vehementes,
saciándose la sed en las fontanas...
"...Me diste la ilusión en una tarde
y entonces la entendí muy bien pagada,
mis ojos contemplaron golondrinas
y hoy la primavera ya se apaga..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/04/13
tan sólo con prestarme tu mirada,
sin besos, ni caricias, en silencio,
tu mano entre la mía descansaba.
Veíamos pasar las golondrinas
volviendo a los balcones y la plaza,
volaban con su vuelo inconfundible
que siempre nos llenaban de nostalgia.
Y entonces se elevaron tus pupilas
en busca de la luna engalanada,
temblaron tus ojitos soñadores
hambrientos y sedientos de palabras.
No pude contener las emociones
y entonces recordé que la resaca,
es flujo y es reflujo de mareas,
con olas que se estiran por las playas.
Los mares con su carga de salitre
contienen las sirenas y las algas,
las unas que dan forma a las leyendas,
las otras son el pasto de las aguas.
Los peces se alimentan de las mismas
con plancton y también con las carnadas,
y viven en el mundo azul verdosos
del mar que se desliza en sus agallas.
Por contra las sirenas son susurros,
secretos de marinos que las cantan,
igual en las tabernas que en la arena
y puede que en los parques y las barcas.
No saben distinguir las golondrinas
tan sólo las gaviotas solitarias,
y puede que quizás los cormoranes
secando sus plumajes de la marcha.
Más vuelvo a la mirada seductora,
al vuelco que le diste a mis entrañas,
al dulce escalofrío de mis venas
y al cambio radical que dio mi alma.
Recuerdo aquel instante y no lo olvido,
vivimos una prórroga sagrada,
mis labios se posaron en tus labios
y un beso selló el fuego con la llama.
Y luego ya se hablaron nuestros dedos,
lo hicieron dibujando sendas falsas,
buscando entre los pliegues de la ropa
latidos y suspiros que sonaban.
La eterna melodía de los cuerpos,
salieron de las grutas encantadas,
pasiones y deseos vehementes,
saciándose la sed en las fontanas...
"...Me diste la ilusión en una tarde
y entonces la entendí muy bien pagada,
mis ojos contemplaron golondrinas
y hoy la primavera ya se apaga..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/04/13
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